Artículo Semanal por Jack Kelley
He recibido un montón de comentarios sobre mi respuesta a una reciente pregunta acerca de mi comparación entre Juan 20:22 con Hechos 2:1-4. Algunas personas me escribieron en una manera más diplomática que otras sugiriendo que mi entendimiento de estos versículos deja mucho que desear. Entonces, echémosles otro vistazo para ver cómo es que estos dos pasajes se asemejan y cómo son diferentes. Empezaremos con Juan 20:22.
“Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.” (Juan 20:19-23)
Algunas personas han sugerido que Jesús solamente estaba fingiendo aquí, Su soplo fue una imitación del sonido que el Espíritu Santo haría cuando Él realmente llegó 50 días más tarde, y que no estaba invistiendo a los discípulos con el Espíritu Santo. Pero Hechos 2:2 dice que el sonido del Espíritu Santo fue totalmente distinto. “Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados”. Eso es como comparar el sonido del soplo para apagar las candelas del pastel de cumpleaños con el sonido que hace un huracán.
Y la palabra griega para ‘recibir’ en Juan 20:22 es lambáno que quiere decir tomar algo para utilizarlo, o para llevárselo. Denota permanencia y posesión. Esta misma palabra se usa en Hechos 8:17 al referirse a los creyentes en Samaria cuando finalmente se dieron cuenta de que habían recibido el Espíritu Santo después que Pedro y Juan habían llegado. Yo no creo que Jesús estaba fingiendo más de lo que estaban haciendo Pedro y Juan. Creo que los discípulos que estaban presentes recibieron el Espíritu Santo tal y como el pasaje lo dice.
Jesús se reunió con los discípulos varias veces más después de esa noche, para hablar con ellos acerca del Reino de Dios (Hechos 1:3).
“Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” (Hechos 1:4-5)
La palabra griega para ‘bautizar’ literalmente significa sumergirse temporalmente, usualmente en el agua. Jesús explicó que mientras ese fue el caso con el bautismo de Juan, pronto los discípulos serían temporalmente sumergidos en el Espíritu Santo, obteniendo un poder milagroso.
“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:6-8).
Este don no fue el recibir el Espíritu Santo, lo cual ya había sucedido, sino el poder para hacer obras milagrosas. Recuerden, Él ya les había dicho que el Espíritu Santo había estado con ellos y estaría en ellos (Juan 14:17). Esto ya se había llevado a cabo. Ahora Él les decía que el Espíritu Santo vendría sobre ellos.
Esto lo vemos por el uso de la palabra griega epérjomai que se traduce venir sobre. Significa estar por encima del poder de alguien más, de poder vencer. Esta misma palabra describe los dos casos en Hechos de los gentiles hablando en lenguas. En Hechos 10:44 el espíritu Santo cayó sobre los gentiles que escuchaban a Pablo en casa de Cornelio. En Hechos 19:6 el Espíritu Santo vino sobre un grupo de gentiles cuando Pablo los bautizó en nombre de Jesús. Yo creo que ambos eventos fueron situaciones temporales con la intención de mostrarle a la dirigencia judía que el Espíritu Santo podía venir sobre los gentiles al igual que sobre los judíos.
El Espíritu Santo también había venido sobre los hombres en tiempos del Antiguo Testamento, como es el caso de Balaam (Números 24:2), Saúl (1 Samuel 11:6), Amasai (2 Crónicas 12:18), Azarías (2 Crónicas 15:1) y Zacarías (2 Crónicas 24:20).
El entender la diferencia entre recibir el Espíritu Santo (lámbano) y que venga sobre uno (epérjomai) nos ayuda a aclarar algunas de las confusiones que rodean estos versículos.
Y Ahora Hechos 2
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen” (Hechos 2:1-4).
La palabra para llenar también significa tomar temporalmente. Y los hombres también habían sido llenos con el Espíritu Santo en el Antiguo Testamento. Tenemos ejemplos como José (Génesis 41:38) cuando interpretó el sueño de Faraón, y Bezaleel de la tribu de Judá a quien se le dio la destreza sobrenatural para diseñar y fabricar los adornos de oro, plata y bronce para el tabernáculo (Éxodo 31:2-4).
Tanto Zacarías como Elisabet, los padres de Juan el Bautista, fueron llenos con el Espíritu Santo (Lucas 1:41; 1:67) más de 30 años antes de Pentecostés. Además de eso, se dice que las personas son llenas de ira (Lucas 4:28), temor (Lucas 5:26), asombro (Hechos 3:10), etc. En todos los casos se usa la misma palabra griega. Y en todos los casos describe una condición temporal.
Entonces, el ser llenos con el Espíritu Santo no se originó en Pentecostés, ni el que Él viniera sobre nosotros. Pero no piensen que temporalmente significa que sucede una sola vez y por un corto tiempo para luego no volver a suceder nunca más. Pedro fue lleno con el Espíritu Santo en Hechos 2. Pero volvió a ser lleno en Hechos 4:8 y otra vez en Hechos 4:31. Pablo fue lleno con el Espíritu Santo en Hechos 9:17 y de nuevo en Hechos 13:9. Eso puede suceder cada vez que sea necesario.
Aquí se puede ver el argumento que hice en mi respuesta. Cuando nosotros llegamos por vez primera a la fe el Espíritu Santo es sellado en nosotros como un depósito que garantiza nuestra herencia (Efesios 1:13-14) y permanecerá allí mientras vivamos en esta Tierra. Los discípulos experimentaron esto en la noche de la resurrección del Señor y desde entonces cada creyente tiene la misma experiencia. Pero de vez en cuando el Espíritu Santo vendrá sobre nosotros y seremos temporalmente llenos de Su poder para hacer milagros en Su nombre. Cada creyente también puede experimentar esto. No se requiere de una ceremonia especial, y tampoco solamente sucede en algunas iglesias. Eso puede sucederle a cualquier creyente en cualquier momento que está disponible en fe. A mí me ha sucedido y también le puede suceder a usted. Selah 27-03-10.