Un Comentario por Jack Kelley
El otro día recibí una interesante respuesta a mi réplica declarando que la Biblia sustenta la historia aproximada de 6000 años para la raza humana. Esta persona no discutió la Biblia sino solamente nuestra interpretación sobre la misma, al estar en desacuerdo con mi réplica.
La esencia de su respuesta era de que puesto que la ciencia ha descubierto lo que considera ser una evidencia persuasiva que contradice el punto de vista literal de la narración de la creación, entonces nuestra interpretación tradicional del lenguaje de Génesis 1 tiene que estar equivocada.
El autor de esa respuesta es un científico y además es cristiano. Él elaboró una respuesta calmada y razonada aduciendo que todos los campos relevantes de la ciencia concuerdan con la declaración que “hay grandes cantidades de evidencia convincente que existen para una tierra antigua—muy antigua—y aun para la evolución, incluyendo a los humanos”.
Yo he expresado con anterioridad que estoy de acuerdo de que la tierra es muy antigua. En otros artículos he mostrado que una tierra vieja y una civilización más joven son completamente compatibles con la interpretación literal de Génesis 1. Pero esta persona sostiene un punto de vista de que una tierra vieja incluye también animales y otros tipos de vida, algunos de los cuales evolucionaron en humanos. Yo no estoy de acuerdo con eso porque la Biblia dice que los animales surgieron en el día sexto, igual que el hombre.
Él prosiguió preguntando, “¿Entonces que es lo más probable, que miles de altamente educados, altamente experimentados, altamente motivados, científicos y pensadores de gran trayectoria están equivocados sobre las incalculables cantidades de información hecha con todo cuidado y revisada a profundidad, o que la interpretación que usted le da a un documento que tiene miles de años de existencia esté un poco incorrecto?”
Luego repitió que él no está discutiendo la exactitud de las escrituras, solamente la interpretación humana de las mismas.
Dejemos a un lado el hecho de que todos esos miles de altamente educados, altamente experimentados, altamente motivados, científicos y pensadores de gran trayectoria sean incrédulos y que no crean que la narración de la Creación de la Biblia tenga una remota posibilidad. Solamente consideraremos a los creyentes dentro de ese grupo científicos, porque ellos son quienes dicen que la Escritura es exacta pero que nuestra interpretación de la misma está equivocada.
De todas las generaciones desde el inicio de la creación hasta la primera parte del Siglo XX, casi todos los creyentes aceptaban la narración del Señor sobre la Creación de Seis Días. Entonces, ¿qué es lo que hemos “malinterpretado” durante todos estos miles de años?
Ya Es Hora
Todos los creyentes concuerdan en que ultimadamente Dios es nuestro Creador. Entonces, el conflicto básico entre los distintos puntos de vista de nuestro origen realmente se reduce al tiempo involucrado. La evolución requiere de millones de años, pero la Biblia dice que la creación se completó en seis días. Ahora, solamente hay una frase en toda la narración de la creación que concierne al tiempo. Entonces, toda la discusión se reduce a una afirmación de que para todas estas generaciones nosotros hemos malinterpretado solamente una frase. Esta única frase, que se repite en seis ocasiones, se lee así. “Y fue la tarde y la mañana el día (1-6)” (Génesis 1: 5, 8, 13, 19, 23, 31). Más aun, dentro de esta frase solamente vemos tres palabras que se relacionan con el tiempo; tarde, mañana y día. Si acaso ha habido alguna mala interpretación, tiene que estar en alguna de estas tres palabras.
A propósito, mejor aclaremos en este punto la exactitud de la Biblia en caso de que ustedes estén pensando que quizá algunas palabras se cambiaron en el camino para producir esa mala interpretación. Según las fuentes rabínicas, la Torah tiene 79.847 palabras, como se les llama a los primeros cinco libros de la Biblia, formadas por 304.805 letras hebreas. Menos de dos docenas de estas letras son las que se discuten, y solamente en cuanto a diferencias ortográficas. Eso significa que la Torah que tenemos es una copia 99,9% exacta de la que Moisés originalmente escribió. Sabemos esto porque cada letra en el alfabeto hebreo tiene un valor numérico, así que cada línea y cada columna del texto da una suma correcta. Al copiar el texto manualmente cada línea fue verificada en su exactitud al sumar sus letras y compararlas con la suma correcta. En caso de alguna diferencia, la página se destruía y el copista empezaba de nuevo. Recuerden, a estas personas se les había confiado con las mismas palabras de Dios y tomaron esa confianza muy en serio.
Tres Pequeñas Palabras
Habiendo dicho lo anterior, veamos esas tres palabras que tienen que ver con el tiempo.
La palabra hebrea para tarde es éreb. Siempre se traduce como caer la tarde, anochecer, nocturno.
La palabra hebrea para mañana es boquer. No hay duda de que significa mañana, día siguiente. Los judíos de habla hebrea se saludan al inicio del día con la frase “Boquer tov” (buenos días).
Y la palabra para día es yom. Como lo hace su contraparte en español, yom puede tener un sentido figurado como uno literal. De sus 2.287 apariciones el las Escrituras, 2008 describen un día literal de 24 horas. En el sentido figurado puede significar un lapso de tiempo más largo, como en la frase “Día del Señor” en Amós 5:18 en donde se refiere a los 3,5 años de duración de la gran tribulación.
Pero el sentido común nos dice que cuando se usa combinado con la tarde y la mañana, como lo es en las seis referencias de Génesis 1, debe de tomarse de manera literal, un único período de 24 horas, porque no existe ninguna aplicación figurada para las palabras hebreas ereb y boquer. Y la Biblia no dice que hubo tardes y mañanas, dice que hubo una tarde (singular) y una mañana (singular). Una de cada una. Y eso quiere decir un día de 24 horas.
