Una Opinión por Jack Kelley
«Se desmayarán de terror los hombres, temerosos por lo que va a sucederle al mundo» (Lucas 21:26 NVI)
Yo sé que el versículo anterior se refiere a la gran tribulación, pero me vino a la mente cuando leí algunos de los «reportajes noticiosos» que han llegado a mi pantalla esta semana. Aquí tenemos unos ejemplos de lo que está sucediendo en la actualidad.
1. El Presidente y todos sus colaboradores están mintiendo a boca llena con respecto a la propuesta del gobierno sobre el plan de salud. Ellos están planeando apoderarse de la industria de los seguros, le exigirán a todas las personas que se inscriban, y nombrarán burócratas que nunca hemos conocido, para que determinen el nivel de salud que necesitamos.
2. La gente se tirará a la calle este otoño rebelándose en contra de los intentos del gobierno de hacer obligatorio que toda la gente se vacune en contra de la gripe.
3. La quiebra comercial venidera de las hipotecas y las tarjetas de crédito serán aun peor.
4. A mediados del otoño, los presentadores de las noticias dominicales estarán abiertamente utilizando la palabra «depresión» para describir nuestra condición económica.
5. En una movida para reemplazar el dólar, los bancos van a cerrar durante unos días, pronto, para prepararse a emitir la nueva moneda. Cuando reabran, toda la gente descubrirá que la nueva moneda tendrá un valor de apenas entre 8 a 16 centavos de dólar.
6. La Guardia Nacional está reclutando gente que puedan entrenar para convertirlos en especialistas en internamientos/reasentamientos, quizás para dirigir los campos de internamiento que se están construyendo en todo el país.
7. El gobierno está trabajando en la manera de poder implementar los programas de «detención preventiva» para encerrar a la gente con anticipación a los crímenes que puedan llegar a cometer.
Estos son solamente los informes que recibo de fuentes que siempre he considerado fidedignas. Ni siquiera voy a mencionar las que recibo de los «locos» que están allá fuera. No tengo la menor idea de si alguna de estas afirmaciones es cierta. Y eso es parte del problema. No creo que exista ninguna fuente de información totalmente imparcial que haya quedado en este país. Todos están presionando por algún tipo de agenda. La posición intermedia parece ser que ha desaparecido, y la gente en ambos lados se está volviendo muy cruel con cualquier persona que esté en desacuerdo con ellos. La polarización de las opiniones le ha puesto punto final a cualquier discusión que tenga sentido.
Como resultado de ello, un creciente número de personas cree que el gobierno está tratando de jugarnos una mala pasada y por eso están disgustadas. Y cuando pareciera que lo que todos los gobiernos hacen es atacar a las personas que los critican, la gente se vuelve más desconfiada.
Y eso es lo que hace que yo piense en Lucas 21:26. Se dice que nuestro mayor temor es el temor a lo desconocido y en este momento hay muchas cosas que son desconocidas. Entonces, tomemos un momento para repasar lo que podemos saber y centrarnos en ello.
Esto Sabemos
Lo primero que sabemos es que, históricamente, Dios siempre ha tomado el caso de las personas que están en posiciones de liderazgo cuando sus planes son contrarios al bienestar de Sus hijos. Él hizo que el profeta Miqueas explicara esto en unos términos que no son inciertos.
«¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder! Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad.
Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí, yo pienso contra esta familia un mal del cual no sacaréis vuestros cuellos, ni andaréis erguidos; porque el tiempo será malo» (Miqueas 2:1-3).
Obviamente Miqueas se estaba dirigiendo a Israel, pero los paralelos con los eventos actuales son notables, y Pablo dijo que todo lo que se había escrito en el pasado se escribió para enseñarnos (Romanos 15:4). Según algunas personas, la transferencia más grande de la riqueza en la historia se acaba de llevar a cabo. Y antes de que esto termine, muchas personas verán sus casas y sus propiedades siendo decomisadas y muchas más habrán sido estafadas de sus herencias.
Pero espere un momento, dirá usted, el fraude implica una intención deshonesta. Ciertamente lo es. ¿Hay alguien que crea que la quiebra financiara actual, la cual ha tomado décadas en hacerse, llegó sin darnos cuenta? ¿Es que todas las mentes financieras más brillantes de hoy fueron tomadas por sorpresa? ¿Aquellas personas que también sabían del asunto, también perdieron la mitad de sus activos? ¿A dónde fue todo ese dinero?
