La Maldicion De Eva

Un Estudio Biblico por Jack kelley

Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla (Génesis 1:28).

¿Por qué Dios nos ordena ser fructíferos para luego hacer sufrir a la mujer durante el alumbramiento? La respuesta usual a esta pregunta es una referencia a Génesis 3:16, la así lamada «Maldición de Eva». Pero pensemos sobre eso por un momento. ¿Cómo pudo Dios haber creado un cuerpo con un sistema pro creativo tan complejo e intricado, diseñado para funcionar a la perfección, para luego introducirle una falla en los últimos pasos de ese sistema, causando a un grupo de músculos funcionar en contra de otro solamente para producir dolor?

Más aun, ¿por qué existen tantas culturas humanas en donde el dolor intenso durante el alumbramiento no es normal? Y si supuestamente debe de existir dolor, ¿por qué los sabios judíos no tuvieron nada más que decir cuando escribieron sobre el alumbramiento?

Y La Respuesta Es …

Primero estudiemos Génesis 3:16 para tener una respuesta fascinante sobre estas preguntas. Tomemos una traducción moderna, la Nueva Versión Internacional (NVI) (a pesar de que todas son muy similares). A la mujer Dios le dijo, «Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor».

Ahora veamos la Versión Reina Valera 1960 (RV 1960), la cual es una traducción que data de varios cientos de años antes. «A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos».

Para efectos comparativos y aclaratorios hemos indicado también la referencia de la Biblia en inglés King James (KJV).

Génesis 3:16 NVI: A la mujer le dijo: «Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor. Desearás a tu marido, y él te dominará.»

Génesis 3:16 RV 1960: A la mujer dijo: Multiplicaré (rabá, Strong 7235, aumentar) en gran manera los dolores (itstsabón, Strong 6093, preocupación) en tus preñeces; con dolor (étseb, Strong 6089, pesar) darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido.

Genesis 3:16 KJV: Unto the woman he said, I will greatly multiply thy sorrow (itstsabón, Strong 6093) and thy conception; in sorrow (étseb, Strong 6089) thou shalt bring forth children; and thy desire shall be to thy husband, and he shall rule over thee.

(En el idioma inglés, «Pain» es el dolor físico, y «Sorrow» es el dolor como de pesar, de duelo.)

Al leer las traducciones en las versiones anteriores, hay tres cosas que debemos considerar. Tomaremos la más grande de primero, al comparar «dolor» (NIV y RV 1960), con el «dolor como pesar» [«sorrow»] (KJV). Segundo, al leer la traducción NIV vemos que dice, «Multiplicaré tus dolores en el parto». Los multiplica—aumenta—¿con qué motivo? Aun no había nacido ningún niño. Entonces, ¿multiplicar y aumentar significan lo mismo? Y, finalmente, ¿qué es lo que en realidad significa este versículo y a quién se le puede aplicar?

Primero lo que es Primero

Un estudio de las palabras traducidas del hebreo original, nos muestra que en la versión en inglés KJV el uso de «sorrow and conception» (pesar y concepción), es más consistente con el original que la de la NVI de «darás a luz con dolor». La palabra traducida «sorrow» (pesar) en la KJV y dolor en la NVI se usa solamente tres veces en la Biblia, mientras que la palabra «dolor» que es un posible significado, no se traduce así en ningún otro lugar. El uso de pesar («sorrow») en la KJV es el uso preferido (itstsabón, Strong 6093).

A propósito, la segunda vez que aparece la palabra dolor en la NVI («y darás a luz a tus hijos con dolor») se deriva de una palabra hebrea diferente, la cual se usa siete veces en la Biblia. Pero esa no se traduce como dolor en ningún otro lugar tampoco. De nuevo, pesar («sorrow») es la palabra preferida en la versión KJ. Ambas palabras se derivan de la raíz hebrea étseb (Strong 6089). Aparece 17 veces, diez de las cuales se traducen «sufrir» (grieve), y una vez más, dolor no se usa.

¿Entonces, cómo fue que se escogió la palabra dolor? ¿Es que los traductores modernos estuvieron más influenciados por sus percepciones y/o experiencias personales referentes al alumbramiento, que en la intención del idioma hebreo?

