Jueves, 24 de julio de 2014
Un estudio bíblico por Jack Kelley
“Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:20-21).
¿Qué si usted fuera Dios?
Si usted fuera Dios tratando de enviarle un mensaje a su pueblo, ¿cómo se mostraría usted a ellos? Bien, puesto que todos queremos conocer el futuro por qué no predecírselos, para que cuando suceda como usted lo describió, su mensaje quedaría autenticado. Pues bien, eso es lo que Dios ha hecho, durante miles de años, y con una exactitud del 100%. Se llama la profecía del predictiva. Dentro de sus páginas la Biblia contiene miles de profecías predictivas, la mayoría de las cuales ya se han cumplido. El resto está por cumplirse en un tiempo futuro al nuestro. Esa es la prueba que Dios nos da para verificar que Él es quién Él dice ser y que nadie más lo es. Eso funciona de la siguiente manera:
Una prueba de dos pregunta
“Así dice el Señor Rey de Israel, y su Redentor, El Señor Todopoderoso: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios. ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir.” (Isaías 44:6-7)
Aquí está la prueba. Si usted quiere que las personas lo acepten a usted como su Dios, haga estas dos cosas. Primero, dígales todo lo que ha sucedido en el pasado, y entonces les dice todo lo que sucederá en el futuro, y todo con un 100% de exactitud. Esto es exactamente lo que la Biblia hace para Israel y la Iglesia, y así como el impacto es para los dos, también lo es para el mundo. Ningún otro así llamado Libro Sagrado se autentica a sí mismo como este. Eso fue hecho a través de los escritos de ciertos hombres y mujeres, llamados por Dios para hablarles a las personas de parte de Él y para escribir Sus Palabras, conservándolas no solamente para su tiempo sino para todos los tiempos. Esto explica la declaración inicial de Pedro.
Habrá falsos profetas entre ustedes
De vez en cuando algunos hombres afirmaron falsamente que ellos hablaban en nombre de Dios, a pesar de que Él había instituido unas normas para salvaguardar eso. Una de ellas se encuentra en Deuteronomio18:20-22. “El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que el Señor no ha hablado?; si el profeta hablare en nombre del Señor, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que el Señor no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él.”
Así que si lo que el “profeta” predijo no se hacía realidad, cada vez que lo decía, era un falso profeta. Lo que él había dicho debía ser ignorado y él debía ser ejecutado. (¿En dónde quedarían personas como Edgar Cayce, Jean Dixon, Nostradamus, Joseph Smith, Ellen White y todos los otros así llamados profetas?)
El cumplimiento parcial
Algunas profecías se dieron para un tiempo mucho más allá de la vida del profeta. En ese caso un cumplimiento parcial generalmente tuvo lugar en la vida del profeta para validar el cumplimiento final. Seguidamente un ejemplo.
Jesús dijo, “Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me reciben; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibirán” (Juan 5:43). Un poco tiempo después la gente condenó a Jesús, y un asesino llamado Barrabás fue soltado. Algún día, pronto, el mundo, al haber rechazado a Jesús, recibirá al anticristo. Barrabás fue el cumplimiento parcial inmediato para validar la profecía a largo plazo del anticristo.
Isaías 9:6 es otro ejemplo.
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
El niño nació y el Hijo fue dado, pero Su gobierno está por venir. Se instituirá en el milenio. El nacimiento del niño demuestra que el milenio vendrá.
Otra salvaguarda se encuentra en Hebreos 1:1-2. “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”
Jesús es el Profeta para nuestra era. Cada palabra pronunciada por Él en el nombre de Dios tiene que estar de acuerdo con lo que Dios había dicho antes. También cada palabra pronunciada en el nombre de Dios durante los últimos 2000 años tiene que estar de acuerdo con lo que Jesús ha dicho. Por otra parte o Dios realmente no conoce el fin desde el principio, o Jesús era un falso profeta, o el que habla en Su Nombre lo es.
Si es nuevo que no puede ser verdad
Esta es una regla simple. Si usted oye a alguien decir, “Dios está haciendo algo nuevo,” o está predicando de algún libro diferente a la Biblia, corra en dirección contraria. Pablo dijo, “Pero si aún nosotros, o un ángel del cielo, les anunciare otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:8).
La Biblia contiene miles de profecías que la validan como la Palabra de Dios. Fueron parte del registro público cientos de años antes del hecho. Incluso una comparación casual de la historia mundial con la profecía del Antiguo Testamento llevará a la conclusión innegable que eso es así. En los registros del Nuevo Testamento, solamente sobre la vida de Jesús, hay centenares de profecías cumplidas del Antiguo Testamento. Un simple puñado sería suficiente para derrotar las leyes de la casualidad. Por cualquier normal disponible, la Biblia puede demostrarse que es fiable más allá de cualquier duda razonable.
El Salmo 14 dice, “El necio dice en su corazón, no hay Dios.” Eso se debe porque esa persona no puede sostenerlo en su mente. Negar a Dios no es algo que puede ser hecho racional o lógicamente después de examinar la evidencia. Sólo puede hacerse de manera emocional por una persona que rechaza la evidencia sin primero examinarla. Lo mismo es verdad con Su Palabra.
Mi propósito para escribir esto no es el de enumerar todas estas profecías y documentar su cumplimiento. Más bien yo espero poder convencerle a usted de hacer su propio estudio, porque al hacerlo usted desarrollará una fe inquebrantable, algo que no puede desarrollarse de ninguna otra forma. Pero yo le advierto que un estudio como ese cambiará su vida, y no será necesario investigarlas todas para que eso suceda. A mí sólo me tomó estudiar siete de ellas para convertirme de ser sólo un asistente a la iglesia a un creyente nacido de nuevo y para encenderme una pasión por el estudio de la palabra de Dios que continúa hasta el momento. Selah.