Los Tiempos del Fin Según Ezequiel, Parte 2

Un Estudio Bíblico por Jack Kelley

Como lo mencioné en la primera parte de este estudio, Ezequiel ignoró todo el período posterior al exilio, la Primera Venida, y la subsiguiente diáspora de 1.900 años en su libro, saltándose desde la destrucción de Jerusalén en el año 586 a.C. hasta la re-unión de la Nación en 1948. Una posible explicación es que después que la Gloria Shekina se alejó del Templo antes que Jerusalén fuera destruida (Ezequiel 10), nunca ha vuelto a regresar y no lo hará sino hasta el comienzo del Milenio (Ezequiel 43). Durante todo el período del Segundo Templo su actividad se llevó a cabo sin que el Espíritu Santo estuviera entre los querubines sobre el Arca en el Lugar Santísimo.

De hecho, el Arca mismo, junto con el Propiciatorio y los querubines, se han perdido desde antes que empezara el cautiverio babilónico. Según el Mishna, que es la codificación oficial de las leyes orales judías, no había ningún mobiliario en el Lugar Santísimo del Segundo Templo, sino solamente una plataforma de piedra, llamada la piedra fundamental, sobre la cual el Arca había estado en el Primer Templo. El primer sumo sacerdote que ingresó en el Lugar Santísimo del Segundo Templo en un Yom Kippur debe de haber salido corriendo de inmediato, gritando «¡Icabod! ¡Icabod! (¡Sin Gloria! ¡Sin Gloria!). ¡La Gloria del Señor ha partido y nosotros debemos arrepentirnos hasta que la nube de Su Presencia vuelva a llenar el Lugar Santísimo!»

Pero en vez de eso, y durante varios cientos de años, ellos condujeron la ceremonia como si Él estuviera allí, salpicando la sangre sobre la piedra fundamental y esperando que Él les perdonara desde lejos. Después que el Segundo Templo fue destruido en el año 70 d.C. ya ni eso pudieron volver a hacer.

El enfoque de Ezequiel en la santidad puede explicar su omisión de 2.600 años de la historia de Israel. Recuerden, su meta principal era la de recordarles que ellos eran el pueblo santo del templo santo, la ciudad santa, y la tierra santa. Al abandonar a Dios a cambio de las deidades paganas de sus vecinos, Judá no solamente se había contaminado como pueblo, sino que también había contaminado el templo, la ciudad y la tierra. La única alternativa que le quedó a Dios era la de apartarse de ellos, enviar a Su pueblo cautivo y destruir a la nación.

Ezequiel 36 es un resumen que se extiende desde la re-unión en 1948 hasta la Era del Reino. En este el Señor promete traerlos de vuelta a la Tierra, limpiarlos de todos sus pecados, instalar un descendiente de David como su pastor, darles un corazón nuevo y poner Su Espíritu en ellos, tomarlos como Su pueblo y ser su Dios y reconstruir totalmente su nación.

En el capítulo 37 veremos cómo todo eso va a suceder. Así que empecemos.

Ezequiel 37

El Valle De Los Huesos Secos
La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?

Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová. Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.

Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.

Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová (Ezequiel 37:1-14).

No se puede negar que esta profecía está en algún estado de cumplimiento en este momento. Durante la Segunda Guerra Mundial, la solución final de los nazis fue la erradicación total del pueblo judío. Los judíos fueron perseguidos, cazados y enviados a los campos de exterminio marcados para ser ejecutados. Luego en los días finales de la guerra, los aliados liberaron los campos de concentración y aquellas personas cuya esperanza había desaparecido, salieron de esos lugares que habrían sido sus sepulcros. Nunca me olvidaré cuando miraba en los noticieros aquellas figuras esqueléticas en sus desgarradas ropas de prisioneros, saliendo por las puertas de esos campos de concentración, con sus miradas llenas de dudas y sorpresas. ¿Podría eso realmente estar sucediendo? Tres de cada cuatro prisioneros habían muerto dentro de las paredes de esos campos de concentración, y el remanente que pudo salir simplemente no creía que todo había terminado. Tiempo después, al visitar el Monumento en Memoria del Holocausto en Jerusalén me quedó claro que estaba siendo testigo del cumplimiento parcial de esta profecía.