Todo Depende en Cómo lo Veamos

Supongamos por un minuto que ellos estuvieron influenciados por eso y que la versión en inglés KJV es la más fiel al original. ¿Por qué va Eva a sentir pesar al dar a luz un hijo? La respuesta más obvia la obtenemos del castigo que ella obtuvo. Debido a su pecado, ella y su esposo fueron expulsados del paraíso y sus vidas serían desde ahora en adelante increíblemente diferentes (léase mucho peor) que antes. Los hijos que traerían al mundo al cumplir el mandamiento de Dios nunca van a tener la experiencia de la vida que ellos conocieron, y todo por culpa suya. ¿Le dará eso un gran pesar al corazón de una madre? ¡Claro que sí!

Uno de ellos, les prometió el Señor, sería su redentor, pero ¿cuál de todos, y cuán pronto sería? En Génesis 4:1-2 queda implícito que cuando ella tuvo a Caín esperaba que él fuera esa persona. Así que cuando nació Abel, ella pensó que era redundante (su nombre significa sin sentido). Pero cuando Caín lo asesinó, ambos fueron descalificados.

¿Qué Sigue Ahora?

Y eso nos lleva al segundo punto a considerar. [«I will greatly multiply your sorrow and your conceptions (literally pregnancies)]» «Multiplicaré (rabá, Strong 7235, aumentar) en gran manera los dolores (itstsabón, Strong 6093, preocupación) en tus preñeces» le dijo el Señor. Aquí vemos que aumentar y multiplicar no son traducciones equivalentes de la palabra hebrea, la cual literalmente significa muchos, o numerosos. Y observemos la frase «multiplicaré en gran manera» la cual modifica tanto pesar («sorrow») como preñeces («conceptions»). ¿Cuántos hijos tendría ella que tener antes que el redentor llegara a salvarlos? ¿Cuántas desilusiones tendría que soportar cuando uno tras otro fracasaban en llenar los requisitos? ¿Cuántas veces tendría ella que ser recordada de las consecuencias de su pecado? Una lectura literal del pasaje nos indica que habría tomado una enorme cantidad de embarazos y que cada uno la haría sentirse peor sobre la situación de los hijos.

Y ahora, nuestro punto final para reflexionar. Con todo eso en mente, ¿podría la llamada «Maldición de Eva» referirse al pesar por su pecado, el cual se multiplicaría con cada embarazo, y no a sus dolores de parto ni los de cualquier otra mujer? Obviamente, ninguno de los hijos directos de Eva los pudo redimir. La palabra traducida simiente en Génesis 3:15 también significa descendiente, y así a través de los siglos se volvió en el deseo secreto de toda mujer judía el ser la madre del Redentor. «El Deseo de las Mujeres, (KJV)» (el amor de las mujeres, RV 1960) se convirtió en un título mesiánico (Daniel 11:37). Durante 4.000 años todas las mujeres se decepcionaron, hasta que un día María fue finalmente escogida. Muchos embarazos, mucho pecado, muchos pesares. Tiene sentido. Entonces, ¿por qué tanto dolor?

Resumiendo

Estas tres han sido las conclusiones hasta ahora:

1.- Las palabras traducidas como dolor en las versiones modernas de este pasaje (Génesis 3:16) lo más probable es que signifiquen pesar y no se refieren al acto del nacimiento en sí, sino más bien a los sentimientos de culpabilidad y remordimiento que tuvo Eva debido a su pecado en el paraíso.

2.- La palabra traducida multiplicar se refiere a que los pesares de Eva y sus concepciones serían numerosos, y no haciendo que los dolores del alumbramiento fueran más intensos.

3.- Este pasaje lo más probable es que deba aplicársele a Eva y sus descendientes femeninas, cada una de las cuales tenían el deseo de ser la madre del Redentor, una recompensa que no tendría la maternidad judía durante 4.000 años. Probablemente no exista ninguna aplicación general para toda la humanidad femenina y ciertamente no en cuanto al propio nacimiento de refiere.

¿Cuál es el Punto?

Si todo lo anterior es cierto, y si Dios no maldijo a la humanidad femenina con los dolores del parto, entonces, ¿por qué tantas mujeres experimentan ese dolor? Extrañamente, la medicina moderna ha sido sugerida como la culpable. Solamente hace unas pocas generaciones, luego de miles de años de partos hogareños sin asistencia, se volvió una moda el tener un doctor a la par para atender el parto. Pronto eso incluyó la anestesia, la estadía en un hospital y la prescripción de drogas.

