Refrescamiento de la Seguridad Eterna

Q

Lunes 15 de mayo de 2023

P: Yo entiendo que el único pecado que envía a las personas al lago de fuego es aquel, que por cualquier motivo, esas personas han rechazado a Jesucristo. Pero soy de la opinión de que eso puede incluir también a aquellas que afirman ser creyentes “nacidos de nuevo” pero que a sabiendas están pecando. Yo escucho mucho debate acerca de la “híper gracia” la cual yo entiendo que es la creencia de que el pecado no tiene ninguna consecuencia debido a la gracia de Dios. Esas personas dicen que nuestros pecados ya han sido perdonados, así que no importa si pecamos. Yo sé que “todos hemos pecado y nos hemos apartado de la gloria de Dios”, pero yo también creo que tenemos que confesar nuestro pecado y arrepentirnos, o sea, apartarnos del pecado. En mi mente, pecar deliberadamente, creer que el pecado no tiene ninguna consecuencia, es rechazar por lo que Cristo murió. Él murió y pagó el castigo por mis pecados para que yo pueda ser restaurado de nuevo al Padre; y no para que yo pueda volverme al pecado por el que Él murió para liberarme. Yo espero que esto tenga sentido.

A

R: No hay ninguna afirmación en el Nuevo Testamento que amenace a las personas creyentes nacidas de nuevo en la Era de la Iglesia con la pérdida de la salvación. De hecho, se afirma con toda claridad que nuestra salvación fue garantizada en el momento en que creímos (Efesios 1:13-14, 2 Corintios 1:21-22), que a los ojos de Dios nos hemos convertido en una nueva creación, tan justos como Él es (2 Corintios 5:17, 21) y hemos sido perfeccionados para siempre ante Sus ojos (Hebreos 10:12-14). Esta justicia viene de Dios y se obtiene por medio de la fe en Jesucristo a todas aquellas personas que creen (Romanos 3:21-22).

Solamente aquellas personas que rechazan la doctrina bíblica de la seguridad eterna pueden afirmar que eso les da una “licencia para pecar”, y que no hay consecuencias por pecar. Aquellas personas que aceptan la seguridad eterna rechazan rápidamente esa noción. Es que solamente saben que la pérdida de la salvación de uno no es una de las consecuencias.

La noción de que Jesús solamente murió por los pecados que cometimos antes de ser salvos y después de eso estamos supuestos a vivir una vida libre de pecado, no es consistente con la doctrina de la Gracia, y en la práctica, eso es imposible hacer. Mientras tengamos una naturaleza pecaminosa, continuaremos pecando (Romanos 7:14-20). Las personas que afirman no tener pecado se están engañando a sí mismas y la verdad no está en ellas (1 Juan 1:8), pero 1 Juan 1:9 dice que si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarlos y limpiarnos de toda injusticia.

A propósito, la palabra griega traducida “arrepentirse” significa un cambio en la manera de pensar de una persona. (Cuando Pedro les dijo a sus escuchas judíos de “arrepentirse y ser bautizados” (Hechos 2:38) él les estaba diciendo de cambiar su manera de pensar acerca de ganar una justicia propia y de acercarse a Jesús para el perdón de sus pecados y recibir el don del Espíritu Santo.)

Las personas incrédulas tienen que cambiar su manera de pensar acerca de su comportamiento para poder ser salvas. Ellas tienen que admitir que son pecadoras y sin la muerte del Señor por ellas, están perdidas. Una vez que hacen eso y le piden a Él que las salve, su arrepentimiento es completo.