Alaben a Dios en su santuario; Alábenle en la magnificencia de su firmamento. Alábenle por sus proezas; Alábenle conforme a la muchedumbre de su grandeza. Alábenle a son de bocina; Alábenle con salterio y arpa. Alábenle con pandero y danza; Alábenle con cuerdas y flautas. Alábenle con címbalos resonantes; Alábenle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira alabe al SEÑOR. Aleluya.
Desde principio de los años de 1900, se han hecho numerosos estudios tratando de cuantificar la capacidad creativa de la mente humana al estimar cuánto de esa capacidad en realidad utilizamos. Los estudios más antiguos han estimado que la utilización de la mente humana es de un promedio del 10% de nuestra capacidad. Luego, conforme hemos aprendido más sobre el cerebro, ese número bajó progresivamente a un 6%, luego a un 5%, luego a un 3% y luego a 1,5%.Y no es porque hayamos concluido que la gente es menor creativa que lo que originalmente se creyó, sino porque nuestro entendimiento de la capacidad cerebral ha aumentado. Finalmente el Instituto de Investigaciones del Cerebro de la Universidad UCLA, le puso punto final a esa discusión al afirmar que “para todos los propósitos prácticos, la capacidad creativa de la mente humana es infinita”.
Se ha dicho que “si ponemos nuestra mente en ello” podríamos hablar con fluidez docenas de idiomas, dominar infinidad de habilidades, y memorizar para referencia inmediata, toda la información contenida en la Biblioteca del Congreso de los EE.UU. (No puedo imaginar que alguna persona quisiera hacer eso.)
Dicho lo anterior, las investigaciones también han descubierto una limitante. En el nivel consciente, nosotros solamente podemos tener un pensamiento a la vez. Algunos de nosotros creemos que somos buenos haciendo dos cosas a la vez, pero si lo podemos hacer eso quiere decir que hemos dominado la habilidad de cambiar nuestra atención de una cosa a la otra, y viceversa, muy rápidamente. Aun así, en cualquier momento dado, estamos pensando en una sola cosa a la vez.
Y eso explica el por qué Pablo nos aconsejó que nos regocijemos aun en los momentos en que tenemos problemas, y que concentremos nuestro pensamiento en cosas que valen la pena (Filipenses 4:4, 8). De alguna forma él sabía que haciendo eso prevenía que cayéramos en un estado de desesperación debido a nuestros problemas.
Jim y Shirley, una pareja de lectores regulares, una vez lo expresaron de esta manera.
“La alabanza en la boca de los santos de Dios atará al enemigo con cuerdas de hierro. Una persona que está alabando a Dios no puede tener pensamientos de temor o de duda. La alabanza es un arma PODEROSA y oramos para que cada persona que le llama Padre a ÉL, pueda descubrir que la alabanza nos eleva por encima de nuestras circunstancias con la cual podemos elevarnos sobre cualquier tormenta”. ¡Bien dicho!
Cuando concentramos todos nuestros esfuerzos conscientes en alabar a Dios, cualquier pensamiento conflictivo literalmente es expulsado de nuestras mentes. Practiquen eso cantando con su música de alabanza preferida, o aprendiendo a alabarle en oración, y entonces ustedes encontrarán fuerzas renovadas aun en medio de tiempos difíciles. Es una manera de rescatar nuestra mente del enemigo y de restaurar nuestras perspectivas.
Se nos dice que resistamos al enemigo y este huirá de nosotros (Santiago 4:7), expulsado por nuestras oraciones y alabanzas persistentes. Todo lo que respira alabe al SEÑOR. Aleluya