Salmo 37:27-40

Apártate del mal, y haz el bien, y vivirás para siempre. Porque Jehová ama la rectitud, y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; mas la descendencia de los impíos será destruida. Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella. La boca del justo habla sabiduría, y su lengua habla justicia. La ley de su Dios está en su corazón; por tanto, sus pies no resbalarán.


Acecha el impío al justo, y procura matarlo. Jehová no lo dejará en sus manos, ni lo condenará cuando le juzgaren. Espera en Jehová, y guarda su camino, y él te exaltará para heredar la tierra; cuando sean destruidos los pecadores, lo verás. Vi yo al impío sumamente enaltecido, y que se extendía como laurel verde. Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; lo busqué, y no fue hallado.

Considera al íntegro, y mira al justo; porque hay un final dichoso para el hombre de paz. Mas los transgresores serán todos a una destruidos; la posteridad de los impíos será extinguida. Pero la salvación de los justos es de Jehová, y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia. Jehová los ayudará y los librará; los libertará de los impíos, y los salvará, por cuanto en él esperaron.

Hay grandes recompensas en la honestidad. Primero, usted solamente necesita recordar una versión de los eventos. Segundo, usted se economiza una gran cantidad de energía que de otra forma tendría que utilizar preocupándose si lo van a delatar. Esa energía puede ponerse a trabajar de manera productiva. Y, tercero, aun en esta Era de la Gracia, el Señor encuentra bendiciones extras para derramar sobre todos aquellos cuyos sus pasos le son agradables a Él. Raramente eso se discute en la iglesia hoy día, pero las leyes de Dios nunca expiran, como tampoco han sido revocadas. La muerte de nuestro Señor pagó la pena por nuestras violaciones, pero no abrogó la ley. Aun existen grandes bendiciones al obedecer Sus Leyes porque ahora lo hacemos por gratitud y no como un esfuerzo inútil para ganar Su favor. El Antiguo Testamento decía, “Obedezca al Señor o enfréntese a la condenación”. El Nuevo Testamento dice, “Obedezca al Señor porque usted ha escapado de la condenación”. Es una actitud de gratitud la que nos impulsa hoy día y ¿qué mejor manera para demostrar nuestra gratitud que teniendo un comportamiento que sea agradable a nuestro Benefactor?

“Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él”, es la promesa en Proverbios 16:7. La recompensa por la justicia es la paz. La paz en el hogar y la paz en el lugar de trabajo. Usted puede sentir esa paz hoy mismo. Perdone a aquellos que le han hecho daño, y pida perdón por el daño que usted ha ocasionado. Haga un esfuerzo valiente para vivir de una manera agradable a Dios y cuando usted fracase, pídale perdón al Señor. Él siempre lo otorga sin tardanza y sin ninguna condición. Usted no tiene que esperar hasta que ha terminado y sea limpiado para empezar a sentir esa paz. En el momento en que usted pide perdón notará que un peso se le quita de encima.

En el Antiguo Testamento el saludo hebreo tradicional era “Shalom”, paz. En el Nuevo Testamento se agregó la palabra Járis, Gracia. El saludo se convirtió en, “Járis Shalom”, Gracia y Paz. Debido a la gracia de Dios que quita todos nuestros pecados, es que podemos tener la paz de Dios de una manera nunca antes posible. Está allí para tomarla, ¿qué está usted esperando?