Es parcial porque aun no ha terminado de cumplirse. El soplo (en hebreo ruaj) sobre estos esqueletos vino de los cuatro vientos, lo cual significa que fue por un acto soberano de Dios y no porque ellos hubieran hecho algo para merecerlo (Ezequiel 36:22). Y tampoco fue el Ruaj haCodesh, el Espíritu Santo. Esa bendición aun está por llegarles. Lo que eso significa es que la nación va a hacer su aparición en la escena mundial primeramente solo en la forma del espíritu humano, pero no en unión con Dios. Y es que ellos tendrán que darse cuenta que es el Señor El que ha hecho esto y es Quien ha estado detrás de su re-nacimiento. Eso va a suceder después de la batalla de Ezequiel 38, luego de la cual se cumplirá Zacarías 12:10 cuando su ceguera será totalmente removida y puedan finalmente ver a Jesús como su Mesías. Entonces vendrá el Espíritu Santo, los muertos van literalmente a salir de sus sepulcros (Daniel 12:2), y el reestablecimiento de la nación en la Tierra Prometida será completo, finalmente viendo esta profecía su total cumplimiento.

Una Nación Bajo Un Solo Rey
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros. Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano.

Y cuando te pregunten los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos enseñarás qué te propones con eso?, diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano. Y los palos sobre que escribas estarán en tu mano delante de sus ojos, y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos. Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los limpiaré; y me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios (Ezequiel 37:15-23).

Cerca de 400 años antes de que Jerusalén fuera destruida, la nación se había dividido. El Reino del Norte se había separado del Sur a causa de la idolatría. Al norte se le conocía generalmente como Israel pero también se le mencionaba como Efraín, una docena de veces. Isaías 11:13 es un buen ejemplo de eso. El sur siempre fue llamado Judá, o en tiempos del Nuevo Testamento por su versión griega de Judea. Desde el momento de su re-encuentro de los últimos días, volverán a ser uno solo de allí en adelante.

Usted puede haber sido visitado en su casa por unos misioneros que representan un grupo cuyo fundador es José Smith. Si usted se prestó para discutir con ellos, ellos le pudieron haber dicho que José Smith se encuentra en la Biblia, citando Ezequiel 37:16 como prueba de ello. La interpretación que usan para este pasaje es que la palabra “palo” significa libro, o rollo, por eso consideran que el palo de José es su rollo, el Libro del Mormón. El palo de Judá es la Biblia. Un día, dicen ellos, ambos libros volverán a ser unidos y el mundo va a entender que el Libro del Mormón en realidad es otro testimonio de Jesucristo. Algunos mormones piensan de sí mismos como el remanente de la tribu de Efraín, quienes llegaron al Nuevo Mundo en el momento del cautiverio en Babilonia. (Pruebas recientes de ADN han puesto en duda esa afirmación.) Para ellos, teniendo el Libro del Mormón en sus manos cumple el significado de las palabras de Ezequiel que el palo de José está en manos de Efraín.

Existen tres problemas con esta interpretación. El primero es que está fuera del contexto del pasaje mismo, el cual señala a la reunión de los reinos del norte y del sur. José y Judá son dos hijos de Jacob los cuales representan los dos componentes del reino dividido. (Efraín era uno de los dos hijos de José.) Segundo, como lo he mencionado, Efraín era un nombre alternativo para el reino del norte. Y tercero, la palabra hebrea traducida como palo aquí aparece 328 veces en el Antiguo Testamento y nunca significa libro, o rollo. Su significado es «un pedazo de madera».

Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra. Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será príncipe de ellos para siempre. Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre. Estará en medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y sabrán las naciones que yo Jehová santifico a Israel, estando mi santuario en medio de ellos para siempre (Ezequiel 37:24-28).

Esta es la conclusión final de la profecía y para nosotros claramente está en el futuro. Su intención es el ser vista como una profecía de la Era del Reino, la cual verá su cumplimiento después de la Segunda Venida, durante el período que la Iglesia llama el Milenio. Uno o más descendientes de David, serán el Príncipe, mencionado con más detalle más adelante en el Libro de Ezequiel. Recuerden que el Hijo último de David, Jesús, será el Rey de toda la Tierra. Este príncipe solamente gobierna a Israel. El templo y su uso también serán descritos en detalle en los capítulos 40—47. En ese momento Israel volverá a ser el Pueblo Santo del Templo Santo, de la Ciudad Santa y de la Tierra Santa.

