Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
Hal Lindsey especuló una vez que en su juicio Satanás le lanzará dos acusaciones a Dios. “Tú no eres justo y Tú no tienes amor”. En nuestro último estudio vimos cómo Dios demostró Su justicia perfecta con Israel y Su amor perfecto con la Iglesia. Israel vivió bajo un sistema de leyes absolutamente justas. Era claro y conciso, no tenía excepciones, ni mostraba ningún favoritismo. Había bendiciones para la obediencia y castigo para la desobediencia en una obvia relación de causa y efecto. Lo que ellos determinaban eso obtenían. Dios les dijo, “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa” (Éxodo 19:5-6).
A la Iglesia se le mostró las incomparables riquezas de la gracia de Dios. Nosotros somos los más bendecidos entre cualquier otro grupo de la humanidad y lo único que se nos pide es que aceptemos por fe el regalo gratuito de la salvación el cual fue adquirido por adelantado para nosotros con la vida del mismo Dios. Así es, Dios se complace si vivimos nuestras vidas de una manera que le exprese nuestra gratitud a Él, pero lo único que Él requiere es que creamos en aquel que Él envió. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
En la Era del Reino los creyentes serán salvos por fe, como la Iglesia, pero estarán obligados a guardar la Ley como evidencia de su creencia, como Israel. Justicia perfecta, amor perfecto. Esta será la respuesta final de Dios a Satanás y Su intento final de morar entre Su pueblo en paz. ¿Funcionará, o como Israel y la Iglesia antes de esto, la Era del Reino terminará en un fracaso?
Solamente hemos hablado sobre la Ley y la Gracia, pero realmente hubo otros cuatro intentos de lograr una coexistencia pacífica entre Dios y el hombre, los cuales nos llevan a estos últimos dos. Para poder comprender totalmente la historia del hombre con su Creador, es necesario que repasemos estos otros intentos también. Se les llama Dispensaciones, o administraciones, y son siete de ellas en total.
Las Siete Dispensaciones
A través de la historia Dios ha tratado con Su pueblo en diferentes formas como parte del proceso de revelar Su carácter. Cada una de estas dispensaciones dio inicio con un acuerdo entre Dios y el hombre el cual subsecuentemente el hombre violó, terminando esa relación en un fracaso y requiriendo así el juicio de Dios.
1). Inocencia… Entre la Creación y la caída del hombre Dios interactuó libre y personalmente con el hombre. El hombre fue creado como un ser inmortal y mientras tuviera el ministerio (el poder de decisión) no tenía una naturaleza pecaminosa. Dios colocó a Adán y Eva en Su paraíso y solamente les dio una restricción. Pero ellos violaron esa restricción y fueron expulsados del paraíso. Adán, Eva, y la serpiente fueron juzgados, la Creación fue maldecida y el pecado entró en el mundo.
2). Conciencia… Entre la caída del hombre y el diluvio universal Dios le permitió a la conciencia del hombre gobernar sin la intervención divina. Debido a la recién adquirida naturaleza pecaminosa del hombre, el resultado fue “que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5). Después de repetidas advertencias, Dios destruyó a todos los miembros de la raza humana, menos a ocho de ellos, en el diluvio universal.
3). El Gobierno Humano… desde el diluvio universal a la Torre de Babel. Después del diluvio Dios le permitió al hombre establecer su primer sistema de gobierno. Pero la gente desobedeció el mandato de Dios de ir a poblar la tierra, y en vez de eso se dedicó a edificar una gran ciudad y una torre para protegerse de otro diluvio. También la gente utilizó esa torre para estudiar astrología, que es una corrupción del Evangelio que Dios había escrito en las estrellas utilizando el nombre de las 12 constelaciones. Por eso Dios le dio a cada una de las 70 familias de los hombres un lenguaje único para que las otras familias no les entendieran. Esto causó confusión y desconfianza entre la gente así que se separaron para dispersarse en todo el mundo, y Dios destruyó la torre.
