Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
En Lucas 17:20-37, el Señor nos da una información adicional sobre el momento de Su venida la cual generalmente es ignorada por estar concentrados en el Discurso del Monte de los Olivos que es el más popular. Yo le llamo El Texto Concluyente de Lucas.
Nuestro Señor nos dio un resumen muy detallado de los Tiempos Finales en cuanto estos se relacionan con Israel. A eso generalmente se le llama el Discurso del Monte de los Olivos porque Él les estaba hablando a cuatro de Sus discípulos en el Monte de los Olivos. Fue en uno de sus últimos días de libertad antes de ser arrestado, y ellos le preguntaron sobre el Fin de la Era. La narración de Mateo sobre Su respuesta está cubierta en los capítulos 24-25. La de Marcos se encuentra en el capítulo 13. La versión de Lucas es un poquito diferente en que incluye una profecía sobre la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. Eso lo encontramos en el capítulo 21 de Lucas.
Puesto que el Señor estaba respondiendo a las preguntas sobre el futuro de Israel y Su Segunda Venida, el enfoque era decididamente judío, por eso es que no aprendemos nada sobre la Iglesia al estudiarlo. Pero si entendemos cómo es que las cosas van a progresar para Israel eso nos da un trasfondo que hace que las profecías de Pablo sobre la iglesia durante los tiempos finales, las cuales se hicieron 20 años más tarde, sean más fáciles de comprender. Las cartas de Pablo a los tesalonicenses, escritas cerca del año 51 d.C., de manera oficial introdujeron la noción del Rapto y del momento de su ocurrencia a la primera iglesia, y contienen una información que aclara la actividad del anticristo y la remoción del Espíritu Santo también. La Segunda Venida es referida en todos los capítulos de estas dos cartas, en un promedio de una vez en cada 13 versículos.
En Lucas 17:20-37, el Señor nos da una información adicional sobre el momento de Su venida la cual generalmente es ignorada por estar concentrados en el Discurso del Monte de los Olivos que es el más popular. Pero después que usted haya entendido la perspectiva judía de este pasaje así como la cristiana de las cartas de Pablo, usted podrá utilizar Lucas 17 para verificar doblemente el entendimiento que usted tiene sobre los tiempos del fin y, de esa manera, poder darse cuenta si lo ha entendido de manera correcta. El hecho de que Lucas 17 comparta algún lenguaje con el Discurso del Monte de los Olivos nos brinda una insinuación de que ambos tienen la intención de estar relacionados entre sí. Veamos.
Lucas 17:20-37
Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros (Lucas 17:20-21).
De manera directa, el Señor nos lanza una curva para asegurarse de que estamos poniendo atención. Lo hace en la forma de la palabra traducida como «entre». Él les estaba respondiendo a los fariseos quienes le habían formulado la pregunta. El Reino de los Cielos no estaba entre ellos porque no eran creyentes. Entonces, ¿qué es lo que Él estaba tratando de decirnos? Resulta que esa palabra también puede significar «en medio de», y el Reino estaba en medio de ellos. Él era la personificación del Reino y Él estaba en pie frente a ellos. La traducción de la Nueva Versión Internacional también utiliza la palabra «entre» en el versículo 21.
Para los fariseos solamente era cierto que el Reino estaba en medio de ellos. Pero una vez que el Espíritu Santo fue dado, el Reino también estaría entre los creyentes. En este punto, ambas interpretaciones se harían ciertas. El Reino de Dios está entre (adentro de) nosotros, y nosotros estamos en medio del mundo. Esta es la fase espiritual o invisible del Reino. Pero como lo veremos, no es la fase final.
Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis. Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación (Lucas 17:22-25).
Después de ser rechazado y ejecutado por los líderes de Su generación, el Señor partiría y solamente la fase invisible del Reino sería la que permanece. A esta se le llama la Iglesia. Pero entonces Él retornará y cuando lo haga no habrá ningún error en saberlo. Resplandecerá en todo el cielo, y la fase física del Reino vendrá otra vez.
Esta es una pista del porqué la Iglesia e Israel son mutuamente excluyentes en el mundo. El Reino de Dios empezó en Israel. Él hizo que Moisés les dijera, «Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel» (Éxodo 19:5-6).
Pero entonces, debido a su desobediencia le fue quitado a Israel y dado a la Iglesia. En Mateo 21:43 Jesús dijo, «Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él».
Pero esto no iba a ser permanente. Después que la Iglesia desaparezca, el Reino le será restituido a Israel. La primera Iglesia entendió esto, como lo evidencia la profecía de Jacobo en Hechos 15:13-18 en donde él dijo que el Señor primero tomaría de entre los gentiles un pueblo para Su nombre y después de eso restablecería el tabernáculo caído de David. Más tarde Pablo confirmó esto al decir que Israel había sido endurecido en parte hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles, y luego todo Israel sería salvo (Romanos 11:25-27).
Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos (Lucas 17:26-27).
Como en los días de Noé la gente no se dará cuenta del juicio antes de Su retorno, y no es porque no se les haya advertido sino porque no han creído a esa advertencia. Noé es usado como un modelo del remanente creyente de Israel al final de la era, preservado a través del juicio mientras que el mundo es destruido. Noé y su familia permanecieron en el sitio del juicio mientras que los incrédulos fueron arrastrados por el diluvio.
Al final de la era el remanente creyente de Israel permanecerá en el lugar del juicio pero será preservado mientras el Señor destruye completamente a las naciones de su alrededor (Jeremías 30:11). En el lenguaje simbólico de Apocalipsis este remanente está representado por una mujer, mientras que a Satanás se le llama la serpiente.
Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo (Apocalipsis 12:14).
Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos (Lucas 17:28-29).
A primera vista esto parece ser otro ejemplo parecido al anterior. Pero en realidad es muy diferente. Lot fue alejado del lugar del juicio a un sitio seguro. De hecho los ángeles que fueron enviados para llevarlo le dijeron que no podían derramar el juicio sobre Sodoma y Gomorra sino hasta que Lot estuviera lejos y a salvo (Génesis 19:21-22). Él fue rescatado del derramamiento de la ira de Dios sobre Sodoma y Gomorra.
En este sentido, Lot se convierte en un modelo de la Iglesia. Pablo explica que la Iglesia será rescatada también. Porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera (1 Tesalonicenses 1:9-10).
La palabra griega traducida «de» en el versículo 10 significa estar lejos del momento o lugar o de cualquier relación a la ira venidera. Igual como Lot, nosotros tenemos que estar lejos y en un lugar seguro antes de que los juicios de los tiempos finales puedan empezar.
Con frecuencia yo he dicho que Jesús no enseñó la doctrina del Rapto ni aun les contó a Sus discípulos sobre la misma. Pero si usted ya sabe sobre Su regreso, entonces puede encontrar ciertas insinuaciones sobre el mismo en los Evangelios. Y esta es una de ellas, y al usar a Lot como un modelo el Señor confirma el momento. Antes del juicio.
Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot. Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará. Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada. Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.
Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor?
Él les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas (Lucas 17:30-37).
En el Discurso del Monte de los Olivos Jesús emitió esta advertencia para que no regresaran a sus casas cuando el anticristo fuera revelado, y el en griego la palabra «en» al comienzo del versículo 31, modifica la frase «aquel día», por eso es razonable pensar que Él se estaba refiriendo aquí a la misma cosa, el comienzo de los 3-1/2 años del Día del Señor.
De la misma manera, yo creo que la palabra «noche» cuando algunos serán tomados y otros dejados se refiere a su terminación. Como en el Discurso del Monte de los Olivos (Mateo 24:40-41) la palabra traducida «tomados» literalmente significa «recibidos», y la palabra para «dejados» significa «eliminados», como en un divorcio. Al final de la era, después que el Señor retorne, algunos sobrevivientes de la tribulación serán recibidos vivos en el Reino como su recompensa. Otros no lo harán y serán eliminados, fuera del planeta, en un lugar preparado para el diablo y sus ángeles (Mateo 25:41). Esto es una referencia al juicio de las ovejas y los cabritos (el juicio de las naciones).
Algunas personas ven un montón de simbolismo en el comentario sobre los cuerpos muertos y las águilas, pero yo lo veo como una simple parábola. Las aves de rapiña no se juntan en ningún lugar en el cielo excepto sobre un cuerpo muerto. El cuerpo muerto es en realidad el propósito de su reunión, porque allí es donde pertenecen. El uso de esta parábola era simplemente la manera como el Señor respondió a la pregunta de Sus discípulos, «¿Dónde, Señor?» Él dijo que cada grupo terminaría exactamente en donde pertenecían.
Entonces, en estos 17 versículos de Lucas 17 el Señor explicó la doble naturaleza del Reino, el hecho de que Él se alejaría y luego volvería, que Su Segunda Venida sería física igual que Su primera, y que habrá tanto un remanente de creyentes preservados a través de los juicio antes de Su retorno (Israel), como un grupo de creyentes que serían removidos a un lugar seguro antes de que comiencen esos juicios (la Iglesia). También habrá sobrevivientes que no pertenecen a ninguno de los dos grupos. Luego de Su retorno, algunos de estos recibirán el Reino en recompensa por haber creído, mientras que el resto será enviado a un lugar preparado para el diablo y sus ángeles por haber rehusado creer.
Como lo mencioné, Lucas 17:20-37 no es un pasaje para descubrir, sino más bien para confirmar. Al leerlo usted será informado si por medio de sus otros estudios de profecía lo ha entendido correctamente o no. Yo le llamo El Texto Concluyente de Lucas. 08/03/2008.