Nadie Sabe El Día Y La Hora

Un Estudio Bíblico por Jack Kelley

Hay dos frases que son populares y que la gente usa en relación a los tiempos del fin para desalentar la especulación de cuándo puede suceder el Rapto. Una es «como ladrón en la noche», y la otra es «nadie sabe el día y la hora».

De vez en cuando se ha sugerido que algunas veces yo soy «demasiado específico» en mi enseñanza sobre el tópico de la profecía del tiempo del fin (a pesar de que nunca he propuesto ni un día ni una hora), por eso es que he hecho un estudio de estas dos frases para ver si soy culpable de lo que se me acusa.

Permítanme decir desde el principio que yo no creo que haya alguna persona sobre la Tierra que pueda, por adelantado, conocer el día o la hora del Rapto, porque no creo que suceda en un día específico a una hora específica. Yo creo que sucederá cuando un número específico de cristianos vueltos a nacer sea alcanzado, y yo baso esa conclusión en mi conocimiento de Romanos 11:25.

«Hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan presuntuosos. Parte de Israel se ha endurecido, y así permanecerá hasta que haya entrado la totalidad de los gentiles» (NVI).

Este versículo contiene dos palabras griegas que son críticas para su correcto entendimiento. La primera se traduce «la totalidad» (el número completo). Este es un término náutico que describe una cantidad determinada de tripulantes que son necesarios para poder operar un barco. Hasta que el capitán del barco completa la cantidad de tripulantes, es que puede zarpar. Por eso es que algunos capitanes de navíos secuestraban en la noche a borrachos desprevenidos para poder zarpar de inmediato. Y la segunda palabra «haya entrado» también es un término náutico que describía la llegada del barco a su destino.

El utilizar estos términos, Pablo estaba diciendo que el endurecimiento del corazón de Israel no sería totalmente removido hasta que la Iglesia lograra un número predeterminado y haya sido llevada al cielo. No hay nada arbitrario de parte de Dios en esto. Él ya ha determinado el número y se llevará a la Iglesia a su destino tan pronto ese número se alcance. Pero todo lo que puedo decir es que nadie en la Tierra conoce cuál es ese número total, ni tampoco el número actual. Todo lo que sabemos es que seremos raptados cuando el número total de gentiles se haya alcanzado y eso literalmente puede suceder en cualquier momento. Entonces desapareceremos, la ceguera de Israel será removida y la Semana Setenta dará inicio.

Y ahora vayamos al tema central. ¿Qué es lo que estas dos frases significan y porqué están dirigidas a desalentar la especulación sobre el momento del Rapto?

Como Ladrón

Esta frase aparece cuatro veces en el Nuevo Testamento. Veamos cada una de ellas para ver qué es lo que nos dicen.

«Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón» (1 Tesalonicenses 5:1-4).

Esta es la única vez que Pablo utiliza esa frase. Es claro que él estaba hablando sobre el día del Señor, y así como vendrá sorpresivamente sobre los incrédulos, los eventos que llevan a ese momento no deben de sorprendernos a nosotros. Pablo no hace mención del Rapto aquí.

«Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas» (2 Pedro 3:10).

Esta es la única vez que Pedro utiliza esa frase, y de nuevo, la referencia es a los juicios del tiempo del fin, no al Rapto.

«Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti» (Apocalipsis 3:3)

«He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza» (Apocalipsis 16:15).

Juan utilizó esa frase dos veces, ambas citando al Señor. En Apocalipsis 3:3 Él estaba criticando a la Iglesia en Sardis, la cual en mi opinión representa a las denominaciones protestantes principales hoy día. El Señor les estaba recordando que se habían apartado de Su Palabra y que mejor despertaran y regresaran a la misma. De otra manera ellos no sabrán cuándo Él vendría a ellos. Observen las palabras. En el Rapto Él viene por nosotros, no a nosotros, y nos encontraremos con Él en el aire, y si no están alertas, aun la Segunda Venida los va a tomar por sorpresa. (En el versículo 4 vemos que no todos en Sardis estaban dormidos. Hay unos pocos entre ellos que estarán listos para el Rapto y caminarán con Él en vestiduras blancas.)

En Apocalipsis 16:15 el mundo está bien adentrado en la gran tribulación, así que la advertencia del Señor es para los creyentes de la tribulación los cuales serán los responsables por mantenerse salvos durante el tiempo más terrible y peligroso que el mundo jamás haya conocido. Cuando se utiliza de manera simbólica, como lo es aquí, las vestiduras siempre representan la justificación, y los creyentes de la tribulación son los que serán responsables por mantener sus vestiduras.