4). La Promesa… Dios apartó a los descendientes de Abraham como Su pueblo escogido y les prometió a Abraham y a Sara un hijo por medio del cual, les dijo, Él bendeciría al mundo. Pero se cansaron de aguardar Su promesa, así que por su cuenta produjeron un hijo, llamándolo Ismael. Más tarde, cuando Dios les dio a Isaac, el hijo que Él les había prometido, Ismael fue despedido produciendo la mala sangre entre Ismael (los árabes) e Isaac (los judíos), la cual continúa hasta el día de hoy.
5). La Ley… desde el Monte Sinaí hasta Pentecostés. Después que Dios sacó a los israelitas de Egipto, le dio a Moisés los 10 Mandamientos y les ofreció a los judíos la tierra que le había prometido a Abraham junto con una vida de paz y de plenitud si obedecían Su Ley. Después de 2000 años de estar vacilando entre la obediencia y la rebelión que tuvo como resultado su rechazo del Mesías, Dios finalmente tuvo suficiente, los expulsó de su tierra y los dispersó por todo el mundo.
6). La Gracia… la Era de la Gracia. Al no ser ya requerido que la justicia se obtuviera por medio de la obediencia a la Ley, Dios impuso Su propia justicia al hombre por la gracia mediante la fe en la obra completa del Señor Jesús, prometiendo la bendición eterna y un lugar en Su propia casa para todas las personas que la aceptaran. Fue el regalo escandalosamente más lujoso jamás dado, el cual es gratuito con solamente pedirlo. Pero hacia el final de la Era de la Gracia la mayor parte de la humanidad habrá rechazado Su regalo, escogiendo la gente en lugar de eso vivir en sus propios términos, apostando ya sea que Dios no existe, y si existe, que Él les permitirá entrar en Su reino de todas maneras. Después de remover a los relativamente pocos que han aceptado Su regalo para que estén seguros con Él, Él castigará al resto de ellos a través del tiempo más severo de juicio que jamás haya tenido la Tierra.
7). El Reino… el Reino de mil años del Señor, también conocido como el Milenio. En el comienzo Satanás será atado, todos los incrédulos serán expulsados del planeta, la maldición será removida, y Dios una vez más va a morar en medio de Su pueblo. Ustedes pensarán que finalmente el hombre podría vivir de una manera agradable a Él. Ya sea que lo haga o no, eso el objeto de nuestro estudio.
¿A Quién Le Llama Usted Un Fracasado?
Algunas personas en la Iglesia pueden cuestionar el punto de vista de que la Era de la Gracia ha sido un fracaso, pero eso es porque nosotros estamos entre las pocas personas que hemos aceptado el regalo gratuito del perdón del Señor y, por consiguiente, vamos a disfrutar de sus beneficios. Recuerden, el deseo de Dios es reconciliarnos con Él (Colosenses 1:19-20). Él no quiere que nadie perezca sino que todos lleguen al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). Y sin embargo, durante los últimos 2.000 años la mayoría de las personas han rechazado Su regalo y se han ido por su propio camino. Después de haber hecho todo lo que podía hacer, aun quedándose corto de no violar el libre albedrío del hombre al obligarlo a aceptar el perdón que Él ofreció, la mayor parte de la humanidad lo habrá rechazado. ¿Lo podrá usted culpar por ponerse tan bravo hasta llegar a derramar Su ira completa en contra de la humanidad?
Un principio de la compensación motivacional sostiene que cuando uno le da a la gente algo que no se ha ganado y que no se lo merece, usted no obtiene su respeto, sino que obtiene su resentimiento. Nunca antes Dios le había dado tanto al mundo, más de lo que merece, y nunca antes el mundo ha resentido más Su presencia que como hoy en día.
Aun en la Iglesia la respuesta al regalo gratuito de Dios de la vida eterna, ha sido más apatía que adoración. Cuando menos de un 10% de la gente que alegan haber nacido de nuevo han adoptado una visión cristiana del mundo, queda claro que existe una seria ruptura entre Su regalo y nuestra gratitud. Cuando comparamos eso a la meta deseada de la Era de la Gracia, ha sido un fracaso.
