Miércoles 13 de noviembre de 2019
Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
En la Biblia Cristiana el capítulo que concluye el Libro de Malaquías contiene las palabras finales del Antiguo Testamento. Pasarían 400 años más antes que Dios le hablara de nuevo a Israel y entonces Su propósito sería anunciar el nacimiento del Mesías. Pero en Malaquías 4 Él le dejó a Israel la elección más importante en su historia nacional.
Malaquías 4
El Día Del Señor
“Porque de seguro viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho el SEÑOR Todopoderoso, y no les dejará ni raíz ni rama. Pero a ustedes los que temen mi nombre, les nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldrán, y saltarán como becerros de la manada. Pisotearán a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de sus pies, en el día en que yo actúe, ha dicho el SEÑOR Todopoderoso” (Malaquías 4:1-3).
En Jeremías 30:11 el Señor había dicho que el propósito de los juicios que conocemos como la Gran Tribulación sería para destruir completamente a las naciones entre las cuales Él había dispersado a Su pueblo. Pero Él no los destruiría completamente. Él solamente los disciplinaría con justicia, ya que no los dejaría sin ningún castigo. Aquí Él está diciendo que aquellos que sobrevivan serán quienes reverenciarán Su nombre. Al final del juicio ellos saldrán con gran alegría, como los becerros que son soltados del establo donde nacieron. Isaías lo dijo de esta manera:
“Porque con alegría saldrán, y con paz volverán; los montes y las colinas levantarán canción delante de ustedes, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.” (Isaías 55:12).
Ese será un buen día. Nunca más ellos estarán a merced de sus enemigos, porque Dios será su fortaleza y su escudo.
“Acuérdense de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel” (Malaquías 4:4).
Este era el recordatorio del Señor que el camino que deben encontrar las personas que reverencian Su nombre es guardando Sus leyes. Horeb es otro nombre para el Monte Sinaí. Él los estaba atrayendo hacia el propósito de Su mensaje, el cual era llamar su atención por su desobediencia.
“Yo les envío el profeta Elías, antes que venga el día del SEÑOR, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición” (Malaquías 4:5-6).
Usted Escoge
Yo he notado que muy pocos comentaristas en realidad entienden el completo significado de esos versículos. El Señor estaba diciendo que cuando Elías viniera a ellos se les presentaría con una elección. Ya sea que usaran su venida para retornar al Señor o de otra manera sufrirían la destrucción de la nación.
Para poder ver la importancia de esto, debemos entender que el ministerio de Elías no era el de mejorar las relaciones familiares; sino que era para preparar a la gente para la venida del Señor. Por consiguiente, la frase, “El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres” tiene que tener un significado más profundo de lo que parece a primera vista.
Para poder encontrar ese significado debemos realizar de que mientras el Mesías se estaba dirigiendo a la misma gente por todos lados, Él los llamó ‘los padres’ en la primera parte de la frase y luego ‘los hijos’ en la segunda. Eso parece un poco confuso para nuestra manera de pensar pero si me tienen paciencia, ustedes verán como todo se soluciona.
En Mateo 18:3 Jesús explicó lo que significa que el corazón de los padres se vuelva a los hijos. Él dijo: “De cierto les digo, que si ustedes no cambian y se vuelven como niños, no entrarán en el reino de los cielos”. Lo niños pequeños son considerados como inocentes. Y no es que no pecan, sino que sus pecados no se les toman en cuenta. Para entrar en el Reino, los padres tendrán que ser como sus hijos para que sus pecados no les sean tomados en su contra. La única manera para poder hacer esto es que todos sus pecados les sean perdonados, y eso es exactamente lo que Jesús vino a hacer.
Y ahora acerca de la parte de hacer volver el corazón de los hijos a sus padres. La palabra traducida “padres” también significa “antepasados”. Esta parte significa que ellos deben retornar a la manera de sus antepasados quienes eran obedientes al Señor, y quienes seguían todos Sus caminos y fueron bendecidos
Durante su tiempo en el desierto, el Señor les había dicho,
“Ustedes vieron lo que les hice a los egipcios, y cómo los tomé sobre alas de águilas, y los he traído a mí. Ahora, pues, si dieren oído a mi voz, y guardaren mi pacto, ustedes serán mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y ustedes me serán un reino de sacerdotes, y gente santa” (Éxodo 19:4-6).
Ellos estuvieron de acuerdo y se les dio una nación propia y una vida que ha sido la envidia de todas las personas que oyeron de eso.
Entonces, en lenguaje llano, esto es lo que Malaquías 4:5-6 significa. El Señor iba a enviar a Elías para presentar el Mesías a Israel. Ellos tendrían que aceptarlo como el “Sol de Justicia” con salvación en Sus alas (Malaquías 4:2) quien perdonaría sus transgresiones y cubriría sus pecados, haciéndolos tan inocentes como niños ante la mirada del Señor. Y ellos debían retornar a los caminos de sus antepasados quienes habían prometido obedecer al Señor y hacer todo lo que Él dijo. De lo contrario, la tierra sería maldecida.
