Perdonando y olvidando

Q

Viernes 1 de enero de 2021

P: Yo creo en el perdón aún si una disculpa no se ha expresado. ¿Cómo puedo responderles, sin sonar pomposo, a las personas que dicen que pueden perdonar la ofensa de alguien pero que nunca “olvidarán”? Yo creo que si no lo dejamos y lo olvidamos, realmente no hemos perdonado y por lo tanto aún llevamos una carga de no haber perdonado en nuestro corazón

A

R: Yo creo que en la mayoría de los casos nosotros podemos perdonar los pecados cometidos en nuestra contra, pero yo no creo que esto pueda suceder sino hasta que hayamos perdonado a la persona responsable. Por consiguiente, la persona que dice, “yo puedo perdonar pero no puedo olvidar” eventualmente se le olvidará la ofensa.

Sin embargo, algunas cosas están más allá de ser olvidadas aún después que un genuino perdón se haya expresado. Por ejemplo, sería bastante difícil olvidar cómo fuimos desfigurados o sufrimos una incapacidad permanente. De la misma manera ¿cómo podemos olvidar que nos hemos divorciado o que un niño nos ha sido quitado?

El perdón es una elección que Dios espera que hagamos aun cuando no sintamos hacerla, porque Él nos perdonó a pesar de que no lo merecíamos (Mateo 18:23-35). Al tomar repetidamente la decisión de perdonar, nuestros sentimientos eventualmente se alinearán con nuestras elecciones, y aún si recordamos la ofensa la podremos sobrellevar sin desearle ningún mal a la persona responsable.

Por consiguiente yo creo que bajo circunstancias normales debemos asumir que la persona que dice, “puedo perdonar pero nunca olvidar” aún está perdonando por elección y espera que sus sentimientos la alcancen. Siendo ese el caso, él o ella merecen nuestro apoyo, no nuestra crítica.