Salmo 119:41-88

Nota: El Salmo 119 es un poema acróstico lo cual quiere decir que cada una de sus estrofas empieza con una de las 22 letras del alfabeto hebreo, dando inicio con la letra Alef y continuando en orden hasta la letra Tau. En hebreo, cada una de los versículos en una estrofa empieza con la letra que titula esa estrofa. También, cada uno de los 176 versículos del Salmo menciona la Palabra de Dios. Esta vez veamos desde la letra Vau a la Caf.

v Vau

Venga a mí tu misericordia, oh Jehová; tu salvación, conforme a tu dicho.

Y daré por respuesta a mi avergonzador, que en tu palabra he confiado.

No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad, porque en tus juicios espero.

Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente.

Y andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos.

Hablaré de tus testimonios delante de los reyes, y no me avergonzaré;

Y me regocijaré en tus mandamientos, los cuales he amado.

Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que amé, y meditaré en tus estatutos.

z Zain

Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar.

Ella es mi consuelo en mi aflicción, porque tu dicho me ha vivificado.

Los soberbios se burlaron mucho de mí, mas no me he apartado de tu ley.

Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos, y me consolé.

Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos que dejan tu ley.

Cánticos fueron para mí tus estatutos en la casa en donde fui extranjero.

Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová, y guardé tu ley.

Estas bendiciones tuve porque guardé tus mandamientos.

x Chet

Mi porción es Jehová; he dicho que guardaré tus palabras.

Tu presencia supliqué de todo corazón; ten misericordia de mí según tu palabra.

Consideré mis caminos, y volví mis pies a tus testimonios.

Me apresuré y no me retardé en guardar tus mandamientos.

Compañías de impíos me han rodeado, mas no me he olvidado de tu ley.

A medianoche me levanto para alabarte por tus justos juicios.

Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus mandamientos.

De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra; enséñame tus estatutos.

t Tet

Bien has hecho con tu siervo, oh Jehová, conforme a tu palabra.

Enséñame buen sentido y sabiduría, porque tus mandamientos he creído.

Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo tu palabra.

Bueno eres tú, y bienhechor; enséñame tus estatutos.

Contra mí forjaron mentira los soberbios, mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.

Se engrosó el corazón de ellos como sebo, mas yo en tu ley me he regocijado.

Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos.

Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata.

y Yod

Tus manos me hicieron y me formaron; hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.

Los que te temen me verán, y se alegrarán, porque en tu palabra he esperado.

Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, y que conforme a tu fidelidad me afligiste.

Sea ahora tu misericordia para consolarme, conforme a lo que has dicho a tu siervo.

Vengan a mí tus misericordias, para que viva, porque tu ley es mi delicia.

Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado; pero yo meditaré en tus mandamientos.

Vuélvanse a mí los que te temen y conocen tus testimonios.

Sea mi corazón íntegro en tus estatutos, para que no sea yo avergonzado.

c Caf

Desfallece mi alma por tu salvación, mas espero en tu palabra.

Desfallecieron mis ojos por tu palabra, diciendo: ¿Cuándo me consolarás?

Porque estoy como el odre al humo; pero no he olvidado tus estatutos.

¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?

Los soberbios me han cavado hoyos; mas no proceden según tu ley.

Todos tus mandamientos son verdad; sin causa me persiguen; ayúdame.

Casi me han echado por tierra, pero no he dejado tus mandamientos.

Vivifícame conforme a tu misericordia, y guardaré los testimonios de tu boca.

El carácter moral inmutable de Dios es nuestra fuente de consuelo, es la base de nuestra seguridad. Cuando Él promete algo, sabemos que lo cumplirá. Es por eso que nuestra fe en Él queda justificada. No estaremos seguros sino hasta que sea demasiado tarde, que Él ha mantenido Su promesa de salvarnos. Pero nosotros creemos en Él cuando Él dice que lo hará debido a Su carácter. Con toda confianza ponemos nuestro destino eterno en Su promesa de que cuando dejemos esta vida Él nos recibirá en la próxima por habernos hecho santos y puros.

No podríamos arriesgarnos a eso si Él hubiera mostrado alguna evidencia de ser arbitrario o caprichoso, o si en algún momento de la historia hubiera un caso en que Él hubiese faltado a lo que prometió. La forma en que Él se ha diferenciado de todos los otros que se han declarado Dios es haciendo promesas y luego cumpliéndolas, sin fallar. Es por lo que Él es, y por lo que Él siempre será.