Ustedes No Son Sino Forasteros en la Tierra

Un Comentario Bíblico por Jack Kelley

“La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo” (Levítico 25:23).

Cuando Dios trajo a Israel a la Tierra Prometida Él les explicó que ellos no eran sino forasteros (inquilinos) de Él, y tenían prohibido vender o regalar la tierra (Levítico 25:23).

Dios también les ordenó dejar descansar la tierra durante un año cada siete años (Levítico 25:4), que es el llamado Sabbath de la Tierra. Pero ellos durante 490 años fracasaron en guardarlo. Así que a pesar de que la causa principal del exilio de 70 años en Babilonia fue su idolatría (Jeremías 25:7-11), su duración fue determinada por la cantidad de veces que ignoraron el mandato de guardar el Sabbath de un año de duración para la tierra (2 Crónicas 36:21). 490 dividido por 7 es igual a 70, así que ellos le “debían” a la tierra del Señor 70 años de descanso. Fiel a Su palabra, cuando se cumplieron los 70 años, Dios envió a los persas para derrotar a Babilonia y liberar a los judíos para que regresaran a su tierra.

Una Posesión Para Siempre

El mundo haría bien en recordar ese episodio. Al darle la tierra a los descendientes de Abraham, Dios la hizo su “heredad perpetua” (Génesis 17:8). Pero en el Monte Sinaí Él les explicó que para poder vivir allí y disfrutar de sus beneficios tenían que obedecer el pacto que Él estaba haciendo con Moisés.

En varias ocasiones ellos, o perdieron su independencia, o fueron desalojados por sus violaciones a este pacto, pero solo de manera temporal. Dios siempre los restauró, y esa es la parte de su trato con Dios que el mundo parece haber olvidado. El motivo por el cual ellos están en la tierra hoy día es porque Dios recordó Su promesa a sus antepasados y los trajo de vuelta a la tierra (Ezequiel 36:22-24).

Los cristianos evangélicos y los judíos ortodoxos lamentan el hecho de que Israel ha aceptado cambiar la tierra por una promesa de paz… tierra que la Biblia dice que no tienen el derecho de negociar. Pero si los incrédulos, ya sea judíos, árabes u occidentales, se ponen de acuerdo en algo, es que las provisiones establecidas en “algún libro antiguo” no van a gobernar sus acciones presentes. Ya lo veremos.

¿Tierra Por Guerra?

Un fuerte grupo de los vecinos de Israel siempre ha estado opuesto al plan de paz del Medio Oriente y han intentado todo para detenerlo. Ellos no quieren compartir la tierra con Israel, sino que la quieren toda para ellos. Cada vez que este grupo ha visto a Israel negociar tierra por la promesa de paz, han reaccionado violentamente. Mientras de más tierra se trata, más violentos se ponen.

Durante su primer término como Primer Ministro, Benjamín Netanyahu atrasó la transferencia de tierra que había empezado con Yitzak Rabin y continuado con Simón Peres, y la violencia se calmó un poco. Bajo la intensa presión de Bill Clinton, el sucesor de Netanyahu Ehud Barak, estuvo de acuerdo en otorgarle a Yaser Arafat el 97% de la tierra que este último quería, incluyendo Jerusalén Este, a cambio de paz. Arafat declinó la oferta y luego que regresó a casa comenzó la Intifada del año 2000. Después que Ariel Sharon fue elegido, Israel se puso duro de nuevo y la violencia declinó una vez más.

Predeciblemente, el resultado de la abrupta salida de la Franja de Gaza fue una intensificación de la violencia. Más aun, con la aterradora formación de materiales de guerra que están pasando de contrabando a Gaza y Líbano (que también es parte de la Tierra Prometida original) es difícil poder ver sino el desastre total que resultará de eso. De manera increíble, el mundo está ahora exigiendo que Israel cambie más tierra por paz. ¿Cómo pueden ellos esperar algo sino es guerra en su lugar?

