La Fiesta de las Primicias

Un Estudio Bíblico por Jack Kelley

Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.

Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá. Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová. Su ofrenda será dos décimas de efa de flor de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor gratísimo; y su libación será de vino, la cuarta parte de un hin. No comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que habitéis (Levítico 23:9-14).

Las Tres Fiestas de la Primavera

La Fiesta de las Primicias casi siempre se pasa por alto, porque la Pascua y la Fiesta de los Panes Sin Levadura la opacan y la rodean, sin embargo, se le puede llamar la más importante de estas fiestas, especialmente desde un punto de vista cristiano. Esto, a pesar de que las narraciones de los Evangelios no la mencionan, y que intercambian el uso de la Pascua y de la Fiesta de los Panes sin Levadura. Entonces es fácil perder de vista de que en realidad hay tres fiestas que se celebran al mismo tiempo.

A pesar de que no es obvio en el pasaje anterior, el Sabbath al que el Señor se refería es el que le sigue a la Pascua, lo que significa que así como la Pascua puede caer en cualquier día de la semana siempre se celebra el día 14 del primer mes, y la Fiesta de las Primicias siempre se celebra el siguiente domingo, después del Sabbath que es después de la Pascua. La Fiesta de los Panes sin Levadura se inicia el día 15 y tiene una duración de siete días, entonces la Fiesta de las Primicias se celebra antes de que la de la Fiesta de los Panes sin Levadura termine.

El año en que el Señor fue crucificado, la Pascua cayó en jueves. Tres días y tres noches más tarde era domingo en la mañana, la Fiesta de las Primicias. Y durante varios cientos de años después, la mañana del domingo después de la Pascua la conocían los cristianos como la Mañana de Resurrección.

¿Qué Día Es?

Pero durante el Concilio de Nicea celebrado en el año 325 d.C., los obispos orientales y occidentales de la iglesia estuvieron en desacuerdo sobre el día oficial de la festividad más importante de la iglesia. Los obispos orientales favorecían mantenerse con el cálculo que comprendía la Pascua como se describe en el Libro de Levítico, ya que muchos de ellos eran de origen judío, y porque los Evangelios habían colocado la Mañana de Resurrección después de la Pascua.

Los obispos occidentales, siendo de origen más gentil, favorecieron una fecha más cercana al comienzo de la primavera porque ya existía una serie de festividades paganas que se celebraban durante ese tiempo y una celebración religiosa se ajustaba aquí. Quizás esta sea la razón del porqué la iglesia occidental empezó a referirse a la Mañana de Resurrección como el Domingo de Pascua (Easter Sunday en Inglés—En Español también Domingo de Resurrección), adaptando el nombre de la deidad pagana babilónica Istar. La fiesta de Istar siempre se celebraba al inicio de la primavera y comprendía el uso de huevos y conejos, así como de otros símbolos de fertilidad. Aun hoy día podemos ver cómo otros elementos derivados de esos dos se han unido.

Eventualmente, debido en parte a su punto de vista de que ya que los judíos habían rechazado a Cristo, las tradiciones judías no debían ser usadas para seleccionar la fecha de la Pascua (Easter), la iglesia occidental la acomodó al primer domingo después de la luna llena que le sigue al equinoccio de primavera. Rápidamente, el Domingo de Pascua se desconectó de la Pascua judía tanto como hasta varias semanas aparte.

La adopción del calendario gregoriano (el que utilizamos en occidente hoy) en el año 1752, no hizo nada para corregir esta separación, y ya que la iglesia oriental u ortodoxa, se ajustó al anterior calendario juliano, ahora tenemos dos fechas para la Pascua (Easter) en la mayoría de los años. Cuando yo escribí la primera edición de este artículo en el año 2004, la Fiesta de las Primicias y la Pascua (Easter) de la iglesia ortodoxa y la occidental, coincidieron en una rara ocasión. Este año 2008, la Fiesta de las Primicias se celebra el 27 de abril, como lo hace la celebración ortodoxa de la Pascua (Easter), más de un mes después de la correspondiente celebración occidental.

La Práctica Común

Pero volviendo a la Fiesta de las Primicias. Los granos se sembraban en Israel en el otoño. Germinaban durante el invierno y dejaban de hacerlo tan pronto el clima calentaba un poco, para madurar en la primavera, primero lo hacía la cebada y luego el trigo. Los tallos se cortaban y se ataban en gavillas para que los recolectores los recogieran y echaran en la basura. Pero el cosechar o comer el nuevo grano no era permitido hasta que una gavilla de muestra fuera traída al Templo en el amanecer del primer día después del Sabbath que seguía a la Pascua. Este día se llamaba la Fiesta de las Primicias. Una ceremonia similar se llevaba a cabo para la cosecha del trigo en Pentecostés, que también se celebraba en domingo, siete semanas después.

Como ustedes saben, el Señor requería que las primicias de todo fruto se le trajeran a Él, ya sea de plantas o de animales. (En el caso de los animales, solamente el primerizo de cada animal era requerido, no el primero de cada estación. Para los humanos, se pagaba un pequeño rescate en el Templo para redimir al primerizo. El Señor expresamente prohibió cualquier tipo de sacrificio humano.)

