OSAS y el número completo

Q Hasta el dia de ayer yo habia estado luchando con la creencia de que no podia perder, ni alejarme de nuestra salvacion. Estaba en el trabajo y me vino el pensamiento de que tenemos un numero que no se ha llenado antes del rapto. Si OSAS (Una vez salvos siempre salvos, por sus siglas en ingles) no es cierto, ese numero nunca podria ser logrado conforme veo a mas y mas gente que se apartan del verdadero cristianismo debido a las iglesias apostatas. ?Estoy en lo correcto? Yo se que otros paises estan teniendo exito con la evangelizacion, pero en nuestra propia nacion (los EE.UU.) los numeros pueden estar disminuyendo rapidamente, posiblemente lo suficiente como para nivelarse con las personas nuevas que llegan a Cristo, haciendo que ese numero sea increiblemente dificil de alcanzar. Yo siento que esa puede ser la «prueba» de que necesito OSAS. ?Alguna opinion al respecto?
A Su premisa es correcta. Si los verdaderos creyentes pueden perder su salvacion debido a su comportamiento pecaminoso, o simplemente por rendirse a el, por lo menos tendriamos un tiempo mucho mas dificil para lograr nuestro numero completo, y tambien podria ser imposible obtenerlo.

Pero debido a OSAS es que sabemos que aquellas personas que se estan alejando para siempre nunca fueron «verdaderos cristianos» para empezar, por eso es que no pueden causar una disminucion en nuestro numero total.

Juan escribio, «Aunque salieron de entre nosotros, en realidad no eran de los nuestros; si lo hubieran sido, se habrian quedado con nosotros. Su salida sirvio para comprobar que ninguno de ellos era de los nuestros» (1 Juan 2:19).

Es posible para las personas que son verdaderos cristianos perder su camino temporalmente, pero Dios nos ungio, nos sello como propiedad suya y puso su Espiritu en nuestro corazon, como garantia de sus promesas (2 Corintios 1:21-22) para que nunca nos perdamos completamente. Cuando el momento sea el correcto nuestro Senor nos recuperara, como un pastor recupera sus ovejas, porque es la voluntad de Su Padre de que El no pierda a ninguno de nosotros (Juan 6:39-40).