Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
«No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan» (Mateo 6:19-20)
Los dólares norteamericanos están respaldados por la «total fe y crédito» del gobierno de los Estados Unidos, no por las aproximadamente 147 millones de onzas de oro guardadas en Fort Knox, como era la costumbre. (A $1.000 la onza de oro, eso representa una fortuna de $147 mil millones. Las últimas estimaciones confiables han calculado que el total de dólares en circulación o depositados es de $8,3 billones [sistema métrico decimal] [sistema inglés, $8,3 trillion], y aun si el dólar estuviera respaldado por el oro, cada dólar valdría menos de 2 centavos en oro.)
Entonces, el valor del dólar está determinado por cuánta confianza le tiene el resto del mundo a la estabilidad de la economía de los Estados Unidos. China tiene la mayor reserva de dólares, cerca de 2 billones (2 trillion), además de $800 mil millones en bonos. China ha dado a conocer que su confianza en el dólar se ha sacudido por el reciente revuelo económico en los EE.UU. Rusia, Irán, Arabia Saudita, y otras naciones, creen lo mismo. Y recientemente las NN.UU. se han unido a China y a otros países, en un llamado para formar una nueva moneda más estable, y así reemplazar el dólar en los mercados mundiales. Estén seguros de que si estos países pueden encontrar una forma de poder reemplazar el dólar, lo harán, y el valor del dólar declinará aun más rápidamente.
Ellos harán esto porque saben que los EE.UU. ha estado llenando el mercado con dinero que ni siquiera vale lo que cuesta el papel en el que está impreso, y tarde o temprano, eso disparará una espiral inflacionaria que erosionará aun más el valor del dólar. Durante las recientes rondas de reuniones cumbre sobre la economía, otras naciones están insistiendo en que los EE.UU. acuerden dejar de gastar (imprimiendo papel moneda) y empiecen a ahorrar. Pero no creen que nuestro gobierno esté deseoso de contener los gastos para que esta acción sea efectiva. Por consiguiente, su elección es hacer algo y perder un poco ahora, o no hacer nada y perder mucho después.
Mientras Tanto, En Casa…
Al mismo tiempo, los expertos de este país creen que el desempleo permanecerá elevado durante un año más, aproximadamente. Ellos creen que más casas, quizás más de un millón, pronto serán rematadas. Ellos saben que los mercados comerciales de bienes raíces y de tarjetas de crédito aun se encuentran en problemas y pueden disparar otra recesión, aun antes de que podamos salir de la que estamos ahora. Últimamente he estado observando más comentarios sobre la «recesión, parte 2» en las columnas financieras, como una posibilidad para el año 2010.
También ha sido reportado que un nuevo fenómeno, llamado Impago Estratégico o «abandono», ha ingresado en la escena financiera. Esto sucede con los propietarios de casas que a pesar de tener una buena posición crediticia y quienes generalmente están al día en sus pagos, han decidido simplemente abandonar sus obligaciones hipotecarias. Y lo hacen porque creen que nunca podrán volver a obtener el valor de la inversión inicial de su casa. Según el diario L. A. Times, hubo cerca de 580.000 de estos casos el año pasado, más del doble del total de los casos presentados en 2007, y los indicadores actuales muestran que este número está continuamente aumentando. (En California en donde este negocio fue una vez pujante, ha quebrado, los abandonos representaron 68 veces más en 2008 que en 2005.)
Debido a toda esta incertidumbre, algunas personas están considerado convertir su dinero efectivo a otras monedas, como el Euro o el Yen, por ejemplo, para así protegerse en contra de la posibilidad de la sorpresiva caída del dólar, pero pronto se dan cuenta que todas las demás monedas son igualmente frágiles.
Aun otras personas entran en el mercado del oro y la plata, sin entender que ese es un lugar para colocar las inversiones de manera temporal mientras la economía se mejora. Uno no puede gastar las monedas que compra. No importa lo que valga su artículo de cinco dólares en oro, el cajero del súper mercado simplemente le va a dar ese mismo valor en comida. Usted tendrá que encontrar un comprador que le de papel moneda por su oro antes de que usted lo pueda gastar. Y si la economía nunca rebota, usted puede perder su suerte.
