El sembrador y la semilla

Q

Martes, 7 de agosto de 2018

P: Escuché a un hombre hablar sobre la parábola del sembrador en Marcos 4:14 y me pregunto, dado que mi relación con Dios no siempre ha sido fiel, ¿cómo puedo estar seguro de mi salvación y dónde estoy con Dios? Gracias y gracias por su trabajo en el Señor.

A

R: Marcos 4:14-20 es la explicación del Señor de la Parábola del Sembrador y la Semilla. El sembrador es el Señor y la similla es Su palabra. Los cuatro tipos de suelo describen cuatro tipos de personas en el mundo. El camino representa personas con corazones endurecidos, donde Su palabra no puede penetrar. El suelo rocoso representa a las personas donde su palabra penetra en sus mentes, pero no se arraiga en sus corazones. Estas dos clases de personas no son salvas.

La semilla que cae entre las espinas describe a la mayoría de los creyentes, donde su palabra echa raíces en sus corazones, pero dado que su enfoque todavía está en las cosas de este mundo, nunca producen ningún fruto para el Reino. Y la semilla que cae en un buen suelo es ese pequeño grupo donde Su palabra penetra en su corazón y cambia su vida. Estos creyentes son los fructíferos.

Si usted ha nacido de nuevo, está en uno de los dos grupos donde la palabra de Dios ha penetrado en su corazón. Usted escuchó el Evangelio y creyó, y el Señor lo marcó con Su sello y ha garantizado que Su promesa de vida eterna se hará realidad para usted (Efesios 1:13-14). ¿A cuál de los dos grupos pertenece usted? depende de si su vida ha cambiado en la medida en que ya no está preocupado por las cosas de este mundo y está viviendo su vida para el Señor

Esta parábola nos ayuda a entender que la salvación no es un evento fructífero. No beneficia a nadie más que a la persona que se salva. Dar fruto es algo que sucede después de que somos salvos. Requiere vivir en sumisión a la voluntad del Señor y seguir su dirección.

Entonces, la cuestión no es si usted todavía es salvo, porque en lo que respecta a la salvación, no es su fidelidad lo que cuenta, sino la Suya. Si usted ha nacido de nuevo, siempre será salvo (Juan 6:39-40). La pregunta es cuánto puede hacer el Señor a través de usted en la promoción de su Reino.