Un día de la semana pasada, un panel de economistas declaró que la recesión había terminado, y un banco principal informó haber pagado más de tres mil millones de dólares en bonos a su personal senior. Al día siguiente nos enteramos que las ventas minoristas del mes de julio se desplomaron sin previo aviso, y que una cantidad récord de solicitudes de empleo han sido presentadas. Y la recesión que supuestamente ha terminado no nos muestra ninguna prueba sólida de su fin sino hasta mediados del año 2010. ¿No se siente usted un poco como un hongo? (¿Mantenido en la oscuridad y alimentado con un montón de estiércol?)
De hecho, el Señor hizo que Miqueas les dijera a los líderes de Israel, «¿Están ustedes mintiendo en sus camas durante la noche, maquinando conspiraciones nuevas para defraudar a mi pueblo? Pues bien, Yo también estoy en mi cama en las noches diseñando las maneras cómo castigarlos». ¿Y quién, dice la historia, que ganó la competencia? Y si de nuevo se repite, ¿quién creen que la ganará?
Y Sabemos Esto
Y si estamos siendo tratados injustamente, los líderes responsables de ello obtendrán lo suyo. Pero el Señor tiene un mensaje para las víctimas también, y eso es lo otro que sabemos. Hay muchas versiones sobre este mensaje y ya hemos tratado algunas de ellas con anterioridad. El Rey David escribió esta.
«No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán.
Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón» (Salmo 37:1-4).
Cuando los malignos prosperan no tiene que ser a expensas nuestras. El Señor tiene recursos ilimitados y al confiar en Él los deseos de nuestro corazón pueden ser concedidos sin importar lo que haga la demás gente. Empezamos en confiar en Él (le entregamos nuestra vida a Él) y a hacer el bien (literalmente, le somos agradables a Él). Habitamos en la tierra y seremos apacentados (nos atenemos a Él y dejamos que Él nos provea). También nos deleitamos en Él (dejamos que nos mime). Conforme lo hacemos Él nos da los deseos de nuestro corazón (responde nuestras oraciones y peticiones). ¿No tiene usted trabajo o está preocupado y preocupada de que pronto estará sin trabajo? ¿Está usted perdiendo su casa u otras pertenencias? Esta puede ser una oportunidad maravillosa para que usted le vuelva su vida al Señor y permitirle que haga todas estas cosas que Él siempre ha querido para usted. Recuerde, Jesús dijo, «Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia» (Juan 10:10). ¿Aun se encuentra bien económicamente? Hágalo de todas maneras.
«Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía.
Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo.
Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra» (Salmo 37:5-9).
Nosotros solamente necesitamos encomendar nuestro camino al Señor y confiar en que Él lo hará. Aun si pareciera que los malignos prevalecen en contra de nosotros, debemos ser pacientes y no enojarnos o perder la esperanza. No podemos darnos el lujo de ser como los cristianos del primer siglo los cuales con gozo aceptaban la confiscación de sus propiedades, porque ellos sabían que ellos mismos tenían mejores posesiones y más duraderas. Y como ellos, no debemos tirar nuestra confianza, ya que será ricamente premiada. Necesitamos perseverar para que cuando hayamos cumplido la voluntad de Dios, podamos recibir lo que se nos ha prometido (Hebreos 10:34-36).
¿Recuerdan cuando el ejército de Faraón había acorralado a los israelitas entre las montañas y el Mar Rojo? El pueblo se sintió traicionado y se aterrorizó. Le exigieron a Moisés que les explicara cómo es que se habían metido en este tremendo lío.
«Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis» (Éxodo 14:13).
Y eso permanece siendo un buen consejo. El Señor no es como nosotros. Él no cambia su forma de pensar ni rompe Sus promesas (Números 23:19). Las promesas del Salmo 37 son aun más ciertas hoy en día que cualquier acuerdo, por más firme que sea, que uno pueda negociar en la Tierra. Usted solamente tiene que confiar en Él.
Eso es todo lo que podemos hacer y todo lo que necesitamos hacer. Nosotros no podemos confiar en nuestros líderes, no podemos confiar en los expertos, no podemos confiar en los medios de comunicación. Solamente podemos confiar en el Señor.
«Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas» (Proverbios 3:5-6). Esto es lo que sabemos. Estos son mis pensamientos el 15/08/09.