Ah, y a Propósito
Aun los estudiosos casuales de la profecía saben que el próximo evento en la agenda de Ezequiel es la batalla que lleva a Israel de vuelta a una relación de pacto con Dios, la cual que despierta su demanda nacional por un Templo y lanza la Semana Setenta de Daniel, que son los últimos siete años antes que el Señor retorne. Y por primera vez, las fuentes noticiosas seculares en Israel han empezado a mencionar Ezequiel 38, llamándolo la Batalla de Gog/Magog. Hace solamente unas pocas semanas atrás tres prominentes rabinos en Israel apenas se detuvieron de identificar al Presidente de los EE.UU., Bush, como el Gog de Ezequiel 38, al dirigirse a él con el título de Príncipe Soberano de Mesec y Tubal.

Pero algunas personas, entre las que me incluyo yo, creen que aun hay demasiadas cosas que deben de suceder para que esta batalla de Ezequiel 38 sea ahora. En estudios anteriores, yo he mencionado sobre Turquía, llamada Mesec y Tubal en el versículo 3, como que ahora está del lado contrario, y la condición de Israel en el versículo 11, de tener ciudades sin muros llenas de gente confiada, lo cual no describe aun el clima actual allí. Luego tenemos los actores principales, como los palestinos, los sirios, los libaneses, egipcios y jordanos, quienes no se encuentran en la alineación que menciona Ezequiel. ¿Alguien cree que simplemente van a desaparecer, o quedarse al margen de esto?

Estos y otros problemas tienen a los eruditos pensando sobre la posibilidad de otra batalla, o dos, antes de la de Ezequiel. Isaías 17 dice que Damasco será destruida. Casi sucede eso el pasado otoño, y muchas personas se sorprendieron que no sucediera. Si la caída de Damasco precede Ezequiel 38 eso explicaría la ausencia de Siria, pero ¿y los demás?

Esta pregunta ha hecho que muchos eruditos vuelvan su atención al Salmo 83, y para algunos es una buena razón, si no circunstancial. El Salmo 83:4-8 contiene una alineación en contra de Israel que los historiadores no han podido conectar con ningún tiempo específico en la historia pasada de Israel. Eso quiere decir que aun puede suceder en un futuro. Y si ese es el caso, puede ser el evento entre ahora y Ezequiel 38, ya sea conjuntamente con la caída de Damasco o separadamente, con el cual se coloca todo en su lugar.

Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel.

Porque se confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, los filisteos y los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos; sirven de brazo a los hijos de Lot (Salmo 83:4-8).

El objetivo de todas estas naciones lo podemos ver en las noticias de primera página, y no se necesita de mucha imaginación ver que los nombre de los antagonistas de Israel en el Salmo 83 pueden estar representados por los enemigos presentes de Israel e incluyen a la mayoría de los nombres que no aparecen en Ezequiel 38. Yo no estoy sugiriendo que todos estos pueblos antiguos han vuelto para pelear con Israel otra vez, sino que la gente que habita las tierras de esos pueblos antiguos hoy día, son en la mayoría, enemigos de Israel como lo eran los antiguos ocupantes de esas tierras. Los ismaelitas son los verdaderos árabes de hoy y aun viven el la Península Arábiga, siendo Arabia Saudita la más prominente. Gebal (también conocida como Biblos) y Tiro se pueden identificar con Líbano. Los palestinos de hoy en día no son ni los filisteos ni los edomitas de la historia. Y los jordanos no son los descendientes de Amón o Moab tampoco, pero ambos residen en las tierras de sus contrapartes antiguos. Los amalecitas y los agarenos eran de Edom, en donde se encuentra Jordania hoy día, y los asirios poblaban las tierras que hoy día le pertenecen a Siria. Esta es una profecía que junto con Isaías 17 merece ser observada, porque las victorias de Israel en contra de estos enemigos los ha hecho una nación más grande, poderosa y rica, una que puede volverse descuidada sobre su seguridad y ser tomada por sorpresa en algún momento más adelante. Puesto que Ezequiel no hizo ningún intento de narrar una historia cronológica, no debe de sorprendernos que no mencionara la caída de Damasco ni esta segunda coalición árabe del Salmo 83. Esta es otra confirmación de que el estudio de la profecía debe de incluir toda la palabra de Dios y no solamente unos cuantos capítulos que son los más populares.

Pero aquí estamos en un estudio de los Tiempos del Fin Según Ezequiel, así que, a pesar del Salmo 83 y de Isaías 17, nuestro próximo estudio cubrirá el capítulo 38. Nos vemos entonces. Selah. 26/01/2008