Una Perspectiva por Jack Kelley
Hezbolá ha expresado que después de la próxima guerra la desaparición de Israel es un hecho establecido. El Presidente de Irán le ha llamado a Israel un microbio sucio y un animal salvaje que pronto va a desaparecer en un destello. El comandante en jefe del ejército iraní predice que millones pronto van a recibir las alegres noticias de la destrucción de Israel. El jefe del estado mayor israelita advierte sobre una “dura experiencia” que vendrá pronto. Y con toda la retórica que vuela sobre el Medio Oriente acerca una gran guerra este verano, y con muchos países (incluyendo los EE.UU.) que se encuentran reforzando su preparación militar, un rápido repaso del Salmo 83 nos puede revelar algunos detalles proféticos sobre este ataque venidero en contra de Israel.
El Salmo 83 fue escrito probablemente después del reinado del Rey Salomón (cerca del año 900 a.C.) pero la Biblia no contiene ningún registro de esa clase de esfuerzo coordinado de todos los vecinos de Israel para destruirlos en ese tiempo o desde entonces. Un cumplimiento parcial podría verse en 2 Crónicas 20 cuando Moab, Amón, y Edom invadieron Judá durante el reinado del Rey Josafat (872-848 a.C.). Es interesante ver que Jahaziel, un levita, que profetizó la victoria de Judá en esa batalla era descendiente de Asaf, autor de este Salmo 83. Al poner en práctica una de sus tácticas favoritas, el Señor colocó a los enemigos de Israel para que pelearan unos contra otros y así se mataron entre ellos mismos. Ezequiel 38:21 relata el uso futuro de esta misma táctica.
Pero la batalla de 2 Crónicas 20 no cumple totalmente los requisitos del Salmo 83, porque tiene menos antagonistas, por eso es que basados en esto vamos a asumir que su cumplimiento está aun en el futuro, quizás en un futuro muy próximo. Si eso es así, eso podría ser el puente que une los acontecimientos presentes en Israel con las condiciones necesarias para la Batalla de Ezequiel 38. Averigüémoslo.
Salmo 83
Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te estés quieto. Porque he aquí que rugen tus enemigos, y los que te aborrecen alzan cabeza. Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos.
Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel.
Porque se confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, los filisteos y los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos; sirven de brazo a los hijos de Lot (Salmo 83:1-8).
Ese lenguaje parece ser sacado de las noticias de primera plana de hoy y los países alineados en contra de Israel en este Salmo habitaron las tierras de los actuales vecinos de Israel. Edom y los ismaelitas estaban en la tierra que hoy día ocupa Jordania, mientras que los territorios de Moab y Amón conforman el resto de ese país. Amán, escritura moderna de Amón, es la capital de Jordania. (Mientras que el gobierno de Jordania suscribió un tratado de paz con Israel, debemos recordar que el 70% de la población jordana es “palestina” y de hecho el país fue formado para ser la tierra natal Palestina.)
Los agarenos fueron parte de Aram cuya capital era Damasco en la moderna Siria. Gebal (también llamado Biblos) y Tiro, aun pueden ser localizados en el actual Líbano. Los amalecitas vivieron en el desierto al sur de Israel y los filisteos se establecieron en Gaza, sobre la frontera sur de Israel. Asiria conquistaría Aram poco después que el Salmo 83 se escribiera y los descendientes de Lot es otra referencia a Jordania. Recuerden, Moab y Amón fueron los hijos de la relación incestuosa que tuvo Lot con sus dos hijas.
Entonces, aquí vemos a todos los vecinos que rodean a Israel, todos los cuales han jurado su destrucción, y todos ellos saltando alocadamente en un frenesí producido por Siria e Irán.
Hazles como a Madián, como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón; que perecieron en Endor, fueron hechos como estiércol para la tierra. Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb; como a Zeba y a Zalmuna a todos sus príncipes, que han dicho: Heredemos para nosotros las moradas de Dios.
Dios mío, ponlos como torbellinos, como hojarascas delante del viento, como fuego que quema el monte, como llama que abrasa el bosque. Persíguelos así con tu tempestad, y atérralos con tu torbellino. Llena sus rostros de vergüenza, y busquen tu nombre, oh Jehová. Sean afrentados y turbados para siempre; sean deshonrados, y perezcan. Y conozcan que tu nombre es Jehová; tú solo Altísimo sobre toda la tierra” (Salmo 83:9-18).
Asaf, autor de este Salmo, no puede resistir decirle al Señor exactamente cómo es que él quisiera que los enemigos de Israel fueran tratados. En este sentido, él es como usted y yo.
Madián fue derrotado por un ejército mucho menos numeroso bajo las órdenes de Gedeón. Ese fue otro caso cuando el Señor hizo que los enemigos de Israel se mataran los unos a los otros (Jueces 7).
Jabín era un rey de los cananeos y Sísara era el comandante de su ejército. El Señor atrajo al ejército cananeo a una trampa para que los israelitas lo destruyeran (Jueces 4). El comandante del ejército israelita se llamaba Barac, igual que el actual Ministro de Defensa. Probablemente una coincidencia.
Oreb, Zeeb, Zeba y Zalmuna eran líderes del ejército madianita derrotados por Gedeón.
La oración de Asaf era que los enemigos presentes de Israel fueran totalmente derrotados como lo fueron los madianitas y los cananeos, sus ejércitos dispersados y sus líderes ejecutados.
Miles de misiles y cohetes localizados en Líbano, Siria y Gaza, están apuntando sobre Israel para ser disparados en contra de blancos estratégicos en todo Israel. En esta semana, Siria ha movilizado 800 misiles de largo alcance y los tiene listos para ser lanzados, estando programados para alcanzar blancos específicos actualizados. Esto lo hicieron en respuesta a los simulacros de defensa civil que efectuó Israel a nivel nacional. Para evitar duplicar los blancos, Irán ha montado un comando central unificado en Damasco para coordinar el despliegue masivo simultáneo de este armamento cuando broten las hostilidades. Piensan que Israel no va a poder protegerse de un ataque masivo y así lo podrán anular de manera efectiva.
Pero Israel puede aprovechar esta oportunidad para lanzar un ataque preventivo en contra de este centro de comando, arrasando al mismo tiempo Damasco en cumplimiento a Isaías 17. Al perder su centro de comando y su capacidad de control, puede hacer que el ataque del enemigo degenere en una situación caótica y confusa la cual Israel aprovechará para derrotarlos completamente tal y como lo hizo Gedeón con los madianitas.
Si este es el caso, Israel será más grande, no más pequeño, terminando así la contienda sobre la propiedad de Gaza, la Ribera Occidental y el Golán. Israel se hará más fuerte, no más débil, su reputación militar será restablecida y aun realzada. La tierra que ahora está dividida ya no lo estará más, y Jerusalén permanecerá siendo una ciudad unificada. El muro de seguridad tan controvertido será derribado, puesto que las tres fronteras de Israel estarán seguras y la amenaza de los ataques terroristas habrá sido eliminada. 62 años de guerra finalmente habrán terminado. Esta será la oportunidad perfecta para que Israel aparente estar gozando de un falso sentido de seguridad y así convertirse en un pueblo pacífico y confiado viviendo en una tierra sin muros que no tienen cerrojos ni puertas. Y todo eso puede suceder este verano.
Mientras tanto, los rusos y los iraníes, los cuales habrán peleado esta batalla por medio de sus representantes, van a estudiar su derrota y aprender de sus errores, aguardando la próxima oportunidad para atacar. Y eso no tardará mucho tiempo. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 29/05/2010.