Nada de esto sorprende más a Dios que el resultado de Sus intentos previos. Él no hace las cosas para ver cómo respondemos. Ya Él conoce eso. Él hace las cosas para que podamos ver cómo es que vamos a responder nosotros. Pablo dijo que todo lo que se había escrito en el pasado se había escrito para nuestra enseñanza (Romanos 15:4). Hasta el momento, la lección ha sido que no importa lo que Dios ha hecho para acercarnos más a Él, el hombre no es confiable y es rebelde, alejando a Dios de sí mismo y acarreándose en juicio encima de él.
Y Ahora Para El Reino
Entonces, ¿qué hay sobre la Era del Reino, será también un fracaso? Un estudio sobre la Era del Reino muestra que al inicio la vida será en la tierra tan similar al cielo como uno se la pueda imaginar. Habrá paz en la tierra, y buena voluntad para con los hombres, tal y como el ángel se lo prometió a los pastores en la noche del nacimiento del señor (Lucas 2:14). La recién liberada creación responderá ansiosamente al esfuerzo del hombre. Un clima perfecto y una generosidad abundante harán que el trabajo de la gente sea un gozo en lugar de una carga pesada. Un lapso de vida extendido retornará ya que la enfermedad y los males físicos serán cosa del pasado. “Aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días. Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas” (Zacarías 8:4-5). Esto será cierto en todo el mundo porque el Señor solucionará las disputas entre las naciones y la paz fluirá como un río.
La Biblia solamente describe el inicio y el fin de la Era del Reino, pero debido a las impactantes diferencias entre las dos descripciones, podemos suponer que después de un período de tiempo, las cosas empiezan a deteriorarse rápidamente. La administración del Señor será justa pero inflexible. Él regirá a las naciones con vara de hierro y Su castigo por la desobediencia será duro y rápido. (Recuerden que la Era de la Gracia termina con el Rapto.) En algún momento la gente de la Tierra se rebelará. El Salmo 2 nos cuenta la historia.
“¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas.
El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte” (Salmo 2:1-6).
Una vez más los seres creados presumirán que pueden librarse del gobierno de su creador. Pero el Rey que rige la Tierra fue puesto allí por el mismo Dios, y eso le hace el Rey de sus reyes. Luego Él les recordará cuál es la posición de ellos en la jerarquía.
“Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás. Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.” (Salmo 2:7-12).
En un evento que más tarde fue modelado en la ceremonia de adopción bíblica (Gálatas 4:4-7), el Padre formalmente nombra a Su Hijo el heredero de Su posesión legándole Su herencia. Todas las naciones son Suyas, y Él tiene la autoridad de regirlas como mejor le plazca. La elección del hombre será obedecer o sufrir las consecuencias. La obediencia será recompensada con bendición, pero la rebelión acarreará una rápida destrucción.
Tampoco se nos dice cuántas personas serán salvas durante el Milenio, ni cuál será su destino. Lo que se nos dice es que al final de los mil años de la Era del Reino Satanás será soltado y no tendrá ningún problema para reclutar un enorme ejército para un último intento de recuperar su imperio perdido. Él encontrará una audiencia que está lista para escuchar su engaño y su ejército pronto será tan numeroso como las arenas del mar. De todas partes del mundo se reunirán para rodear al pueblo de Dios y Su Ciudad Santa. Pero con una rápida y repentina ráfaga de fuego desde el Cielo, todos serán consumidos y Satanás será lanzado al lago de fuego por toda la eternidad (Apocalipsis 20:7-10). Una vez más, el hombre se rebela, Dios lo juzga y otra Era termina en fracaso.
“Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos” (1 Corintios 15:24-28).
La respuesta de Dios a las acusaciones de Satanás será completa. El juicio de Satanás será final. El Cielo y la Tierra serán purificados. La Eternidad dará comienzo. Y Dios reinará supremo. ¡Aleluya! 30/05/09.