Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
Las personas que tratan de negar la Doctrina de la Seguridad Eterna (OSAS, por sus siglas en Inglés) algunas veces señalan Gálatas 5:13-26 para sustentar su posición. Y si ustedes solamente consideran estos versículos pueden inclinarse a favor de ellas. Pero si ustedes analizan todo el capítulo entonces se darán cuenta de que la perspectiva es diferente. Entonces eso es lo que haremos.
Antes de empezar es importante que recordemos que la Biblia, siendo la Palabra de Dios, no puede contradecirse a sí misma. Si Gálatas 5 niega OSAS es que está contradiciendo directamente las afirmaciones que el Espíritu Santo guió a Pablo a hacer en Efesios 1:13-14 y 2 Corintios 1:21-22. Efesios 1:13-14 nos dice que nuestra salvación está asegurada desde el momento que creemos haciendo que el Espíritu Santo sea sellado en nosotros como un depósito que garantiza nuestra herencia. Antes de eso no habíamos hecho nada, bueno o malo, antes de ser bautizados, antes de que siquiera nos encamináramos al llamado al altar, para que fuéramos para siempre salvos. Estas otras cosas son importantes, pero nuestra creencia en la obra completa del Señor a favor nuestro vino primero y eso es el ingrediente esencial para nuestra salvación la cual también nos da la vida eterna (Juan 1:12-13, 3:16, 6:28-29, 6:40)
2 Corintios 1:21-22 dice, Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras (garantía) del Espíritu en nuestros corazones. No hay ningún pasaje en las Escrituras que hable de revocar o aun modificar esta garantía. Sería imposible para el Espíritu Santo haber guiado a Pablo, o a cualquier otro autor de la Biblia, a emitir cualquier declaración que contradiga estas claras promesas.
Entonces, ¿qué está diciendo Pablo? Empecemos al principio del capítulo.
Libertad En Cristo
“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor” (Gálatas 5:1-6)
El contexto de Gálatas 5 es el violento debate entre dos grupos de personas allí. Un grupo consistía de creyentes en la Doctrina de la Gracia que Pablo les había enseñado. El otro grupo estaba compuesto de las personas que estaban tambaleándose debido a la enseñanza de los judaizantes, judíos que afirmaban que los creyentes gentiles tenían primero que estar bajo la Ley y ser circuncidados para ser salvos.
Pablo les advirtió que mientras que ni la circuncisión ni la incircuncisión eran relevantes por sí mismas, se les estaba proponiendo como una señal de su aceptación del Antiguo Pacto. Por consiguiente, estando de acuerdo con ello los obligaría a sujetarse a toda la Ley. Intentar cumplir la Ley nos enajena del Señor porque con ello se niega lo que Él hizo por nosotros. Hace que Su muerte no tenga valor alguno dejándonos la responsabilidad de nuestra propia salvación.
“Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama. Un poco de levadura leuda toda la masa. Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea. Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz. ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!” (Gálatas 5:7-12).
¿La Ley O La Gracia?
Usted no puede tener un poquito de Ley mezclada con Gracia. De la misma manera como un poquito de levadura impregna toda la masa para cambiar su composición, un poquito de Ley buscará su camino a través de la Doctrina de la Gracia, cambiándola a algo distinto de su intención inicial. Cuando Pablo dijo que en ese caso la ofensa (tropiezo) de la cruz ha sido quitada, él quiso decir que la Ley cancela la Gracia.
(Los judaizantes estaban dando a entender que Pablo enseñaba la Ley entre los judíos pero cambiaba a una versión diluida del Evangelio cuando les hablaba a los gentiles. Su respuesta era, “Si estoy predicando la Ley a los judíos, ¿por qué me están persiguiendo?” Su frustración con ellos era evidente.)
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros” (Gálatas 5:13-15).
Los comentarios de Pablo aquí se referían al argumento de los gálatas sobre la Ley vs. la Gracia y era una advertencia para que dejaran de hacer eso. Él llamó a las discusiones que ellos tenían discusiones de “ocasión para la carne” y dijo que así como en Cristo ellos eran libres de la Ley, no debían usar esa libertad para comportarse de esa manera. En vez de eso, debían servirse mutuamente y humildemente en amor.
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.” (Gálatas 5:16-18).
Esta es una clara demostración de la diferencia entre los deseos de la naturaleza pecaminosa y la guía del Espíritu Santo. Nuestra naturaleza pecaminosa siempre nos provocará a hacer cosas que son contrarias al Espíritu. Como Él hizo en Romanos 7:18-19 Pablo dijo que nuestra naturaleza pecaminosa causa que hagamos cosas que sabemos no deberíamos hacer. Aquí él dijo que si somos guiados por el Espíritu no estamos bajo la Ley, lo que significa que estas cosas no nos son contadas en nuestra contra.
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:19-21).
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros” (Gálatas 5:22-26).
La diferencia entre las acciones de la naturaleza pecaminosa y el fruto del Espíritu pueden verse en la comparación de estos dos pasajes. Al leer el primero todos nosotros admitimos hacer periódicamente alguna de estas cosas como creyentes. En Romanos 7:20 Pablo dijo que desde la perspectiva de Dios no somos nosotros sino la naturaleza pecaminosa que mora en nosotros la que debe de ser culpada cuando eso sucede.
Sus últimas palabras sobre el asunto confirman que todo el capítulo ha sido sobre la discusión que tenían estas personas. Él dijo que puesto que los creyentes gálatas le pertenecían a Cristo debían vivir por el Espíritu y no ser engreídos, una cosa común de fracaso entre quienes guardaban la Ley. Él dijo que debían dejar de provocarse y envidiarse unos a otros, una referencia a la discusión entre ellos. Estas son acciones provocadas por la naturaleza pecaminosa y no son apropiadas para los creyentes.
¿Cuál Es El Significado De Todo Esto?
Si usted va a negar la Gracia de Dios para irse bajo la Ley, entonces se está descalificando a usted mismo para recibir las dos cosas que son esenciales para su salvación. Primero, usted no tendrá al Espíritu Santo que le guíe, por lo que será dejado y dejada con su propia naturaleza pecaminosa la cual siempre le llevará en una dirección que es opuesta al Espíritu Santo.
Pero lo más importante es que usted no tendrá la garantía de la muerte del Señor a su favor para salvarse. Usted será responsable de su propia salvación. Sin estas dos cosas usted no puede heredar el Reino de Dios.
Recuerden, la Ley fue dada para señalar nuestros pecados y nadie se puede salvar por guardarla (Romanos 3:20). Pero por medio de la fe es que podemos lograr una justificación aparte de la Ley y ser salvos y salvas (Romanos 3:21-24). Entonces solamente existen dos formas en que podemos vivir nuestra vida, por la Ley o por la Gracia por pedio de la fe. No podemos tener ambas cosas. Si estamos bajo la Ley no podemos beneficiarnos de la gracia de Dios.
Resumiendo; si dependemos solamente por fe en nuestra creencia de que el Señor nos salvó para siempre, entonces somos salvos para siempre. Si creemos que debemos aplicar nuestros propios esfuerzos para completar la obra que Jesús solamente empezó, entonces es dudoso que hayamos sido salvos alguna vez. Pablo no se estaba contradiciendo. Gálatas 5 no es sobre perder nuestra salvación una vez que la hemos recibido, sino es sobre si alguna vez la hemos tenido. Selah. 30/07/11