Salmo 36

La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.

Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, de que su iniquidad no será hallada y aborrecida. Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien. Medita maldad sobre su cama; está en camino no bueno, el mal no aborrece.



Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza hasta las nubes. Tu justicia es como los montes de Dios, tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas. ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, y tú los abrevarás del torrente de tus delicias. Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.

Extiende tu misericordia a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de corazón. No venga pie de soberbia contra mí, y mano de impíos no me mueva. Allí cayeron los hacedores de iniquidad; fueron derribados, y no podrán levantarse.

Los humanos tienen un gran talento para el auto engaño. El descrito en el primer párrafo de este Salmo es un caso típico de muchas personas hoy día. Si usted está en el mundo de los negocios, usted se encuentra con personas así todo el tiempo. Quizás usted trabaja para una de ellas. Es un gran reto el tener que estar en el mundo interactuando con personas como estas y poder resistirse a no adoptar algunas de sus costumbres. Es tan fácil permitir que nuestro lenguaje se torne un poco rudo, quitar un poquito de nuestra integridad, y vagar justo en el margen de esa área gris, la cual no necesariamente es mala, pero tampoco es buena.

Démosle gracias a Dios por recordarnos que Su amor está en todas partes. No importa cuál sea la situación de su vida, si usted de adhiere a los caminos del Señor para llegar a las metas que se ha propuesto eso le traerá abundancia y “el torrente de las delicias del Señor”. En la sombra de sus alas usted encontrará refugio en la tormenta. Es bueno recordar, conforme empezamos un nuevo día, que hay un Dios que es justo y confiable y lleno de un amor que no falla. Y a cambio de dejar los caminos del mundo por Sus caminos, el Señor nos recompensará en gran manera, tanto en este mundo como en el otro.

Y, algún día, si pareciera que usted se encuentra en peligro de equivocarse porque escogió el camino correcto y angosto, mientras que le parece que los demás se lo están llevando todo, recuerde las palabras de Pablo a los atenienses: “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hechos 17:30-31). Hay un día, del que nadie escapará, cuando un juez que no puede ser desafiado, pondrá las cosas en su lugar. Y la prueba de eso es un hecho irrefutable; la resurrección de Jesús. Si usted cree eso, ya se ha unido al equipo ganador…