Un Estudio Bíblico por Jack Kelley.
En nuestro último artículo recuerden que Sofonías escribió justo antes del cautiverio babilónico. En el capítulo 2 él empieza con las profecías referentes a las naciones que rodeaban a Israel, las cuales también serían conquistadas por Babilonia. El Señor estaba por entregarle a Nabucodonosor todo el Medio Oriente. Jeremías también profetizó que eso sucedería.
Jehová me ha dicho así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello; y los enviarás al rey de Edom, y al rey de Moab, y al rey de los hijos de Amón, y al rey de Tiro, y al rey de Sidón, por mano de los mensajeros que vienen a Jerusalén a Sedequías rey de Judá.
Y les mandarás que digan a sus señores: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Así habéis de decir a vuestros señores: Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise. Y ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan. Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra, y la reduzcan a servidumbre muchas naciones y grandes reyes.
Y a la nación y al reino que no sirviere a Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, castigaré a tal nación con espada y con hambre y con pestilencia, dice Jehová, hasta que la acabe yo por su mano (Jeremías 27:2-8).
La decisión era clara. Ríndanse a Nabucodonosor y vivan, o resistan y mueran. Sedequías fue uno de los hijos de Josías que reinó del año 597 al 586 a.C. Él no era uno rey legítimo (Dios ya había maldecido la descendencia real para ese entonces) pero fue instalado por Nabucodonosor como un vasallo. A él también se le dio la opción de rendirse, pero igual que los gobernantes de los otros países, rehusó. Si no lo hubiera hecho, Jerusalén y el Templo se habrían salvado y los judíos no habrían sufrido el derramamiento de sangre y la destrucción posterior. Pero nos estamos adelantando. Empecemos nuestro estudio en el Capítulo 2.
Sofonías Capítulo 2
Congregaos y meditad, oh nación sin pudor, antes que tenga efecto el decreto, y el día se pase como el tamo; antes que venga sobre vosotros el furor de la ira de Jehová, antes que el día de la ira de Jehová venga sobre vosotros. Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová (Sofonías 2:1-3).
El Capítulo 2 era una profecía cuando Sofonías lo escribió, pero para nosotros ya es historia. Como veremos, todas las naciones vecinas se unieron con Judá para rechazar la oferta del Señor de rendirse y así poder sobrevivir. Estos tres versículos son un ruego para que el pueblo de Judá busque al Señor y siga su mandato. Mientras que el Señor no garantizó su seguridad, sí ofreció una esperanza de que ellos fueran preservados de lo peor.
En Contra de Filistea
Porque Gaza será desamparada, y Ascalón asolada; saquearán a Asdod en pleno día, y Ecrón será desarraigada. ¡Ay de los que moran en la costa del mar, del pueblo de los cereteos! La palabra de Jehová es contra vosotros, oh Canaán, tierra de los filisteos, y te haré destruir hasta no dejar morador.
Y será la costa del mar praderas para pastores, y corrales de ovejas. Será aquel lugar para el remanente de la casa de Judá; allí apacentarán; en las casas de Ascalón dormirán de noche; porque Jehová su Dios los visitará, y levantará su cautiverio (Sofonías 2:4-7).
Los filisteos originalmente llegaron de la Isla de Creta y se establecieron a lo largo de la costa sur del Mediterráneo después de una fracasada invasión a Egipto cerca del tiempo en que Josué y los israelitas estaban por llegar a la Tierra Prometida desde el este. En Génesis 10:14 se les llama Casluhim. Según la Concordancia de Strong, la palabra cereteo significa asesino y se refiere a la guardia filistea que David empleaba para protegerse. El motivo por el que sabemos que esta porción es ya historia es que las ciudades filisteas mencionadas forman ahora parte de Israel, tal y como Sofonías indicó que serían. De hecho, el arsenal nuclear de Israel está situado en Ascalón, un blanco frecuente para los cohetes de Hamás. Nabucodonosor destruyó completamente a los filisteos en el año 604 a.C. sin que quedara sobreviviente alguno, como lo profetizó detalladamente Jeremías (Jeremías 47).
En Contra de Moab y Amón
Yo he oído las afrentas de Moab, y los denuestos de los hijos de Amón con que deshonraron a mi pueblo, y se engrandecieron sobre su territorio. Por tanto, vivo yo, dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Amón como Gomorra; campo de ortigas, y mina de sal, y asolamiento perpetuo; el remanente de mi pueblo los saqueará, y el remanente de mi pueblo los heredará.