El Día y la Hora

Ahora veamos esa otra frase popular, «Nadie sabe el día y la hora».

«Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre» (Mateo 24:36-37).

Después que termina la gran tribulación (Mateo 24:29) habrá varias señales en los cielos. El sol y la luna se oscurecerán y las estrellas caerán del cielo. Entonces la señal del Hijo del Hombre aparecerá y se lamentarán todas las naciones. Después de eso lo verán viniendo en las nubes con poder y gran gloria, habiendo ya reunido a Sus elegidos en todo el Cielo para que se le unan (Mateo 24:30-31). Esto lo confirma tanto Apocalipsis 18:4 y Apocalipsis 19:11-14. De ambas citas el contexto y el mismo pasaje dejan claro que el Señor se estaba refiriendo al día y la hora de Su Segunda Venida, cuando Él vendrá con nosotros, no por nosotros.

«Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis» (Mateo 24:42-44).

Unos versículos después, el Señor repitió el mismo pensamiento, de nuevo dentro del contexto de la Segunda Venida.

«Vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes» (Mateo 24:50-51).

Y también en otros versículos más adelante. NO hay manera de que esto se refiera al Rapto porque las cosas que Él describió no les sucederán a los incrédulos en el Rapto. Él está hablando de los juicios que siguen a la Segunda Venida.

«Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora» (Mateo 25:13).

Por cuarta vez en 28 versículos el Señor ha dicho que los creyentes en la Tierra al momento de la Segunda Venida no sabrán el día ni la hora de Su regreso. Esto está dentro del contexto de la parábola de las diez vírgenes.

En otros estudios anteriores he demostrado que esta parábola no puede referirse a la Iglesia. La Iglesia es la Esposa, no la dama de honor, solamente hay una esposa, no 10, y el banquete sigue a la boda, no es antes que esta. No hay forma para que una novia recién casada pueda ser excluida del banquete de su propia boda por un esposo que afirma no conocerla. La parábola es sobre los sobrevivientes de la tribulación, cinco de los cuales son salvos y entran al Reino y cinco no lo son y no entran al Reino.

¿Cuál Es El Punto?

«Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida» (2 Timoteo 4:8).

Yo he escudriñado todas las Escrituras en vano tratando de encontrar si alguna de estas dos frases se utiliza en relación al Rapto. Pero en ningún lugar he podido encontrar algún versículo que prohíba o aun desaliente la especulación sobre ese momento.

Por el contrario, sí encontré que el Señor recriminó a los líderes religiosos de Su tiempo por no estarlo esperando, y al hacerlo así, nos alentó a nosotros a estar alertas. Por ejemplo, Él nos ordenó que entendamos la profecía de las Setenta Semanas de Daniel (Mateo 24:15). Él criticó a los fariseos por no saber leer las señales de los tiempos (Mateo 16:2-4), y Jerusalén fue destruida porque ellos no reconocieron los tiempos que claramente habían sido predichos de Su visitación (Lucas 19:40-44). Pablo nos advirtió de no permitir que los eventos que llevan al Día del Señor nos tomen por sorpresa (1 Tesalonicenses 5:4), y si vemos anteriormente la promesa del Señor de que recompensará con una corona de justicia a todas aquellas personas que aman Su venida, ¿cuántas razones más necesitamos?

Entonces, ¿de dónde se originó esa idea? Pareciera que algo de la misma se le puede achacar a los teólogos que han malinterpretado las parábolas de la Segunda Venida en Mateo 24-25. Aparentemente, ellos no se han dado cuenta de que cuando el Señor acuñó la frase «nadie sabe el día y la hora», Él se estaba refiriendo a Su Segunda Venida, no al Rapto. Pero aun así, son los desobedientes quienes son tomados por sorpresa en estas parábolas, no los fieles.

Y algo de la misma también se origina debido al hecho de que durante generaciones los líderes de la iglesia han estado activamente desalentando el estudio de la profecía por el temor de que si se centran en el retorno del Señor eso haría que los miembros perdieran el entusiasmo y no financiaran sus edificios u otros programas terrenales. Ellos desarrollaron interpretaciones que alegorizan todo esto, haciendo que se vean como cuentos de hadas, los cuales realmente nadie cree. Yo recuerdo cuando empecé a tomar en serio el estudio de la profecía; mi pastor me advirtió, «No se vuelva de una mente tan celestial que terrenalmente ya no sirve». Estos son los burladores a los que Pedro se refiere cuando dice, «¿Dónde está la promesa de su advenimiento?» (2 Pedro 3:4).