Esta era la elección que ellos debían hacer, y la manera que eligieran determinaría el curso de la historia para miles de años venideros. Hay una razón del por qué hay tantas profecías en el Antiguo Testamento que parecen tratar la primera y la segunda venidas como si fueran un solo evento. Eso es debido a que si la elección de Israel hubiera sido diferente, esas profecías habrían sido diferentes. Y a pesar de que Dios sabía cuál sería la elección de Israel, las profecías tenían que ser declaradas de tal manera que fueran ciertas sin importar la elección que hicieran. De otra manera, Israel podría justamente acusar a Dios de no darles la oportunidad de escoger del todo.
Elías Y Juan El Bautista
La llegada de Juan el Bautista pudo haber sido el cumplimiento de Malaquías 4:5-6. Cuando el ángel Gabriel se le acercó al padre de Juan en el Templo para anunciar su nacimiento, le dijo,
Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido escuchada, y tu esposa Elisabet te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan.
Y lo precederá con el espíritu y el poder de Elías, para hacer que los padres se reconcilien con sus hijos, y para llevar a los desobedientes a obtener la sabiduría de los justos. Así preparará bien al pueblo para recibir al Señor (Lucas 1:13, 17).
¿Pudo Dios ser más obvio que esto? Gabriel estuvo en Su Templo y citó de Malaquías 4:5-6 para anunciar que Juan el Bautista ministraría en el espíritu y poder de Elías.
Y sin embargo, treinta años más tarde, cuando los oficiales en Jerusalén enviaron sus representantes a preguntarle a Juan si él era Elías, él dijo, “no lo soy” (Juan 1:21). ¿Es que ya era demasiado tarde para que ellos reconocieran la señal y lo aceptaran? ¿O es que Juan estaba hablando de manera profética, sabiendo que al final lo rechazarían?
Tal parece que Juan estaba hablando de manera profética, porque al principio de Su ministerio Jesús indicó que aún había tiempo para tomar la decisión correcta. Hablando de Juan, Él dijo,
“Y si quieren recibirlo, él es Elías, el que había de venir. El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:14-15).
(La frase, “el que tiene oídos para oír, oiga” significa “¡Escuchen! ¡Esto es importante!”)
Más tarde, Jesús y tres de Sus discípulos bajaron del Monte de la Transfiguración en donde los discípulos acababan de recibir palabra del mismo Dios de que Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios. Pero a ellos se les había enseñado que Elías vendría antes que el Mesías. Si Jesús era el Mesías, ¿en dónde estaba Elías? Así que ellos le preguntaron,
¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
Jesús les respondió: A decir verdad, Elías vendrá primero y restaurará todas las cosas. Pero yo les digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá a mano de ellos. Al escuchar esto, los discípulos comprendieron que les estaba hablado de Juan el Bautista (Mateo 17:10-13).
Así que ustedes ya conocen el resto. Habiendo rechazado a Elías, también rechazaron al Mesías tal y como Jesús dijo que lo harían, y la frase “no sea que” de Malaquías 4:5-6 prevaleció. La tierra fue herida con una maldición que finalizó con la destrucción de la nación.
No Los Descarte Todavía
Algunas personas dicen que esto fue el final de Israel para siempre, que cuando rechazaron al Mesías Dios transfirió todas Sus promesas pendientes a la Iglesia. Pero tanto Jacobo como Pablo enseñaron otra cosa.
Durante los últimos 2000 años ha habido una pausa en el cumplimiento profético del destino de Israel mientras el Señor toma de entre los gentiles un pueblo para Sí mismo. Esto fue revelado por Jacobo en Hechos 15:12-14. Jacobo también dijo que después de hacer eso el Señor volvería Su atención de nuevo a Israel y reconstruiría el tabernáculo caído de David para que el remanente de las personas pudiera buscar al Señor (Hechos 15:16-18).
La redacción particular que Jacobo utilizó literalmente significa que el Señor va a tomar de entre los gentiles un pueblo para Sí mismo con el propósito de llevárselos consigo. Yo creo que esto era una referencia al Rapto de la Iglesia, y puesto que sucederá antes que el Señor vuelva Su atención a Israel, significa que sucederá antes de la Semana Setenta de Daniel.
(La Semana Setenta de Daniel comprende los últimos siete años de un período de 490 y que fueron apartados para Israel con el objeto de que se cumplieran todas las promesas pendientes que el Señor le hizo a Su pueblo (Daniel 9:24-27). Ese período fue interrumpido después que transcurrieron 483 años cuando ejecutaron al Mesías, quedando así pendientes siete años para un cumplimiento futuro.)
Pablo confirmó esto al decir que parte de Israel se ha endurecido, y así permanecerá hasta que haya entrado la totalidad de los gentiles, después de lo cual todo Israel será salvo (Romanos 11:25-27). Una vez más, un entendimiento literal de la redacción de Pablo nos puede ayudar.