Aquellas personas que podían costear ese tipo de tratamiento se sentían privilegiadas, y de esa manera, muchas mujeres lo buscaban. El hacer del nacimiento un evento menos difícil se volvió en una meta noble y potencialmente lucrativa para la profesión médica. Lo único que faltaba era la manera de poder pagarlo. Con el aumento en la disponibilidad del seguro médico entre la población trabajadora, el tener un hijo se convirtió en un evento médico, el cual se llevaba a cabo en un hospital de igual manera que una apendectomía, en lugar de ser un evento natural que se llevaba a cabo en el hogar como lo era cuando los traductores de la Biblia King James lo hicieron hace varios cientos de años atrás.

Conforme los doctores y los hospitales se convirtieron en una parte más importante (y cara) del proceso, el nacimiento de un hijo tenía que ser más en respuesta a las demandas de una agenda. En nombre de la eficiencia, el proceso de nacimiento tenía que ser controlado a través de una intervención para acomodar las apretadas agendas, ya fuera que tanto el bebé o la madre estuvieran listos o no. (Y para ser justos con la profesión médica, luego de nueve meses de gestación muchas madres, especialmente aquellas que tienen agendas de trabajo muy cargadas, se vuelven impacientes para terminar el embarazo y les exigen a los médicos que apresuren las cosas.) Las drogas y los procedimientos para inducir el parto en el día programado se utilizan ahora de manera rutinaria, y son contrabalanceados con otro tipo de drogas que son necesarias para contrarrestar el dolor causado por la falta de una adecuada relajación y preparación.

Esto puede ser la explicación del porqué el dolor no se considera normal en algunas culturas «subdesarrolladas» (¿?). Al no poder costear ni doctores ni hospitales, esas futuras mamás deben de esperar hasta que el bebé esté listo para salir de manera natural y por eso es que se toman el tiempo para prepararse adecuadamente. Ellas aprenden que sus cuerpos y sus bebés saben exactamente lo que tienen que hacer y en el momento propicio. La tarea de la mamá es mantenerse relajada y concentrada en hacer que ambos lo hagan.

¿Hay Algo Más?

Pero para muchas mujeres, la necesidad de hacer que todo funcione según lo programado ha hecho que el dolor sea una parte aceptada y aun esperada del proceso, el cual debe de ser tratado con drogas. Después de todo, la profesión médica gira alrededor de medidas correctivas, no preventivas. La noción de dar a luz un bebé de manera natural no se fomenta, y por lo tanto, no se hace ningún esfuerzo, o muy poquito, para educar a las futuras mamás sobre métodos que están libres de drogas para disminuir el dolor, o enseñarles las técnicas de relajación que les permiten a los grupos de músculos trabajar en conjunto en una armonía libre de dolor, tal y como el Señor los creó en primer lugar.

Por el contrario, a las madres que están esperando se les enseña que deben esperar dolor, y mucho dolor, y eso lo hacen las amistades y los familiares que lo han experimentado, lo mismo que por sus proveedores de cuidados maternales. Después de solo unas pocas generaciones, simplemente no conocemos la diferencia. Las madres que quieren dejar que sus cuerpos y sus bebés hagan lo que específicamente fueron creados a hacer en su propio momento y con el mínimo de intervención, ahora se encuentran que tienen que luchar por su derecho a controlar su propia experiencia del parto.

¿Quién Causó Este Problema?

Al mirar Génesis 3:16 en el lenguaje original parece ser que Dios queda absuelto de esa responsabilidad. Y ya que los sabios hebreos no mencionaron mucho sobre el dolor a la hora del nacimiento en sus escritos, probablemente tampoco lo fue un montón de hombres celosos de antaño como las feministas paganas quieren que usted piense. ¿Así que a quién se le debe culpar?

Sintiéndolo mucho, probablemente somos nosotros mismos los culpables. Conforme nos acercamos cada vez más al final de la era, parece que ya sea que rehusemos reconocer del todo la Biblia como el Manuel del usuario para la raza humana, o cuando sí la consultamos, torcemos los significados para ajustarlos a nuestras propias nociones preconcebidas.

