Un Comentario por Jack Kelley
Este artículo es una actualización de uno que publiqué hace dos años. Hay dos cosas que me obligaron a publicarlo de nuevo. Primero, es una buena actualización del artículo de la semana pasada sobre el crecimiento del Islam. Y segundo, la semana pasada, a último momento, Turquía le propinó un puntapié a los ejercicios militares conjuntos con Israel, los cuales también comprendían a Italia y los EE.UU. Cuando se retiraron bajo protesta, Turquía respondió reprogramando un ejercicio militar de entrenamiento, pero esta vez con Siria. La razón que Turquía dio fue que Israel no pudo hacerle entrega de unos aparatos de vigilancia no tripulados, Heron, dentro de la fecha programada, a pesar de que Turquía fracasó al no poder fabricar una pieza para ese aparato lo que hizo que la entrega no pudiera realizarse.
Turquía ha estado distanciándose de Israel desde la ofensiva a Gaza, y además de los ejercicios de entrenamiento cancelados, empezó recientemente a transmitir una serie de programas en la televisión mostrando a los soldados israelitas como asesinos de niños. Fuentes internas indican que el primer ministro turco, Erdogan, está convencido de que Turquía está destinada a jugar un papel más crucial en las políticas del Medio Oriente, reviviendo el Imperio Otomano. A ese fin Turquía se ha involucrado más en la diplomacia del Medio Oriente al actuar como mediador entre Siria e Israel, y ha hecho un pacto con Siria e Irán el cual incluye una participación militar y comercial más amplia entre los tres países. Algunas personas ven esto como el renacimiento de la potencia militar de los tiempos del fin conocida como los Reyes del Norte en Daniel 11. Entonces, miremos esto más de cerca.
Los Reyes Del Norte Y Del Sur
«Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará» (Daniel 11:40).
En este versículo vemos tres reyes, y sus identidades deben de ser descubiertas para poder entender completamente lo que va a suceder en los días que nos llevan al fin. Estos son los Reyes del Norte, los Reyes del Sur, y uno que se identifica en Daniel 11:36 como el rey que se engrandece a sí mismo. Nosotros le llamamos el anticristo. Toda la narración en Daniel 11:4-35 se desarrolla con un relato sobre varias generaciones de los reyes del norte y los reyes del sur, pero este otro rey no es ninguno de los anteriores, sino que vence a ambos.
Pero primero, el Rey del Norte. La visión en Daniel 11 fue dada en el año 536 a.C. y comienza cuando un ángel le dice a Daniel lo que va a sucederle al reino persa, que en ese momento estaba en el poder. Después de tres reyes persas más, se levantará un cuarto rey, uno especialmente rico y poderoso. Este rey persa, a quien conocemos como Jerjes I, tomó como su reina a la mujer judía conocida como Hadasa, llamada Ester en el idioma persa (Ester 2:16-17). Él formó un ejército poderoso e intentó infructuosamente conquistar Grecia en el año 480 a.C. Cerca de 150 años después, las cosas cambiaron y un rey de Grecia conquistaría el imperio persa. Esto vio su cumplimiento con Alejandro Magno.
Luego se le dice a Daniel que en efecto el reino de Alejandro se dividirá en cuatro partes, según los cuatro vientos del cielo, no quedándole a su hijo. (Después de la muerte de Alejandro, sus cuatro generales se dividieron el reino entre ellos.) Los siguientes 30 versículos se dedican a las familias de dos de esos generales, Seleuco, conocido en Daniel 11 como el primer rey del norte, y Ptolomeo, el primer rey del sur. En los primeros 35 versículos de Daniel 11 se encuentran 135 profecías históricamente confirmadas, la mayoría teniendo que ver con los descendientes de estos dos hombres. Los otros dos generales, Casandro (el occidente) y Lisímaco (el oriente) no son mencionados aquí, pero de hecho, Casandro regresó a su tierra natal y reinó sobre Macedonia, y Lisímaco eventualmente perdió su porción ante Seleuco.
Así, los primeros reyes del norte y del sur fueron Seleuco y Ptolomeo respectivamente. En cuanto a los territorios, Seleuco eventualmente obtuvo el control de lo que hoy día conocemos como Siria, Líbano, Irak, Irán, Afganistán, Pakistán y algunas partes de Turquía. Reinando por un tiempo desde Babilonia en el moderno Irak, construyó una nueva capital 30 kilómetros al sureste sobre el río Tigris, y la llamó Seleucia. Ptolomeo tomó Libia, Egipto, Sudán, Israel y Jordania, y escogió Alejandría en Egipto como su capital.
