Salmo 14

Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien.

Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.


¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, y a Jehová no invocan?

Ellos temblaron de espanto; porque Dios está con la generación de los justos. Del consejo del pobre se han burlado, pero Jehová es su esperanza.

¡Oh, que de Sion saliera la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.

El corazón es el centro de las emociones mientras que la cabeza es el centro del intelecto. El necio niega a Dios en su corazón, porque ni aun un necio puede negar a Dios en su cabeza, porque la evidencia de Dios es abrumadora. La única manera en que la humanidad pueda ser convencida de la ausencia de Dios es que se mantenga ignorando ese masivo cuerpo de evidencia. Tan ignorante que el pensamiento o no le viene a la cabeza, o si lo tiene, es desechado como una leyenda obsoleta; como si fuera un cuento de hadas.

En todos mis años escolares me enseñaron una explicación para el origen de la tierra y de la humanidad. La evolución. Esta enseñanza ha sido tan penetrante y concluyente en nuestros libros de texto y en las discusiones con nuestros profesores, que nunca se me ocurrió buscar otra respuesta. Esta teoría de la evolución se presenta como un hecho, y punto. Aun en mi iglesia, que pertenece a una denominación principal, no se presenta a Dios como nuestro Creador, para desafiar el concepto de la evolución, y en la actualidad realmente no sé lo que mis pastores creen sobre este asunto.

Pero para alguien que se toma el tiempo para hacer alguna investigación, la existencia de Dios rápidamente se torna tan obvia, que uno se pregunta porqué la pasaron por alto. Ningún ocultamiento de esta magnitud pudo haber sucedido por accidente; es el producto de una masiva conspiración entre los educadores y los teólogos, diseñada y administrada por el mismo Satanás.

En Romanos 1 Pablo dice que lo único que tenemos que hacer para ver la evidencia del Creador es observar la creación. Pero en mi opinión la manera más rápida de demostrar la existencia de Dios es estudiando la profecía bíblica. Solamente tomemos un puñado de profecías del Antiguo Testamento referentes a la primera venida de Jesús (hay más de 300 de ellas y todas fueron de interés público 150 años antes de Su nacimiento), y aplíquela a cualquier norma legítima que usted quiera: argumentos de lógica, análisis estadístico, reglas de evidencia, lo que sea.

Aun una persona con un modesto intelecto rápidamente quedará persuadida. Dios existe, Él es Quien dice que Es, y Él ha hecho todo lo que afirma haber hecho. Aquí no se necesita de ninguna fe ciega, de ninguna abrupta emoción, ni de magia; sino más bien, de una lógica sólida y directa. De hecho se debe de tener una fe ciega y un deseo obstinado para aceptar, a pesar de los hechos, la teoría de la evolución como una explicación del origen de la vida.

La profecía es la forma como Dios valida Su Palabra. Ningún otro escrito llamado “sagrado”, ofrece esta prueba. Solamente Dios le ha dicho de manera consistente a Su pueblo lo que Él iba a hacer para luego hacerlo y así probarse a Sí ante ellos.

Una vez que usted se da cuenta que Su registro del cumplimiento de la profecía no tiene error o mancha alguna, entonces usted sabrá, sin lugar a ninguna duda, de que también podemos confiar en Él. Debemos confiar en Él para que nos libre del castigo que merecemos por nuestros pecados; debemos confiar en Su retorno para llevarnos con El a la casa del Padre, y así estar con Él para siempre; y debemos confiar en Él para que nos guíe, mientras tanto, a través del resto de nuestra vida incierta e indefinida que nos queda aquí en la tierra.

Oración: Señor, ayúdame a ver Tu mundo de la manera que Tú lo ves, la historia escrita por adelantado. Ayúdame a entender mejor y a creer en Ti más y más cuando lo hago. Amén