Salmo 43

Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa; líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo. Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo? Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; me conducirán a tu santo monte, y a tus moradas. Entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo; y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío. ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío.

Nuestro Creador originalmente nos diseñó para que nos comportáramos de acuerdo a Su Palabra revelada. Ese es nuestro “sistema operativo de fábrica”. Después de la caída del hombre, un sistema operativo competitivo llamado la carne, o naturaleza pecaminosa, fue “instalado” en toda la progenie de Adán. Este fue desarrollado por Satanás y es totalmente opuesto a la Palabra de Dios. Antes de ser salvos, la naturaleza pecaminosa es nuestro sistema operativo por defecto. Como creyentes, tenemos la opción de poder escoger el sistema con el que vamos a operar diariamente. De alguna manera, David sabía esto y clamó a Dios por ayuda para poder cambiar de sistema. David sabía que si lograba eso su espíritu quedaría unido al Espíritu de Dios y sus sentimientos de opresión y rechazo se convertirían en gozo y deleite.

Juan 16:22 es un buen ejemplo de esto. La noche antes de Su crucifixión el Señor les dice a Sus discípulos que pronto sentirán tristeza porque les parecerá que lo han perdido. Pero luego lo volverán a ver y de allí en adelante nadie será capaz de quitarles su gozo.

Antes de la cruz, ellos no habían recibido el Espíritu Santo y dependían principalmente de sus sentimientos para controlar su comportamiento. Cuando lo vieron morir, ellos sintieron tristeza. Pero en la noche de Su resurrección, Jesús les dio el Espíritu Santo y desde ese momento ellos disponían de una elección. Nadie podría quitarles su gozo nunca más sin que ellos estuvieran de acuerdo.

Cuando nosotros permitimos que nuestra naturaleza pecaminosa domine, nos desconectamos de Dios, e inevitablemente experimentaremos sentimientos de tristeza, rechazo y aun de opresión. Pero cuando elegimos de nuevo que la Palabra Revelada de Dios gobierne nuestro comportamiento, nos volveremos a conectar con Dios y Él hará que nuestro gozo sea completo.

Cambiando metáforas, algunas personas cometen el error de creer que pueden almacenar la energía de Dios. Hablan de ir a la iglesia o a un retiro de fin de semana para “cargar baterías”. Pero utilizando la metáfora de un electrodoméstico, ellos en realidad son de la variedad de “conectarse para funcionar”. Tan pronto se desconectan del Señor, cesan de funcionar apropiadamente. Piense que usted es como una tostadora de pan, y no como una linterna, para que entienda la idea.

Ore sin cesar. Lea la Palabra cada día. Eso le ayudará a usted a seleccionar el sistema operativo correcto y al mismo tiempo, mantenerse conectado.