A través de sus descendientes, estos dos reyes, durante los siguientes cientos de años, pelearon entre sí por el control del mundo conocido. Luego Daniel 11:33-35 nos trae la revuelta de los macabeos cuando el último de los reyes importantes del norte, Antíoco IV Epífanes fue derrotado.
De La Historia A La Profecía
Hasta ahora este ha sido un repaso de la historia. Pero empezando en el versículo 36 nos adelantamos rápidamente hacia el tiempo del fin, cuando las versiones modernas de estos dos reyes pelearán contra el anticristo. ¿Qué les hará hacer eso? Aquí es donde nos volvemos un poco más especulativos. Existe una creciente evidencia que sugiere que una lucha por el control del emergente imperio islámico está surgiendo entre los árabes musulmanes y los árabes no musulmanes. La meta del Islam es llegar a formar un imperio mundial islámico, o como le llaman, un califato, por lo cual existe una feroz competencia para ver quién puede formarlo. Esta competencia pone a Irán y sus aliados en oposición a Egipto y sus aliados. El grupo de Irán está principalmente formado por no árabes y chiítas, y el grupo de Egipto está formado principalmente por árabes y sunitas.
No debe de sorprenderles a los estudiosos de la profecía saber que el grupo de Irán comprende un territorio casi idéntico al territorio que tenía el rey del norte bíblico, y que el grupo de Egipto es el equivalente moderno al del rey del sur, agregándole Arabia Saudita, pero excluyendo a Israel. (Todos los países involucrados, siendo Siria la gran anomalía aquí, hablan árabe y son predominantemente sunitas. Quizás es por eso que se ha reportado que Irán tiene un plan de contingencia para deponer a Bashar Assad si es necesario.)
Pero debemos recordar que según Daniel 12:1 aquí estamos hablando sobre el inicio de la gran tribulación. Tanto Isaías 17 como Ezequiel 38-39 sucederán antes de que esta competencia por la supremacía musulmana se lleve a cabo. Esto nos dice que mientras Siria dejará de ser un factor luego de Isaías 17 y ni siquiera se le menciona en Ezequiel 38, Irán no será destruido anticipadamente ni por los EE.UU. ni por Israel, ni por ambos en conjunto (aun si se hiciera un intento), ni será completamente eliminado debido a la batalla de Ezequiel, y se recuperará para contender por la supremacía musulmana.
La frase de Ezequiel «y enviaré fuego» (Ezequiel 39:6), la cual muchas personas creen que es una referencia a una guerra nuclear, está dirigida a Magog, a las costas distantes (en algún lado más allá del Mediterráneo) y al campo de batalla en Israel. No se hace mención alguna de cualquier destrucción en Persia (Irán). Y cualesquiera que fueran los ejércitos iraníes que participan en Israel, serán diezmados, pero Irán como tal sobrevivirá.
Las personas que siguen la política del Medio Oriente pueden observar la competencia entre estos dos grupos por la supremacía islámica. Por ejemplo, ¿recuerdan cómo Osama bin Laden, un sunita de Arabia Saudita, condenó a los chiítas de Hezbolá por haber ido «prematuramente» a la guerra en contra de Israel en el verano de 2006? A pesar de que Israel es su enemigo común, él le advirtió al mundo musulmán que no apoyaran la acción de Hezbolá. Últimamente existen rumores de que si la presión aumenta, Arabia Saudita le abrirá su espacio aéreo a Israel para que sus aviones de guerra puedan bombardear los blancos nucleares en Irán. (A pesar de que esto lo han reportado los noticiosos británicos, los oficiales de Arabia Saudita lo han negado.) Y también debemos observar cómo Irán ha desplazado a Arabia Saudita como el principal patrocinador de Hamas, a pesar de que Hamas es sunita. Para ganar esta competencia, uno tiene que tener el control de Jerusalén. Todas las acciones de Irán con Hamas, Siria y Hezbolá están dirigidas a ese fin.
Si este punto de vista es correcto, debemos esperar más competencia entre estos dos grupos, hasta que lleguen al punto cuando al comienzo de la gran tribulación solamente un rey superior en poder y en autoridad los pueda unir. Este rey superior deberá ser un personaje islámico con un derecho para dirigir ese califato que el que podrían tener el Rey del Norte o el Rey del Sur de manera independiente, y aun así, estos dos no se darán por vencidos sin presentar pelea.