La última treta que se está gestando sobre el pueblo de Israel es la declaración de que los EE.UU. le ha ofrecido unos aviones de combate (los cuales no serán entregados sino hasta el año 2020) y algún apoyo diplomático, pero solamente hasta después que la propuesta de dos estados ha sido exitosamente implementada, y luego solamente por un año. Por supuesto, Israel debe estar de acuerdo en dar más tierra por adelantado. Aun no está claro si los EE.UU. hizo esta oferta, y aun si la hubiese hecho, si fuera aceptada por todas las partes.

Pero el contraste entre los niveles de terrorismo durante las administraciones conservadoras y liberales aparentemente se encuentra perdido entre los observadores tanto judíos como gentiles, porque ellos parecen no estar al tanto del hecho de que el aceptar dar más tierra siempre ha acarreado más violencia de parte de los enemigos de Israel. Esta vez probablemente se produzca el cumplimiento del Salmo 83.

Dios Es El Mismo Ayer, Hoy, Y Siempre

Dios siempre ha utilizado a Sus enemigos para llevar a cabo Su propósito (Jeremías 25:9) y promete hacer lo mismo otra vez (Ezequiel 38—39). Entonces, ¿estamos perdidos en algo aquí? Yo no pretendo ser un analista o comentarista político. Pero soy un estudioso de la profecía y me deleito en poner encima de los eventos presentes las estrategias probadas del Señor. Y en cuanto a los asuntos presentes de Israel puedo ver un patrón definido.

Dios está opuesto a negociar tierra por paz y yo creo que Él está utilizando a los enemigos de Israel para decirlo. Creo que Él está tratando de disuadir a Israel de dar la tierra que no les toca a ellos disponerla, y convencerlos que su propio poder, no importa lo formidable que sea, no se equipara a la tarea de derrotar a sus enemigos. El escenario venidero del Salmo 83 aparentará inicialmente ser un éxito militar para Israel, pero en la realidad solamente servirá para alistarlos a un ataque aun más poderoso después de ese.

Después de todo fue Dios Quien dijo, “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2 Crónicas 7:14). Ya ustedes casi pueden escucharlo repitiendo esas mismas palabras cuando Él le da a Su pueblo señal tras señal de que ya es hora de dejar de dar Su tierra y que se vuelvan a Él.

¿Dejará Él de Intentar Convencerlos?

Preguntémoselo.

“Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre:

Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.

Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová” (Jeremías 31:35-37).

Si las personas que están de acuerdo con la teología del reemplazo (esa herejía que alega que después de la cruz la Iglesia reemplazó a Israel en el plan de Dios, y por lo tanto, ya no hay ningún lugar para la nación de Israel en el mundo hoy) están en lo cierto, entonces el Señor ha roto Su promesa para con Israel, porque el sol brilla todos los días, y la luna y las estrellas todas las noches. Y cualquier persona cerca de la costa puede escuchar el constante bramido de las olas.

¿Entonces, Qué Tomará?

Un día en un futuro no lejano, una coalición internacional de fuerzas musulmanas atacará a un Israel en paz y confiado, con una fuerza abrumadora, y cuando eso suceda, el Rey del Universo vendrá rugiendo del cielo con guerra en Su mente y venganza en Su corazón, porque quien toca as Israel toca la niña de Su ojo (Zacarías 2:8).

Cuando el polvo se ha asentado las fuerzas invasoras que cubrieron la tierra como una nube quedarán muertas sobre sus mismas huellas, sirviendo de comida a las aves de rapiña. “Y pondré mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán mi juicio que habré hecho, y mi mano que sobre ellos puse. Y de aquel día en adelante sabrá la casa de Israel que yo soy Jehová su Dios” (Ezequiel 39:21-22).

Todas estas cosas tienen que suceder porque Dios ha visto el fin desde el principio y se lo ha revelado a Sus siervos los profetas (Amós 3:7). El hecho de que estas cosas parece que vienen pronto es otra señal de que el fin de la era está encima de nosotros. Ya casi se pueden escuchar los pasos del Mesías. 20-11-10.