La profecía bíblica dice que el mundo llegará al punto cuando la gente trabajará todo un día solamente para poder comprar la comida de ese día (Apocalipsis 6:6). No sobrará nada para pagar el alquiler, los servicios públicos, o cualquier otra cosa. Esto no sucederá porque la comida esté escasa, sino más bien porque el dinero valdrá muy poco. Por consiguiente, el intentar ahorrar lo suficiente para esos días es un esfuerzo inútil. Durante los períodos de una inflación galopante, los ahorrantes son castigados por la disminución constante en el valor de sus ahorros.
Por ejemplo, se necesitan 12 dólares de hoy para igualar el poder adquisitivo que un solo dólar tenía al final de la Segunda Guerra Mundial, y durante ese tiempo, la inflación total promediaba un 4% anual. El poder adquisitivo del dólar puede erosionarse muy significativamente en cuestión de meses durante un período de inflación galopante.
Pero mi propósito aquí no es el de presentar un seminario en economía, sino más bien presentar la única estrategia de inversión que le puede proteger a usted en contra de una pérdida catastrófica si el suelo se le derrumba bajo sus pies. Esto incluye convertir los dólares terrenales, los cuales continuamente declinan en valor tanto en los buenos tiempos como en los malos, por los dólares del Reino, los cuales no pueden perder su valor, como tampoco pueden pederse ni ser robados.
Esta estrategia consiste de dos metas. La primera meta es poder sobrevivir de manera confortable los tiempos duros que se avecinan en lo que resta de esta vida (Sobreviviendo), y la segunda meta es producir riqueza para la próxima (Prosperando). Usted puede hacer ambas cosas empezando ahora mismo.
Meta 1. Sobreviviendo
«Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir… Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mateo 6:25, 33)
Hace un par de años empecé a advertirle a la gente que cambiara su estilo de vida de manera voluntaria, ya que sino más tarde sería obligada a hacerlo involuntariamente. Desde entonces muchas personas han sido obligadas a ajustar sus estilos de vida, y muchas más están tambaleándose en el borde. Sin embargo, no he escuchado historias de iglesias que se llenan con gente en busca de la justicia del Señor.
Si usted es una de las personas que ha podido sobrevivir la primera ronda de agitación financiera y salió ilesa, no crea que automáticamente está inmune a la siguiente. Sinceramente creo que el Señor está permitiendo que cada fuente de seguridad sea sistemáticamente despojada de nosotros hasta que solamente quede Él. No sea duro o dura, con usted mismo. Tome el primer paso ahora. Busque Su reino y Su justicia y empiece a sentir que la carga de sus preocupaciones le es quitada de encima, y la sonrisa volverá a mostrarse en su rostro en el momento en que usted le permita a Él tomar la responsabilidad de cuidarle. El Señor es el único capaz de llevarnos a través de los tiempos difíciles que aun están por venir.
Meta 2. Prosperando
«Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará… Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra» (2 Corintios 9:6, 8).
Esperar que el Señor le bendiga antes de que usted empiece a invertir en Su obra es como esperar que una estufa se encienda antes de ponerle la leña. La siembra siempre va antes de la cosecha, entonces usted empiece en donde está ahora. Recuerde lo agradecido que usted está porque el Señor le ha salvado, y hacia dónde se estaría dirigiendo si Él no lo hubiera hecho. Entonces, exprésele su agradecimiento invirtiendo en Su obra. Usted no necesita ir en busca de un área que tenga necesidades. Solamente encuentre un lugar en el que es obvio que el Señor ya está obrando allí, y colabore. Dé con agradecimiento y generosidad según sea su capacidad. Y recuerde, cada vez que lo hace, usted está convirtiendo sus dólares terrenales por dólares del Reino.
«Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia» (2 Corintios 9:10).