Pero hay más. Aun entre los creyentes de un Rapto antes de la tribulación existe el temor del Rapto debido a las falsas doctrinas a las que han sido expuestos. La hipótesis del «rapto parcial» sostiene que únicamente los que verdaderamente son dignos son los que serán tomados, mientras el resto de la Iglesia será dejada atrás para que pueda limpiar sus actos durante algunos, o todos, los juicios del tiempo del fin. Otros dicen que los creyentes que no son «vencedores» serán lanzados a las tinieblas de afuera en el Rapto y así quedarán excluidos del Milenio. Estas opiniones erosionan nuestra seguridad al concluir que en realidad no sabremos si somos lo suficientemente buenos hasta que ya es demasiado tarde para ello, y nos hacen temerosos de que no podamos calificar.

Y luego encontramos a los «cristianos seculares» los cuales no quieren que su llamada buena vida termine antes de que hayan tenido la oportunidad de poder experimentarla totalmente. Sí, ellos quieren que el Señor venga, pero aun no, no en este momento.

Y finalmente están aquellas personas que saben que si el Señor viene por nosotros hoy, algunos miembros de su familia y círculo de amigos se quedarían atrás. Ellos no quieren que el Señor venga sino hasta que todos sus seres queridos puedan ser llevados también.

Por todas estas razones, y más, al enfrentar la idea de que el Rapto puede estar muy cerca, no es un pensamiento de consuelo para muchos creyentes. Al sugerir ciertos marcos de tiempo hace que todo esto parezca muy real y es por eso que no les gusta.

Quédese Quieto. Los Va A Espantar

Hay personas bien intencionadas que incorrectamente dicen que hablar sobre los tiempos del fin espanta a los nuevos creyentes, y por eso no debemos hacerlo. ¿Qué si los interesamos y nada sucede? Preguntan. No es ningún secreto de que la Iglesia está poblada por un montón de personas que tienen celo pero sin conocimiento y por eso son fácil presa de cualquier cosa que les promete que su vida va a ser más fácil (el evangelio de la prosperidad) o ayudarlos a escapar de ella (la manía del rapto). Cuando yo llegué al Señor a mediados de los años de 1980, había un libro titulado «88 razones por las cuales el Rapto va a suceder en 1988», el cual disparó la manía del rapto. El año pasado el llamado «escenario de la luna roja» hizo que la gente esperara el Rapto durante las fiestas otoñales judías. Y también ha habido varias otras publicaciones entre estas dos. En cualquier caso, un par de horas de estudio bíblico demostró que ambas teorías eran falsas.

Pablo les llamó nobles a los de Berea porque escudriñaban a diario las Escrituras para verificar lo que él les enseñaba (Hechos 17:11). Y esa es la respuesta correcta de la Biblia sobre estas afirmaciones. No se trata de sacar versículos fuera de contexto en un esfuerzo por silenciarlas. Eso solamente introduce otra falsa enseñanza. Y lo peor es que alienta a la Iglesia a quedarse dormida.

Cuando escuchamos a alguna persona sugerir, o aun insistir, sobre un tiempo u otro, nuestra respuesta debe de ser la de no condenar automáticamente a esa persona por estar poniendo fechas. Sino que nuestra actitud debería ser de «escudriñar las Escrituras diariamente para ver si esas cosas son así» antes de tomar una decisión al respecto.

En lo personal preferiría ver a la Iglesia enfrascarse en una discusión vívida sobre la cercanía de los eventos de los últimos días en lugar de estar remachando la vieja frase de «nadie sabe el día y la hora», mientras metemos nuestras cabezas en la arena. ¿Qué asunto es más importante que ese tópico para discutirlo hoy en día? Y solamente piense en todas esas coronas extras que el Señor tendría que pedir. Además, la gente no se aparta cuando las fechas vienen y pasan porque si esas personas son salvas, ya no pueden apartarse. Si se apartan es porque en realidad no eran salvas en primer lugar. El Señor no pierde las oportunidades para salvar a la gente debido a los errores que cometen otras personas. Él conoce a aquellas personas que son Suyas desde antes de la fundación del mundo, y prometió que no perdería ninguna.

Así que vamos Iglesia. Volvamos a nuestro trabajo. La Biblia nos advierte que habrá falsos maestros y nos dice que ellos serán responsables por sus actos. Pero también nos reprende que hagamos nuestra tarea para que nos demos cuenta cuando veamos una de esas personas. Selah 05/09/09.