Esto les vendrá por su soberbia, porque afrentaron y se engrandecieron contra el pueblo de Jehová de los ejércitos. Terrible será Jehová contra ellos, porque destruirá a todos los dioses de la tierra, y desde sus lugares se inclinarán a él todas las tierras de las naciones (Sofonías 2:8-11).
Moab y Amón se establecieron en el área este y sur del mar Muerto. Ezequiel 25:6 dice que ellos estaban especialmente jubilosos cuando fue claro que Israel iba a ser castigado. Jeremías 48 se dedica exclusivamente a la destrucción de Moab y Jeremías 49:1-6 describe una suerte similar para Amón. A diferencia de los filisteos, el Señor prometió restaurar más tarde tanto a Moab como a Amón (Jeremías 48:47 y 49:6). Esta promesa se ha mantenido en la apariencia de Jordania. De hecho Daniel 11:41 nos dice que ellos van a escapar de las garras del anticristo al final de la era, quizás como un pago por haber mantenido a los judíos en Petra, una ciudad al sur de Jordania.
En Contra de Cus
También vosotros los de Etiopía seréis muertos con mi espada (Sofonías 2:12).
Los etíopes, o cusitas, eran los ancestros de los africanos de raza negra de hoy en día, los cuales han sido específicamente identificados con Etiopía y Sudán. Ellos lucharon con Egipto en contra de Asiria y de Babilonia, pero fueron derrotados.
En Contra de Asiria
Y extenderá su mano sobre el norte, y destruirá a Asiria, y convertirá a Nínive en asolamiento y en sequedal como un desierto. Rebaños de ganado harán en ella majada, todas las bestias del campo; el pelícano también y el erizo dormirán en sus dinteles; su voz cantará en las ventanas; habrá desolación en las puertas, porque su enmaderamiento de cedro será descubierto.
Esta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo, y no más. ¡Cómo fue asolada, hecha guarida de fieras! Cualquiera que pasare junto a ella, se burlará y sacudirá su mano (Sofonías 2:13-15).
Asiria también fue conquistada por Nabucodonosor. Eso sucedió en la famosa batalla de Carquemis en el año 606 a.C. la cual terminó no solamente con el reinado de Asiria como un poderoso imperio en el Medio Oriente, sino también con su existencia como nación.
Nínive, la capital de Asiria, había sido destruida anteriormente (612 a.C.) y durante varios cientos de años desapareció del todo. Hoy en día la ciudad de Nínive muchos la conocen como Mosul, y forma parte del norte de Irak. Mosul fue originalmente construida del lado opuesto del Río Tigris de Nínive, pero desde entonces se ha expandido para abarcar ambos lados del río y ahora es la segunda ciudad en tamaño de Irak, después de Bagdad. Dentro de sus dos millones de habitantes, vive una población significativa de asirios, muchos de los cuales son cristianos. Sus antepasados se convirtieron en el Siglo II, y hoy día muchos más cristianos viven en Nínive, como ellos llaman a la ciudad, que en otros lugares de Irak. Los profetas del Antiguo Testamento, Jonás y Nahum escribieron sobre Nínive y están enterrados allí también.
En el Milenio, Asiria volverá a estar presente en el escenario mundial tal y como Dios lo prometió. En Isaías 19:25, Asiria es mencionada junto con Israel y Egipto, siendo los tres bendecidos por Dios.
Sofonías Capítulo 3. El Futuro de Jerusalén
¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada y opresora!
No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios. Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana. Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley.
Jehová en medio de ella es justo, no hará iniquidad; de mañana sacará a luz su juicio, nunca faltará; pero el perverso no conoce la vergüenza (Sofonías 3:1-5).
A pesar de que el Rey Josías había traído un avivamiento nacional a Judá, pocos años después de su muerte en el año 609 a.C., la nación volvió profundamente a la idolatría. Ezequiel registró este hecho asombroso de que los sacerdotes en el templo realmente guardaron sus ídolos en sus recámaras y los adoraban allí cada día antes de ir a ejercer su oficio (Ezequiel 8).
Hice destruir naciones; sus habitaciones están asoladas; hice desiertas sus calles, hasta no quedar quien pase; sus ciudades están asoladas hasta no quedar hombre, hasta no quedar habitante.
Dije: Ciertamente me temerá; recibirá corrección, y no será destruida su morada según todo aquello por lo cual la castigué. Mas ellos se apresuraron a corromper todos sus hechos.
Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra. (Sofonías 3:6-8).
Judá no fue totalmente destruido sino hasta después que el Señor se había encargado de las demás naciones. En el último minuto Jeremías visitó a Sedequías para ofrecerle de nuevo la oportunidad de rendirse y así sobrevivir. Más arriba acabamos de ver que el Señor estaba diciendo por medio de Sofonías, «Seguramente, después de que ellos vean lo que le estoy haciendo a todas las naciones de su alrededor, entrarán en razón y se rendirán».
