Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
Se están rápidamente colocando en su lugar las condiciones necesarias para el cumplimiento de Ezequiel 38—39. Turquía ya casi se ha pronunciado como parte de la coalición musulmana luego de haber sido uno de los aliados más confiables de Israel durante años. En cuanto al gran protector de Israel, los EE.UU., nuestros líderes actuales han retirado su apoyo al punto en que nadie puede decir con seguridad cómo responderíamos en el caso de un ataque en contra de Israel. Las autoridades judías sospechan que nuestras recientes declaraciones de apoyo son solamente palabras vacías dirigidas al consumo popular.
Si eso es así, todo lo que queda para que suceda Ezequiel 38 es que Israel tenga la suficiente confianza en su poderío militar para creer que nadie osaría atacarlos. El cumplimiento de las profecías del Salmo 83 e Isaías 17 podrían apresurar ese estado de descuido mental, y algunas fuentes bien informadas están prediciendo que estas batallas podrían suceder tan pronto como en este próximo verano. Solamente el tiempo lo dirá. Pero mientras tanto, para refrescar nuestra perspectiva profética, continuamos con nuestro repaso de Ezequiel 38-39.
“Así ha dicho Jehová el Señor: En aquel día subirán palabras en tu corazón, y concebirás mal pensamiento, y dirás: Subiré contra una tierra indefensa, iré contra gentes tranquilas que habitan confiadamente; todas ellas habitan sin muros, y no tienen cerrojos ni puertas; para arrebatar despojos y para tomar botín, para poner tus manos sobre las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el pueblo recogido de entre las naciones, que se hace de ganado y posesiones, que mora en la parte central de la tierra. Sabá y Dedán, y los mercaderes de Tarsis y todos sus príncipes, te dirán: ¿Has venido a arrebatar despojos? ¿Has reunido tu multitud para tomar botín, para quitar plata y oro, para tomar ganados y posesiones, para tomar grandes despojos?” (Ezequiel 38:10-13)
A Israel se le describe aquí como un país en paz según el modismo en los días de Ezequiel, una tierra de ciudades sin muros. En tiempos bíblicos los pueblos construían muros protectores solamente si estaban preocupados por ser atacados. Israel no estaría esperando una guerra. Cuando esta coalición enemiga ataque de manera sorpresiva, otros países que no están involucrados se darán cuenta. Y tampoco sabrán qué es lo que está sucediendo.
Seba y Dedán son primeramente mencionados como nietos de Cus en Génesis 10:7. Luego, en Génesis 25:3, leemos que también los nietos de Abraham llamados Seba y Dedán, le nacieron a uno de sus hijos, Jocsán, que él tuvo con su segunda esposa, Cetura. De este pasaje no queda claro de cual par de nietos se trata, pero los comentaristas, sin embargo, los identifican como que representan a las naciones de la Península Arábiga, especialmente Arabia Saudita. Según los arqueólogos W. F. Albright y Wendell Phillips, Seba estaba situada en la orilla suroeste de la Península Arábiga, al otro lado del Mar Rojo en lo que hoy día es Etiopía. Seba se conoce en la historia como Sabá en Arabia del Sur, hogar de los sabeos de la geografía clásica, quienes comerciaban con especias con los demás pueblos del mundo antiguo. Dedán era probablemente el hábitat de los árabes en la parte norte del Desierto de Arabia, lo que hoy día es Arabia Saudita. La antigua capital de Arabia Saudita aun se llama Dedán en muchos mapas de la actualidad.