Pablo empleó dos términos náuticos en esta frase. En su tiempo la frase “la totalidad” se refería al número de personas que se requería para navegar un barco antes que pudiera zarpar. La frase “haya entrado” significa que el barco ha llegado a su destino. De esto es que entendemos que la Iglesia tendrá que llegar a un número predeterminado de personas antes que pueda marcharse. Una vez que ese número se ha alcanzado “izaremos velas” para llegar a nuestro destino final, el cual Jesús identificó como “la casa de Mi Padre” en Juan 14:2-3. En ese momento el endurecimiento que Israel ha tenido será removido, y el proceso de la salvación de Israel que fue interrumpido, se restablecerá.
Estos dos pasajes también revelan que tal y como la venida de Elías había significado una señal para Israel, el renacimiento de Israel significó ser una señal para la Iglesia. Mientras Israel no existía, no podíamos decir cuán cercano estaba el fin de los tiempos. Pero ahora que de nuevo hay un Israel, ese ya no es el caso. Isaías 11:11 habla del retorno del pueblo de Dios a la Tierra por una segunda vez antes del final de la era. El primer retorno fue después del cautiverio babilónico, y el segundo empezó en el año 1948 y continúa a la fecha. Eso quiere decir que el final de la era está bien cerca, y el Rapto está aún más cercano.
Elías E Israel
Pero regresemos a Elías e Israel. ¿Existe un asunto pendiente entre ellos? En el Libro de Apocalipsis encontramos dos pistas que indican que sí lo hay.
La primera se encuentra en Apocalipsis 11:3, en donde se presenta a los dos testigos. Esto sucederá justo antes de la Gran Tribulación, la cual se inicia en la Tierra en Apocalipsis 13. Malaquías 4:5 dice que Elías vendrá antes del día grande y terrible del Señor. El momento de ambas profecías es el mismo.
Cuando aparezcan los dos testigos, profetizarán durante 1.260 días. Tendrán poder para cerrar los cielos y que no llueva durante el tiempo de su profecía, y poder para convertir el agua en sangre y herir la tierra con toda clase de plagas (Apocalipsis 11:6). Elías tenía el poder de prevenir la lluvia (1 Reyes 17:1) y de Santiago 5:17-18 sabemos que la duración de la sequía por la que él oró fue de 3-1/2 años. Este es el mismo lapso de tiempo del ministerio de los dos testigos. Claro, Moisés es el que se identifica con más claridad al convertir el agua en sangre y causar esas plagas. Por lo tanto, yo creo que él y Elías serán los dos testigos.
En Apocalipsis 14:12 vemos que los creyentes de la tribulación estarán obligados a obedecer los mandamientos de Dios y permanecer fieles a Jesús. Recuerde, este es el significado que le dimos a la frase, “hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres” de Malaquías 4:6. Con el Rapto, la Era de la Gracia llegará a su fin y Dios va a reinstalar el Pacto Antiguo con Israel para completar esos últimos siete años de la profecía de Daniel de las Setenta Semanas, que aún están pendientes. Durante ese tiempo los creyentes de todas partes van a guardar los mandamientos y permanecer fieles a Jesús para poder mantener su relación con Dios.
¿Cuál Es El Significado De Todo Esto?
Israel falló en ver la señal que Dios le prometió, hizo la elección incorrecta, y sufrió la destrucción de su nación. Pero en Malaquías 3:6, el Señor dijo, “Porque yo el SEÑOR no cambio; por esto, hijos de Jacob, es que no han sido consumidos.” Tanto Jacobo como Pablo dijeron que Israel tendría una segunda oportunidad y que esta vez tomarán la decisión correcta. También dijeron,
Vengan y volvámonos al SEÑOR; porque él nos ha despedazado, pero nos curará; nos ha herido, pero nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.
Y conoceremos, y proseguiremos en conocer al SEÑOR; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía (de invierno) y temprana (de primavera) a la tierra (Oseas 6:1-3).
Los gentiles también tienen dos oportunidades. Una es convertirse en parte de la Iglesia ahora. La única manera de hacer eso es creyendo que Jesús murió por nuestros pecados, según las Escrituras, que fue sepultado, y que resucitó al tercer día según las Escrituras. Por este evangelio es que somos salvos. De otra manera hemos creído en vano (1 Corintios 15:1-4). Para aquellas personas que eligen ser parte de la Iglesia, el Señor les hizo la promesa de rescatarlas de la ira venidera de los juicios del final de los tiempos (1 Tesalonicenses 1:10).
Y la segunda es esperar hasta que la Iglesia se ha ido para tomar la decisión. Entonces esas personas no tendrán todas las bendiciones que se le prometieron a la Iglesia, y tendrán que resistir la peor serie de juicios en la historia del mundo; pero si lo logran, heredarán la vida eterna.
Yo creo que podemos estar de acuerdo de que la primera elección es la correcta. Pero así como la venida de Elías fue una señal crítica para Israel, el renacimiento de Israel es la señal crítica para el mundo. Ambas tenían la intención de ser una advertencia final de que el momento para tomar la decisión correcta tenía fecha de expiración. El mundo se encuentra en el momento final de la gracia. Si usted no ha tomado la decisión correcta, hágalo ahora mismo mientras aún hay tiempo. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 06/07/2013