El sacerdote tomaba la gavilla del grano y la mecía frente al altar del Señor como una muestra de la cosecha. A esto se le llamaba la ofrenda mecida. Para asegurarse de que había sido aceptada por el Señor, se ofrecía también un cordero de un año, junto con cuatro cuartos de flor de harina y una mezcla de aceite y un cuarto de vino. Si las fragancias mezcladas del cordero asado, el pan horneado y el vapor del vino se convertían en un aroma agradable al Señor, la ofrenda era aceptada. El Señor al haber recibido la primera porción requerida entonces ya se podía proseguir con la cosecha y el grano se podía moler para hacerlo harina para el pan de todos los días.

El Cumplimiento Profético

Al amanecer del día de la Fiesta de las Primicias en el año 32 d.C., cuando los sacerdotes estaban meciendo las gavillas del grano ante el altar, las mujeres llegaron a la tumba del Señor para preparar Su cuerpo para ser sepultado permanentemente. Debemos recordar que no tuvieron suficiente tiempo desde el atardecer del día en que Él fue crucificado, pues los siguientes dos días fueron Sabbath, y ningún trabajo les era permitido hacer. Es interesante notar que durante la Fiesta de las Primicias sí se permitía trabajar, no así en Pentecostés.

Pero la tumba estaba vacía. Él había resucitado, primicias de los que durmieron es hecho (1 Corintios 15:20). Más tarde durante ese día muchos santos del pasado de Israel fueron vistos en la ciudad de Jerusalén, habiendo también salido de sus tumbas (Mateo 27:53). Esta fue la ofrenda mecida del Señor, una muestra de Su cosecha de almas. Yo pienso que el aroma de la ofrenda del Templo fue especialmente agradable al Señor esa mañana. Los días de los sustitutos habían pasado, lo real había llegado (Hebreos 10:1).

El Triple Juego Final

Porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros (1 Corintios 5:7), y en ese mismo día se cumplió también la profecía de la Pascua. Luego, durante siete días después de la Pascua, los israelitas comían pan sin levadura para celebrar la Fiesta de los Panes Sin Levadura, y de hecho hacían un gran esfuerzo para quitar de sus casas cualquier traza de levadura. Esta fiesta simbolizaba una promesa de que el pecado del hombre, representado por la levadura, sería quitado totalmente. La muerte del Señor cumplió esa profecía también, porque Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). Y ciertamente lo quitó, así cuanto está lejos el oriente del occidente (Salmo 103:12).

Y puntualmente el Señor se levantó de la tumba, cumpliendo así con la Fiesta de las Primicias. Él es las primicias de los que durmieron es hecho, y Su resurrección confirmó Su victoria sobre el pecado y la muerte. Y sobre nuestros pecados también, porque «si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Romanos 10:9).

En Conclusión …

En mi opinión la Mañana de Resurrección es el día más importante en la historia del mundo y nunca debería ser llamado «Domingo de Easter». También creo que debemos celebrarlo en su propio aniversario. Hay gente que me ha dicho que no importa el día que escojamos mientras que lo recordemos y ese es uno de los argumentos que los obispos occidentales utilizan para justificar el combinarlo con la fiesta de Istar. Ese también es un argumento que podemos escuchar sobre los cristianos.

Pero a diferencia del día del nacimiento del Señor, nosotros sí sabemos el día exacto de Su Resurrección. Y puesto que ese día es el más importante de todos, es que debemos honrarlo en su propio aniversario, por respeto y por agradecimiento.

¿Por qué es que digo que la Resurrección es el evento más importante en la historia? Porque después que Él resucitó, el Señor ascendió al cielo para sentarse a la derecha de Dios. Habacuc 1:13 nos dice que los ojos de Dios son muy limpios para ver el pecado, y en la cruz Jesús había sido cargado con tanto pecado que el Padre no podía soportar verlo, lo que ocasionó que Él clamara dolorosamente en el único momento de todo Su calvario, «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?».

El punto es que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). Si solamente uno de los pecados de la humanidad que Jesús llevó en la cruz hubiera permanecido sin pagar en Su muerte, Él no podría haber salido de la tumba y ascender al cielo a la presencia de Dios.

El motivo de que cualquiera que pide recibe, cualquiera que busca encuentra, y que cualquiera que llama se le abrirá (Mateo 7:7-8) es que cada pecado de la humanidad fue pagado en la cruz. Cualquier persona, sin importar su mérito o justificación, ahora puede pedir ser salva sin ningún temor a ser rechazada. La Resurrección es la prueba que tenemos de ello. Y puesto que todos los pecados de nuestras vidas han sido pagados, ya no debemos tener ningún temor en hacer algo que nos pueda descalificar. Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (Hebreos 10:14). La Resurrección es también la prueba de eso.

Por eso es que debemos creer en nuestro corazón que Dios lo levantó de los muertos para poder ser salvos. Si usted no cree que Jesús regresó de los muertos, entonces tampoco podrá estar seguro que usted mismo lo hará. Pero si Usted sí lo cree, entonces podrá decir como lo hizo Job hace más de 40 siglos:

«Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí» (Job 19:25-27).

Eso hace que la Resurrección sea el evento único más importante en toda la historia humana. Selah 03-23-08