Jueves 24 de noviembre de 2022
P: Con frecuencia escucho a personas que dicen que Jesús (y la Biblia) promueven el socialismo. Mientras que conozco que muchas personas cristianas están en contra del socialismo, yo puedo ver pasajes en donde parece que la primera Iglesia estaba practicando lo que ahora conocemos como socialismo. Uno de esos pasajes es, por ejemplo, 2 Corintios 8:13-16 y hay otros. ¿Me puede explicar algo sobre eso?
R: En Hechos 4:32-36 se nos dice cómo los creyentes de la primera iglesia compartían todo lo que tenían unos con otros para que no hubiera personas necesitadas entre ellos. Y en 2 Corintios 8:13-16 Pablo animó a los creyentes en Corinto que poseían más de lo que necesitaban, que compartieran su abundancia con otras personas que estaban en necesidad.
Pero nada de eso fue hecho porque existiera un sistema económico obligatorio. Se hacía de manera voluntaria producto de la convicción de que el Señor vería por sus necesidades (2 Corintios 8:8-9). Cada persona que poseía más de lo que necesitaba no consideraba que tenía que guardar el exceso porque confiaban que el Señor les proveería. Así que se sentían cómodos dándoles a otros.
Eso no solamente era una situación en el tiempo de ellos. La Biblia nos anima a todos a dar nuestra abundancia para ayudar a quienes están en necesidad, prometiendo que el Señor va a responder a nuestra generosidad con bendiciones de toda clase. Lea Lucas 6:38 y 2 Corintios 9:6-11 para confirmar esto.
Esto no es socialismo, el cual al final inhibe la iniciativa y lleva a la sociedad a su común denominador más bajo. Es la fe basada en la generosidad la que recompensa la iniciativa y lleva a la sociedad a su denominador común más alto. En 2 Corintios 9:6 Pablo prometió que quien siembra generosamente también cosechará generosamente. Y en 2 Corintios 9:11 él dijo que seremos enriquecidos en todo para que podamos ser generosos en cada ocasión. El socialismo no hace ese tipo de promesas.