La Iglesia En Contra Del Rapto

Una Opinión por Jack Kelley

Cuando la comunidad cristiana se une en apoyo de alguna cosa, somos una fuerza reconocible. Un buen ejemplo de eso fue la elección presidencial de los EE.UU. en el año 2004. Muchos de esos 35 millones de votos que obtuvo George W. Bush fueron de los cristianos evangélicos. Tristemente, cosas como esa ya no suceden muy a menudo. Aun el evento del 11-S (9/11) no produjo ningún cambio a largo plazo hacia la unificación del Cuerpo. Pero intente usted imaginarse lo siguiente, si puede. Imagínese lo distinto que serían los EE.UU. hoy si todos los cristianos tuvieran el mismo punto de vista, estuvieran convencidos de que el Señor viene pronto por nosotros, y que estuvieran viviendo sus vidas de acuerdo con eso. ¿Podría usted empezar a ver la diferencia que estaríamos haciendo? Sería asombroso. Los EE.UU. serían comparados al Israel en tiempos de Salomón.

Para prevenir el tremendo efecto que tenemos para hacer el bien, el enemigo ha implementado una estrategia de “divide y vencerás”. Él sabe que mientras pueda mantener fracturado el Cuerpo de Cristo nos puede mantener débiles. Con el correr de los años, él ha montado un número de campañas para implementar esa estrategia. Dones versus no dones, el asunto de la infalibilidad, y el método apropiado de interpretación, son solamente unos que vienen a la mente. Pero uno de sus esfuerzos más exitosos ha sido tomar el hecho de que por Sus propias razones, Dios ha preferido mantener el momento del Rapto en secreto.

Las pistas que Él nos ha dado apuntan a que nuestra partida será antes del comienzo de la Semana Setenta de Daniel. Pero desde un principio, Satanás ha influenciado a los líderes de la iglesia para que concluyan que negando el punto de vista del Rapto antes de la tribulación y antes del milenio, nos mantiene concentrados en las cosas de este mundo en lugar de estar mirando hacia arriba, esperando al Señor. Y a pesar de que Pablo enseñó con toda claridad sobre un rapto de la Iglesia antes de la tribulación, y Juan reveló un Reino de una duración de mil años que le sigue, han surgido, desde entonces, y casi de continuo, puntos de vista alternativos.

Usted Escoja

Por los años 400 salió el amilenialismo para enseñarles a los creyentes que nunca esperaran ningún Reino literal. Se les dijo a los creyentes que la Segunda Venida se llevó a cabo cuando Jesús vino a sus corazones, que la Era de la Iglesia es el Milenio, y que la profecía no está supuesta a tomarse de manera literal. Esto removió un gran obstáculo para que el cristianismo fuera reconocido por Roma.

Luego, el postmilenialismo enseñó que la Segunda Venida sucederá después del milenio, el cual en realidad es una era dorada de la prosperidad y dominio cristianos en el mundo. El evangelio de la prosperidad y la teología del dominio son los resultados del postmilenialismo.

<>El punto de vista del Rapto después de la tribulación niega la doctrina de la inminencia al colocar el Rapto después de la tribulación. Sostiene que debemos esperar al anticristo, no a Cristo. El punto de vista del Rapto a la mitad de la tribulación (también conocido como pre-ira) es un compromiso entre los puntos de vista pretribulacional y postribulacional los cuales también niegan la inminencia. La Teología del Reemplazo salió para negar que el renacimiento de Israel sea una señal de los últimos días. El preterismo niega todos los eventos proféticos futuros. El Reino Ahora, o Dominionismo, alega que el Señor ni siquiera puede venir hasta que hayamos hecho nuestra parte de convertir el mundo. Como resultado del Dominionismo millones de creyentes han estado esperando toda su vida por un gran avivamiento que nunca ha sucedido, en vez de estar esperando al Señor, que sí es.

El efecto combinado de todo esto es que la mayoría de los creyentes están adormecidos porque ni siquiera tienen una idea de lo cerca que estamos del fin de la era. Mientras que las profecías que los cristianos han estado esperando durante 2000 años se están cumpliendo frente a sus ojos, están más preocupados sobre las hipotecas a largo plazo de sus casas y sobre el financiamiento libre de intereses para sus automóviles. El tener un ingreso suficiente para su jubilación, sobrepasa, en su lista de prioridades, al guardar tesoros en el cielo. Su incesante búsqueda para tener juguetes mejores y más grandes los distrae del aburrimiento en su vida, la cual ya no tiene sentido ni propósito. La falsa enseñanza sobre los tiempos del fin los ha dejado ignorantes de la cercanía del retorno del Señor y complacidos sobre su fe. Les ha robado su gozo, les ha apagado el espíritu, y no los ha hecho mejores que los incrédulos que nos rodean. De vez en cuando se encienden un domingo cuando asisten a sus iglesias, pero a mitad de la semana ya se les olvidó lo que les sucedió.

Eso significa lo siguiente. Según una encuesta reciente en los EE.UU., menos de un 10% de los creyentes vueltos a nacer, tienen una cosmovisión cristiana. Eso quiere decir que el 90% restante ha sido seducido a perseguir las mismas metas materialistas que nuestros vecinos incrédulos. Más de un 40% nunca le han dado un centavo a la obra del Señor. Y aun una mayor cantidad nunca han compartido el Evangelio con alguna persona. Algunos estudios muestran que la tasa de abortos entre los cristianos es la misma que la de los incrédulos, como lo es también la tasa de divorcios, y dos de tres de nuestros hijos dejarán de ir a la iglesia en el momento en que tengan la oportunidad de hacerlo.