Pero Sedequías rehusó hacerlo y admitió que le temía más a lo que la gente pudiera pensar de él que lo que el Señor le decía (Jeremías 38:17-28). Así que en el año 586 a.C. después de esperar durante 19 años para que la gente se arrepintiera, la ciudad y el Templo fueron destruidos, y el pueblo fue llevado cautivo o lo mataron.
Pero esta profecía no se cumplió totalmente en tiempos de Sedequías, ni tampoco se ha terminado de cumplir en nuestros días. Pronto el Señor va a reunir a todas las naciones para juicio, y el mundo entero será consumido por Su ira. De la misma manera que a Nabucodonosor se le dio el control temporal del Medio Oriente con el propósito de juicio, al anticristo se será otorgado el control temporal de todo el mundo por el mismo motivo.
En aquel tiempo devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan de común consentimiento. De la región más allá de los ríos de Etiopía me suplicarán; la hija de mis esparcidos traerá mi ofrenda.
En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra mí; porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se alegran en tu soberbia, y nunca más te ensoberbecerás en mi santo monte. Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová. El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice. (Sofonías 3:9-13).
De la misma manera como el pulidor usa el fuego para purificar su oro y su plata, el Señor va a usar la gran tribulación para eliminar las impurezas de Su pueblo. Se les quitarán su orgullo y auto suficiencia, dejándolos mansos y humildes, listos para recibir el perdón. Él ha estado esperando poder dispensar a aquellas personas que confían en Él. Sus pecados les serán perdonados, y la justicia que nunca pudieron obtener por sus propias obras, les será impuesta por la fe. Ante los ojos de Dios ellos serán tan perfectos como Él es, y la paz será su recompensa. El nuevo pacto habrá finalmente llegado a Israel (Jeremías 31:31-34).
Canta, oh hija de Sion; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén. Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos; Jehová es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás el mal.
En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos. Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos (Sofonías 3:14-17).
Igual a como Isaías lo había dicho tan elocuentemente 100 años antes, Sofonías ahora confirma de que llegará el día en que la guerra de Israel cesará, cuando sus enemigos serán derrotados del todo. Llegará el día cuando la paz estará a la orden del día, paz con el Señor y paz con el mundo.
Reuniré a los fastidiados por causa del largo tiempo; tuyos fueron, para quienes el oprobio de ella era una carga. He aquí, en aquel tiempo yo apremiaré a todos tus opresores; y salvaré a la que cojea, y recogeré la descarriada; y os pondré por alabanza y por renombre en toda la tierra.
En aquel tiempo yo os traeré, en aquel tiempo os reuniré yo; pues os pondré para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando levante vuestro cautiverio delante de vuestros ojos, dice Jehová (Sofonías 3:18-20).
Algunas de las festividades de Israel conmemoran eventos felices, otras, tiempos de tristeza. En el Milenio, Israel solamente celebrará la Pascua (pero sin un cordero), los Panes Sin Levadura, y los Tabernáculos, todas son festividades de gozo.
Las naciones serán reunidas en el valle del juicio (Joel 3). Y la reunión de la nación, que oficialmente empezó en el año de 1948, finalmente se completará. Israel volverá a ser la nación preeminente del mundo, el gozo de toda la Tierra.
La promesa de la reinstalación de Israel en los últimos días fue confirmada por casi todos los profetas de Israel. Y mientras que unos pocos no la mencionaron, ninguno la contradijo. Aquellas personas que le hacen creer a usted que Dios abandonó a Israel después de la cruz, han malentendido algunas de las profecías más claras y fuertes de la Biblia.
Y decir que Dios respondió al rechazo del Mesías por Israel transfiriendo estas promesas a la iglesia, le añade al insulto la ofensa. El aceptar eso que uno tiene que creer ya sea que Dios no puede ver el futuro y tiene que modificar sus planes en respuesta de las acciones de Israel, o que Él no puede ser confiable para mantener Su Palabra.
La pasión con la que Dios hizo esta promesa quizás la expresa mejor Jeremías.
Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre:
Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente (Jeremías 31:35-36).
Mientras el sol y la luna y las estrellas brillen en el cielo, mientras el viento sople y bramen las olas del mar, Israel será una nación en la Tierra. El resto de nosotros mejor nos acostumbramos a eso. Si usted escucha con cuidado, ya casi se oye los pasos del Mesías. 18/04/2009.