En el caso del nacimiento de un bebé, los eruditos modernos aparentemente han malinterpretado este pasaje del Génesis debido a la influencia de su propia experiencia, experiencia que fue el resultado de no haber preparado a las futuras madres para que dieran a luz a sus bebés de mantera natural como fue la intención de nuestro Creador. El dar a luz es una función natural del ser humano, diseñada para funcionar sin ninguna intervención, pero nosotros hemos hecho la intervención como la norma. ¿Todavía duda porqué no funciona igual de bien?

Pero el hombre le ha dado las espaldas a la Biblia inclinándose a favor de sus propias soluciones a los problemas con que se encuentra, y el nacimiento de un bebé no es el único ejemplo. Aquí presentamos unos pocos más.

Déme Unos Ejemplos

El Libro de Deuteronomio les ordena a los padres que les enseñen a sus hijos. Pero los educadores no aceptan la abrumadora evidencia de que los niños educados en su casa sobrepasan tanto a los estudiantes de las escuelas públicas como las privadas, en habilidades sociales y académicas.

A mediados de los años de 1.300 la plaga bubónica eliminó a la tercera parte de la población de Europa antes que fuera totalmente detenida al aplicar procedimientos de cuarentena los cuales están indicados en el Libro de Levítico del Antiguo Testamento.

Buenas normas de nutrición y de sanidad, las cuales son los métodos más efectivos para reducir la mortalidad infantil al prevenir las enfermedades en general, han sido ignoradas o activamente resistidas a través de la mayor parte de la historia. Estas medidas habían sido enseñadas a nuestros primeros ancestros, fueron escritas en la Torá por Moisés hace 3.500 años, y eso les dio a los judíos de la antigüedad lapsos de vida dos o tres veces mayores que los de sus contrapartes paganas. Pero estas normas fueron abandonadas con el advenimiento de la iglesia, la cual en sus primeros años se quitó de encima todo lo que era judío, incluyendo, tristemente, el Antiguo Testamento y todos los comentarios que lo acompañan.

(Por ejemplo, la circuncisión en los varones judíos ha demostrado una reducción dramática en la incidencia del cáncer cervical entre sus esposas. Sin embargo, durante siglos la sociedad gentil ignoró este procedimiento, y hoy día la tendencia es volver a alejarse de ese método otra vez.)

Más tarde, los humanistas seculares emergentes se distanciaron del Nuevo Testamento también. Cuando el profesor de la Universidad de Harvard William James escribió que el hombre puede cambiar su vida cambiando su actitud mental, esa declaración fue alabada como el descubrimiento más grande de su generación, y sin embargo, el Apóstol Pablo había escrito sobre lo mismo en su carta a los Efesios más de 1.800 años antes (Efesios 4:22-24).

La afirmación y la visualización son dos herramientas poderosas para combatir el dolor y mantener un resultado positivo en circunstancias difíciles, las cuales han sido descritas recientemente como métodos de control mental desarrollados por el movimiento de la nueva era. Pero Pablo le enseñó ambos métodos a la primera iglesia. Específicamente, él les amonestó a los filipenses, quienes estaban bajo intensa persecución, que siempre se regocijaran, le dieran gracias a Dios por todas las cosas, y que tuvieran solamente buenos pensamientos, positivos y plenos (Filipenses 4:4-9). Él les dijo que el resultado sería un sentido de paz que sobrepasaría el entendimiento humano y así podrían pasar a través de los tiempos difíciles. Él les dijo a los corintios que ignoraran lo que vieran con sus propios ojos y que visualizaran la vida porvenir, enfocándose en ella como una manera de sobresalir del desánimo que sentían (2 Corintios 4:16-18). Y la lista continúa.

En Proverbios 14:12 se nos dice que «Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte». ¿Cómo sería la vida de hoy de diferente si no hubiéramos rechazado la Biblia como una fuente de sabiduría para la vida efectiva, buscando en sus páginas las soluciones a los problemas que confrontamos e investigando la infinita sabiduría de Dios para las respuestas, en lugar de depender en los métodos de prueba y error del hombre ignorante?

Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios. (Romanos 1:20-22).