Yo pongo mucha de la culpa de todo esto a los pies de los llamados teólogos que han permitido ser influenciados por Satanás mientras se les ha responsabilizados la enseñanza de la Palabra de Dios. Recuerden las palabras de Pablo a los Corintios:

“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11:13-15).

Sin saberlo o no, estas personas han aceptado las mentiras de Satanás y le han enseñado a los que se les han confiado, que la Palabra de Dios no es cierta.

La Generación Más Grandiosa

Lo que los medios seculares le llaman la generación más grandiosa de los EE.UU., son aquellas personas que pelearon y ganaron la Segunda Guerra Mundial, y que también es la generación que se sentaba en las bancas de las iglesias de las grandes denominaciones en los años de las décadas de 1940 y 1950. Allí les fue enseñado que Dios no creó los cielos ni la tierra en seis días y que Moisés no escribió la Torah. Que Daniel no escribió el Libro de Daniel, ni Isaías escribió el libro que lleva su nombre. Tampoco que Jesús alimentó a 5000 ni caminó sobre el agua, etc., etc. Al hacer a Dios lo suficientemente pequeño como para que quepa en sus mentes, los teólogos de estas denominaciones lo hicieron muy pequeño como para que pueda satisfacer nuestras necesidades. El amilenialismo se convirtió en su escatología porque con un Dios de ese tamaño tan pequeño, era más fácil creer que nada sucederá nunca. Ciertamente Él no va a retornar, dicen ellos, y aun si lo hiciera, de seguro no sería ahora. Algunos de ellos en realidad estaban diciendo que él había muerto. Debido a su enseñanza, millones de cristianos están adormecidos frente al momento más importante y emocionante en la historia del hombre.

Y no es porque la profecía haya fallado alguna vez, sino es porque como los saduceos que están frente a ellos, los teólogos dejaron de creer en eso y los maestros dejaron de enseñarlo. Jesús se refirió a esto en Su carta a la Iglesia de Sardis, la cual es un modelo de las iglesias de las denominaciones principales. “Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apocalipsis 3:3). Los saduceos perdieron la oportunidad de pertenecer al equipo del Señor al momento de la primera venida, porque dejaron de creer en las profecías. Los teólogos liberales y sus estudiantes se están perdiendo la Segunda Venida por la misma razón.

Pero ahora ha surgido otro gran ataque en contra de la profecía de los tiempos del fin, en nombre de la Iglesia Emergente. Los líderes de este movimiento no enseñan mucho de la Biblia porque su éxito se basa en no decir algo que pueda ofender a la gente que está sentada en las bancas. Consecuentemente no se habla sobre nacer de nuevo, o el estar listos para el retorno del Señor. Ellos solamente hablan de que son seguidores del Señor y no solamente creyentes en Él, pero la verdad es que no discuten mucho sobre lo que esas dos cosas significan. Las bancas de sus iglesias y sus cuentas bancarias están llenas, y sus miembros se mantienen ocupados con proyectos que generalmente hacen mucho bien en el nivel terrenal pero no están diseñados para atraer a nadie más cerca del Reino. El estudio de la profecía es visto como que no es productivo y es una distracción a sus metas, una de las cuales es esforzarse por lograr una división del 50/50 en su membresía entre los creyentes y los incrédulos. La razón para ello es que los incrédulos pueden ayudar a formar un consenso que apartará a los creyentes de los absolutos morales y espirituales del cristianismo tradicional. E igual a los carismáticos que buscaban un avivamiento, existe un hilo de dominionismo que corre a través de la doctrina de la Iglesia Emergente. Los ayuda a mantenerse concentrados en las cosas del mundo.

¿A Cuál Pertenece Usted?

Entonces, los liberales son amilenialistas y no saben la diferencia entre un rapto y una ruptura. Los pentecostales, los carismáticos y las congregaciones emergentes son, por lo general, dominionistas, aunque por diversas razones. Los católicos y muchos protestantes conservadores tienen el punto de vista del Rapto después de la tribulación. Casi todos ellos han sido salpicados por la teología de la sustitución, y raramente estudian la profecía. Quedan entonces los evangélicos, y aun entre nosotros hay un creciente desacuerdo.

Se ha vuelto popular el solamente sonreír y decir de la iglesia protestante, “Sobre lo esencial de la salvación estamos todos de acuerdo, pero en lo que no es esencial hay campo para muchas opiniones diferentes”. ¡Tonterías! La Biblia no es un documento que se escribió para proveerles a las personas la ocasión de un debate con muchas opiniones diferentes. La Biblia es la Palabra de Dios y no está sujeta a la opinión de la gente. Y aunque no nos pueda gustar del todo, nadie tiene el derecho de reinterpretarla para ajustarla a sus propios deseos.

Pero mientras nos sentamos a discutir sobre lo que dice, el mundo se está cayendo en pedazos y el tiempo se está acabando. El Señor ya viene de vuelta, y el 90% de la iglesia está distraída por el mundo, sin imaginase que eso va a suceder.

Dios dijo, “[Yo] anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero… Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré” (Isaías 46:10-11). Y no es que Él ha dejado de ejecutar esta promesa, es que la mayor parte de la Iglesia ha dejado de creer y, por consiguiente, no la está esperando.

De las cinco coronas que los creyentes pueden ganarse como recompensa por la manera como viven, una les será otorgada a aquellas personas que anhelan Su venida (2 Timoteo 4:8). Siempre me ha fascinado que esta corona se llame la Corona de Justicia. La mayoría de la gente pensará que esta se la darán a las personas que han vivido una vida ejemplar. Pero no es así., Nuestra justicia se nos ha impartido por la fe. El anhelar Su retorno es una señal de fe en Su promesa de que Él retornará (Juan 14:1-3). Me pregunto cuántas de ellas serán otorgadas. Mis pensamientos. 13/09/2008.