Tarsis era hijo de Javán, quien se estableció en el área al sur de Grecia. Algunas personas ven su nombre como una referencia al antiguo Tarsesus, un puerto al sur de España, cerca de Gibraltar. Mientras que otras recuerdan las naves marinas de los fenicios quienes navegaban en “las naves de Tarsis”, desde Cádiz hacia Inglaterra, como el extremo norte, para traer estaño, un metal utilizado para fabricar bronce y otros metales, y que extraían de las minas en Cornwall. Algunas personas creen que la palabra Bretaña en realidad se deriva de la palabra fenicia que significa “fuente de estaño”. Si eso fuera así, y puesto que las naves de Tarsis traían estaño al mundo antiguo, esta referencia puede ser a Gran Bretaña haciendo que los “leoncillos” (en vez de ‘príncipes’ en la nota al borde del v. 13 de la Biblia de las Américas), o “pueblos” (Biblia de las Américas), o “ciudades” (Biblia Dios Habla Hoy), de Tarsis, sean las colonias de Gran Bretaña, de las cuales la más prominente hoy en día es los EE.UU. El hecho de que el león sea el símbolo del Imperio Británico tiende a apoyar este punto de vista.
Esta es la razón principal por la que yo no creo que esta batalla sea Armagedón de Apocalipsis 16:16. Hay muchos países importantes que no se encuentran involucrados, cuando, según Zacarías 14:2, todas las naciones de la tierra se reunirán en contra de Jerusalén para la batalla final.
“Por tanto, profetiza, hijo de hombre, y di a Gog: Así ha dicho Jehová el Señor: En aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel habite con seguridad, ¿no lo sabrás tú? Vendrás de tu lugar, de las regiones del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos a caballo, gran multitud y poderoso ejército, y subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo de los días; y te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan, cuando sea santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos” (Ezequiel 38:14-16).
Aquí el Señor deja ver Sus intenciones con toda claridad. Él está dirigiendo este evento para revelarse al mundo una vez más. El sinnúmero de años de debatir sobre la existencia de Dios y que se inició con la Escuela Alemana del Alto Criticismo en los años de 1.800 y ha continuado con el racionalismo moderno de los años de la década de 1950, serán reducidos a nada cuando Dios utilice esta batalla para asomar Su cabeza a través de cielo y exclamar, “¡Aún estoy aquí!”
“Así ha dicho Jehová el Señor: ¿No eres tú aquel de quien hablé yo en tiempos pasados por mis siervos los profetas de Israel, los cuales profetizaron en aquellos tiempos que yo te había de traer sobre ellos? En aquel tiempo, cuando venga Gog contra la tierra de Israel, dijo Jehová el Señor, subirá mi ira y mi enojo. Porque he hablado en mi celo, y en el fuego de mi ira: Que en aquel tiempo habrá gran temblor sobre la tierra de Israel; que los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo y toda serpiente que se arrastra sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán ante mi presencia; y se desmoronarán los montes, y los vallados caerán, y todo muro caerá a tierra. Y en todos mis montes llamaré contra él la espada, dice Jehová el Señor; la espada de cada cual será contra su hermano. Y yo litigaré contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre. Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy Jehová” (Ezequiel 38:17-23).
Cuando la coalición musulmana ataque a Israel, Dios va a decir: “Ustedes son aquellos de quienes Ezequiel le advirtió a Mi pueblo ya hace tanto tiempo atrás”. Con las señales que recuerdan todas las batallas celestiales peleadas en el pasado, el Señor se levanta en ira para ejecutar el juicio en contra de los invasores de Su tierra y los enemigos de Su pueblo. Y, como lo ha hecho otras veces, Él siembra la confusión en el corazón de los enemigos de Israel para que comiencen a atacarse los unos a los otros mientras desencadena las clásicas armas de la intervención divina. Terremotos, plagas, sangre, lluvia, granizo y azufre candente; estas son las señales de Su firma. Ni Israel, ni la coalición enemiga, ni los que están observando desde lejos, podrán interpretar correctamente todo esto.
Así es como termina el capítulo 38. La próxima vez veremos porqué algunas personas creen que esta batalla es nuclear y tendremos otra buena razón del porqué esta no es la última batalla de la era del hombre. Nos vemos entonces.