Una Perspectiva No Tradicional
Por supuesto que este punto de vista requiere que la religión mundial de los últimos días sea el Islam, y no una versión del Catolicismo ni del panteísmo de la nueva era. Y se hará más factible cuando emerja el anticristo, puesto que este saldrá de la pierna oriental del imperio romano, y no de la occidental. Constantinopla (Estambul) también es conocida como una ciudad sobre siete montes, es la antigua capital del imperio romano oriental y también puede cumplir fácilmente con la profecía de Apocalipsis 17:9, como lo hace Roma.
Conforme los detalles de la escatología islámica se hacen más conocidos, los estudiosos de la profecía están descubriendo asombrosas similitudes entre las descripciones de al Madi, algunas veces llamado el Mesías Musulmán, o el Doceavo Imán, y un personaje que los cristianos llaman el anticristo. Ya he mencionado eso en artículos anteriores, cómo en sus respectivas profecías, ambos suben a escena durante un tiempo de gran agitación en la tierra, ambos afirman su deseo de restablecer la paz, ambos tienen un reinado de siete años, ambos son la cabeza de una sola religión mundial y de un solo gobierno mundial, ambos afirman tener orígenes sobrenaturales, y ambos reinos terminan con una batalla entre el bien y el mal con lo cual se produce el juicio final en la tierra.
«También invadirá nuestro hermoso país, y muchos países caerán bajo su poder, aunque Edom y Moab y los jefes de Amón escaparán de sus manos. Extenderá su poder sobre muchos países, y ni Egipto podrá salvarse. Se adueñará de los tesoros de oro y plata de Egipto, y de todas sus riquezas, y también someterá a los libios y a los etíopes [Sudán]» (Daniel 11:41-43 NVI).
Este punto de vista también produce la primera explicación plausible que yo he visto del porqué a Daniel se le dijo que la actual Jordania sería perdonada durante la «santa» campaña de este gran califa de someter a todo el mundo bajo su dominio, a pesar de que Egipto, Libia y Sudán serán obligados a sometérsele. Los musulmanes sunitas creen que este gran califa tiene que ser un árabe de la familia Hachemita de la cual el actual rey de Jordania, Abdula II, es el patriarca. Esto ayuda a explicar la extraordinaria influencia que Abdula II tiene sobre los asuntos del Medio Oriente y porqué él, de manera «no oficial» controla el Monte del Templo. Los hachemitas una vez dominaron todo el Medio Oriente y fueron los custodios de todos los lugares santos de los musulmanes.
Yo no estoy diciendo que Abdula II sea el anticristo. Recuerden que Daniel 11:41 dice que Jordania y sus líderes serán librados del control del anticristo. Yo creo que su reino será dejado sólo como una deferencia a su genealogía como el cuadragésimo tercer descendiente directo del profeta a través de la hija de Mahoma, Fátima, y su pariente más cercano que está vivo.
Pero no, lo más probable es que al Mahdi, al que identificamos como el anticristo, sea el que someta a los Reyes del Norte y del Sur, mientras perdona a Jordania. De manera increíble, de una forma que solamente Dios puede hacer, eso hace que en Petra, un área montañosa a una distancia como de tres horas en automóvil al sur de Aman, capital de Jordania, se encuentre el sitio perfecto de refugio para proteger a los judíos creyentes durante la gran tribulación.
Y este punto de vista explica el porqué, a pesar de todas las formas más rápidas y fáciles disponibles para ejecutar a las personas, la que Apocalipsis menciona es la decapitación. Solamente de manera reciente es que nos hemos enterado de la preferencia que tienen los terroristas islámicos por este método de ejecución. Durante generaciones los eruditos bíblicos fueron ridiculizados por insistir en un entendimiento literal de la decapitación como el método de ejecución durante el tiempo de la tribulación. Todo eso cambió cuando entramos en Irak.
El error más grande que el occidente está cometiendo es ignorar las corrientes religiosas ocultas en el Medio Oriente islámico. Como lo han demostrado los recientes eventos en el Medio Oriente, los musulmanes, si se les da la oportunidad, siempre escogerán ser gobernados por la ley islámica en lugar de una democracia al estilo occidental. Su religión les enseña que la ley islámica es más justa. Y la meta del Islam es establecer un califato mundial en el que solamente habría dos clases de personas, aquellas que se someten y las que son el blanco de la ejecución.
Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase (Apocalipsis 13:15).
Y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años (Apocalipsis 20:4).
Si ustedes escuchan con cuidado, ya casi se oyen los pasos del Mesías. 17/10/09