Salmo 134

Miren, bendigan a Jehová, ustedes todos los siervos de Jehová, los que en la casa de Jehová están por las noches. Alcen sus manos al santuario, y bendigan a Jehová. Desde Sion te bendiga Jehová, El cual ha hecho los cielos y la tierra.

Si los sacerdotes que trabajaban en el Templo necesitaban de un recordatorio para alabar al Señor, ¿cuánto más lo necesitamos nosotros? Algunos de nosotros pasamos algo como una media hora los domingos alabando al Señor, y eso es todo.

A pesar de ello, el Señor nos bendice a todos todo el día y todos los días. ¿No debería nuestra alabanza de alguna manera estar a la altura aproximada de Su bendición? ¿Y qué pasa si usted está en el lugar equivocado en este momento? Él le ha sacado a usted de lugares inadecuados antes, y lo seguirá haciendo. Además, usted pronto estará con Jesús en el cielo en donde usted será bendecido para siempre. Alabar al Señor es lo que apenas usted necesita. ¡Gloria a Dios!

“Regocíjense en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocíjense! Que su gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estén afanosos, sino sean conocidas sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:4-7).

Puesto que ustedes solamente pueden tener un pensamiento a la vez, el tiempo que usted pasa alabando al Señor es un tiempo en el que no puede estar sintiéndose mal sobre su situación. El Señor conoce cuál es su problema, y también sabe cómo le va a sacar de allí. Si usted comienza a alabarlo ahora, quien sabe, pero quizás lo saque de allí más rápido. Así que tome una decisión “opuesta a sus sentimientos”. Inserte el disco de alabanza de su preferencia en su equipo de sonido, o sintonice su estación cristiana favorita, y comience a alabarlo. Le garantizo que muy pronto usted comenzará a sentirse mejor. ¡Gloria a Dios!

Y si usted se encuentra en una gran posición no necesita de ningún recordatorio. Ya usted debería estar alabándolo. No fue por la brillantez suya que usted llegó allí, sino por Su bendición. Hay suficientes personas en el mundo que son brillantes y que no llegan a ningún lado. Mire el camino que usted ha tomado para llegar en donde se encuentra y seleccione todas las coincidencias inexplicables que le sucedieron. Allí es en donde Dios se involucró y decidió permanecer en el anonimato. ¡Gloria a Dios!

Miren, bendigan a Jehová, ustedes todos los siervos de Jehová, los que en la casa de Jehová están por las noches. Alcen sus manos al santuario, y bendigan a Jehová. Desde Sion te bendiga Jehová, El cual ha hecho los cielos y la tierra.