Pronto usted se dará cuenta de otras áreas en las que puede ayudar y así sabrá que su capacidad de ayuda habrá aumentado. Cuando al principio solamente tenía un dólar para invertir, usted verá que ahora tiene dos dólares. Luche contra la tendencia de dejarse algo y en su lugar aumente su dar, y siempre con una actitud de agradecimiento. Lo principal es recordar aquí que el dar con la expectativa de recibir no es ser generosos, sino es ser avaros. (Ese es el principal error del llamado evangelio de la prosperidad.)
«Para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios» (2 Corintios 2:11).
Hay muchas personas que se preocupan porque nunca tendrán lo suficiente como para darle el 10% al Señor. Pero las personas que practican esta estrategia de buena fe, se encontrarán dando el 30-40% y aun tendrán más que suficiente para ellas mismas. Si usted trabaja por un salario, es difícil imaginarse cómo es que eso puede funcionar. Pero debemos recordar que todo dinero proviene del Señor, sin importar quién es el que firma su cheque del salario, y Él tiene una cantidad ilimitada. Muéstrele que usted es un buen mayordomo con lo que Él le ha dado ahora y usted tendrá un aumento, porque Él prometió que todas aquellas personas que son fieles en lo poco, les será dado más. Pero para las personas que no son fieles, aun lo poco les será quitado. La evidencia de esto es lo que nos rodea.
La primera parte de 2 Corintios 9:11 es tan emocionante para nosotros que nos olvidamos de la segunda parte. Así es, nosotros podemos ser ricos en todas las formas, pero los seremos cuando seamos generosos en cada ocasión. Y ese es el segundo fracaso del evangelio de la prosperidad. La riqueza no es un regalo que se desperdicia para ser indulgentes con nosotros mismos, sino que es un fondo que debemos administrar en beneficio de otras personas. Gastar el dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos no es una expresión de agradecimiento como tampoco es una demostración de generosidad. Al contrario, es una evidencia de que si el Señor nos diera más dinero seríamos más avaros.
«Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad» (Lamentaciones 3:22-23).
No importa lo hundido que usted esté financieramente, usted no está fuera del alcance del Señor. El mismo día en que usted determine en su corazón abandonar su estilo de vida de auto indulgencia y empiece a expresar su agradecimiento, Él hará Su obra en usted para que el futuro suyo sea diferente.
Y recuerden, la generosidad no es una cantidad, es un estado mental. No es lo mucho que usted invierta en Su obra lo que importa sino el motivo de su corazón mientras usted lo haga. ¿Recuerdan la ofrenda de la viuda? (Lucas 21:1-3).
«Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir» (Lucas 6:38).
La parte importante es que esta estrategia de inversión paga mejor que cualquier otra que usted pueda encontrar. Y también no puede ser superada por una seguridad general. El banco del Señor no puede fracasar, la inflación nunca erosionará sus ganancias, y nada podrá nunca afectar que el valor de su inversión disminuya. También, podemos ver de los ejemplos que he citado que los retornos que usted tendrá se pagan tanto en este mundo como en el otro. ¿Qué otra inversión conoce usted que le puede prometer eso?
Y hablando de la seguridad. El valor de los dólares del Reino está respaldado por la total fe y crédito del Mismo Altísimo. El valor de los dólares terrenales solamente se encuentra respaldado por la total fe y crédito del gobierno de los Estados Unidos. ¿Está usted de acuerdo con eso?
«Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee» (Lucas 12:15).
La única condición que el Señor impone sobre esta estrategia es que dejemos de conformarnos a los patrones de este mundo y permitamos que nuestro entendimiento sea transformado cuando se trata de nuestra relación con Él (Romanos 12:1-2). Eso significa que debemos darle a Él la última palabra al determinar la dirección de nuestras vidas, y expresarle nuestro agradecimiento por lo que Él ha hecho por nosotros al ser el canal por medio del cual Él puede bendecir el mundo que nos rodea. Cuando lo hagamos, descubriremos que sentiremos más agradecimiento, demostraremos más generosidad, y a su vez experimentaremos mayores retornos. No podemos perder. Selah 26-09-09.