También tenemos la primera referencia a la palabra día en Génesis 1:5 la cual demuestra la intención del Señor para el uso de la palabra.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día (Génesis 1:3-5).
Este versículo determina la manera como el tiempo sería reconocido. Primero fue la tarde, el inicio del período de obscuridad que es la noche, y luego fue la mañana, el inicio del período de la luz que es el día. Este ciclo se ha repetido cada 24 horas en toda la historia.
¿Estamos supuestos a creer ahora que durante casi toda la historia humana las palabras tarde, mañana y día no tienen el significado que la gente creyó que tenían?
¿Cómo Es Que Esto Puede Ser?
En un esfuerzo para reconciliar la narración de la creación con la evolución, algunos creyentes quieren darle al Señor más tiempo para hacer Su obra de la creación. Le llaman a los seis días de la creación con un nuevo nombre, “días de creación”, implicando que cada uno es más como una época que como un período de 24 horas. Pero los significados aceptados de las palabras tarde, mañana y día no se acomodan a este ensanchamiento dramático del tiempo. El idioma hebreo tiene otras palabras para ese propósito, de tal manera que estas palabras nunca se usan para describir una época, especialmente cuando aparecen juntas.
Yo también me doy cuenta de que hay muchos creyentes que no creen que la Biblia sea la Palabra de Dios. Ellos dicen que simplemente ésta la contiene. Esto les permite desechar aquellas partes de la Biblia con las que no están de acuerdo. Aun algunos desechan todo el Antiguo Testamento incluyendo la narración de la creación, porque lo consideran como una colección de cuentos populares. Pero en Romanos 15:4 Pablo dijo que todo lo que fue escrito en el pasado se escribió para nuestra enseñanza. En 1 Corintios 10:1-11 él cita una serie de eventos de la historia de Israel cuando el pueblo se rebeló y fue disciplinado. Luego dijo que estas cosas les sucedieron como ejemplo para nosotros a quienes nos ha alcanzado los fines de los siglos. Y en 2 Timoteo 3:16 él dijo que toda la escritura fue inspirada por Dios, o como diríamos, fue escrita bajo inspiración del Espíritu Santo, y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir y para instruir en justicia. En todos estos casos él tenía que estar refiriéndose al Antiguo Testamento ya que el Nuevo Testamento aun no existía. Entonces, ¿quiénes somos nosotros para disputar esto e ignorar sus advertencias? El Antiguo Testamento es la Palabra inspirada de Dios, igual que el Nuevo Testamento, y su intención era la de tener un papel importante en la vida del creyente.
Pero entre las denominaciones liberales en las que crecí hasta las escuelas públicas que atendí, la evolución era la única explicación de nuestros orígenes que siempre escuché hasta que alcancé una edad más adulta. Cierto, Dios era nuestro creador, pero la evolución fue la forma en que Él lo hizo. Ninguna persona que yo conocía pensaba en siquiera dudar de ello. No fue sino hasta que nací de nuevo a la edad de 40 años que escuché la enseñanza sobre la Creación, y luego fue algo que me dediqué a buscar por mí mismo. Estoy seguro que miles de ustedes tuvieron la misma experiencia cuando crecieron.
Aproximadamente en los últimos 100 años, una herejía llamada la hipótesis documental ha infestado la teología liberal. Esta hipótesis afirma que Moisés no escribió la Torah, sino que fue recopilada mucho tiempo después de unos escritos de varios grupos que no estaban relacionados entre sí. Los proponentes de este punto de vista nos piden que ignoremos el hecho de que Moisés es mencionado por su nombre, 85 veces en el Nuevo Testamento, dentro de las cuales hay muchas referencias sobre su autoría de los cinco Libros de la Torah, incluyendo citas directas del mismo Señor. ¿Es que Jesús no estaba al tanto de quiénes eran los verdaderos autores de los pasajes que Él citó? ¿Es que Él estaba simplemente siguiendo la línea de una tradición que sabía que era falsa, o sabía Él que Moisés fue quién los escribió?
Deténgase Y Piense
Como pueden ver, estas razones para negar la creación de seis días no pueden resistir la prueba de la razón. Son simples excusas que la gente utiliza para negar la verdad.
La mayoría de los científicos no dicen, “Nuestra ciencia se basa en suposiciones que son universalmente aceptadas y, sin embargo, nuestros resultados no concuerdan con la narración del Creador de lo que Él hizo. Por lo tanto, nuestras suposiciones deben estar equivocadas”.
En vez de eso, ellos dicen, “Nuestra ciencia se basa en suposiciones que son universalmente aceptadas y, sin embargo, nuestros resultados no concuerdan con la narración del Creador de lo que Él hizo. Por consiguiente, Su narración debe de estar equivocada”.
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? (1 Corintios 2:16).
Yo comprendo porqué es que los incrédulos buscan una alternativa a la narración de la Biblia. Ellos deben de encontrarla para poder justificar su incredulidad. ¿Pero cómo pueden los científicos que son cristianos realmente creer que el hombre puede saber más sobre cómo fuimos creados que Aquel que nos creó, al punto de disputar la exactitud de la narración de la Creación?
Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos (1 Corintios 1:19)
Llegará el momento cuando sabremos todo, tal y como Dios lo sabe. En ese momento no tendremos que aceptar Su palabra para nada. Como dijo Pablo, “pero entonces conoceré como fui conocido” (1 Corintios 13:12). Hasta entonces no creo que tengamos el derecho de seleccionar y escoger qué partes de Su Palabra queremos creer. Ciertamente no tenemos esa perspectiva. “Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?” (Romanos 11:34). Selah 31/10/2009