Jueves, 18 de septiembre de 2014
Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
NOTA: Este estudio del año 2012, es un suplemento apropiado para nuestra reciente serie del por qué los judíos rechazan a Jesús como su Mesías.
“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad” (Miqueas 5:2)
Todas las personas que han recibido una tarjeta de Navidad están familiarizadas con Miqueas 5:2. Pero hay algo más que quizás ustedes no saben.
Más allá del conocimiento común de que es una profecía del lugar de nacimiento del Mesías, la manera como Miqueas lo describe es única, por decir lo menos, y contradice el pensamiento judío prevalente en el momento de su nacimiento de que sería un hombre ordinario. La frase “sus salidas (orígenes) son desde el principio, desde los días de la eternidad” es notable en sí misma, pero solamente cuenta una parte de la historia. Una traducción literal del idioma Hebreo muestra que el Señor (gobernante) prometido existió desde antes que empezara el tiempo, y continuará existiendo para siempre. Él no será solamente un descendiente humano del Rey David con un lapso de vida, sino que será un hombre como ningún otro. Un hombre de la eternidad.
Más tarde Juan diría lo siguiente acerca de Jesús. Al llamarlo “La Palabra” (El Verbo) él escribió,
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1).
Para que no hubiese un malentendido de quién es “La Palabra” (El Verbo), Juan continuó,
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14).
Y el mismo Jesús dejó en claro que si el Mesías era solamente un hijo (descendiente) de David ¿por qué David, hablando por el Espíritu Santo, lo llama Señor? Porque David dijo,
“Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies” (Mateo 22:43-44).
En nuestra traducción al idioma Español el significado no está claro, y aun si ustedes buscan el texto griego de Mateo 22:43-44 no pueden encontrarlo tampoco. Pero en el texto hebreo del Salmo 110, del cual Jesús estaba citando, la diferencia era obvia para ellos y es obvia para nosotros también.
“El Señor (YHWH) dijo a mi Señor (adon): Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies” (Salmo 110:1).
Observen que ambas palabras hebreas se traducen Señor. La primera llamada el tetragramaton (cuatro letras) es lo más cercano que los escribas podían legalmente llegar a escribir el nombre de Dios. Estas cuatro letras más tarde llegaron a pronunciarse Jehová y luego Yahvé y se usan solamente para Dios el Padre. La segunda palabra, adon, significa señor o amo y puede referirse a una persona o a Dios.
El punto que el Señor quería recalcar era que si el Mesías solamente era un hijo de David, ¿por qué David le llama Señor? En el contexto humano un padre es superior a un hijo y no le llamaría Señor. La respuesta que nadie se atrevió a dar (Mateo 22:46) era que el Mesías no era solamente el hijo de David, sino que también era el Hijo de Dios.
Rey De Los Judíos
A propósito, aquí tenemos otro punto interesante. Después del nacimiento del Señor, los magos llegaron a Jerusalén y le preguntaron al Rey Herodes sobre el paradero del niño. Herodes aparentemente no había escuchado acerca del nacimiento del Señor. Cuando él les preguntó a algunos de los principales sacerdotes dónde estaba supuesto a nacer, le dijeron que era en Belén, basados en su conocimiento de Miqueas 5:2. Pero ellos también no estaban al tanto de que esta profecía se había cumplido.
Herodes intentó engañar a los magos para que le revelasen el lugar exacto en el que se encontraba el Señor para poder matar al muchacho. Los magos eran unos personajes muy reconocidos en sus días, y se pensaba que eran hacedores de reyes. Herodes de inmediato vio en su llegada un peligro potencial a su posición.
Herodes ni siquiera era judío, pero había sido nombrado al trono debido a sus conexiones con Roma, y ahora unos hacedores de reyes estaban preguntando acerca de quién era el rey de los judíos que había nacido. Alguien como eso podía haber legalmente desafiado su derecho a reinar. En su mente, él resolvió eliminar a este potencial rival tan pronto como fuera posible.
Pero Dios torció sus planes enviando a los magos a su casa por un camino diferente y advirtiéndole a José que escapara a Egipto con María y Jesús hasta que fuera seguro regresar. Furioso por haber sido burlado, Herodes emitió órdenes para matar a todos los niños en Belén menores de dos años (Mateo 2:1-18).
Pero en mi opinión la parte más extraña de la historia es que no existe ningún registro que los principales sacerdotes investigaran eso por ellos mismos. Los judíos habían estado esperando a su Mesías durante 500 años, y sin embargo, el testimonio de estos famosos hacedores de reyes de que Él aparentemente había llegado no entusiasmó lo suficiente su curiosidad como para hacer una investigación. Eso es un ejemplo de la clase de cosas que nos podemos perder cuando ignoramos las claras profecías de la Biblia.
De Vuelta A Miqueas
Veamos ahora los versículos siguientes de Miqueas 5:2 para descubrir algo más.
“Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz; y el resto de sus hermanos se volverá con los hijos de Israel. Y él estará, y apacentará con poder del Señor, con grandeza del nombre del Señor su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra. Y éste será nuestra paz” (Miqueas 5:3-5).
A pesar de que la palabra inicial de Miqueas 5:3 (pero) identifica estos versículos como parte del mismo pensamiento, la mayor parte de la gente nunca los lee. Al tomarlos juntos nos revelan secretos increíbles que van más allá del velo del tiempo.
Miqueas era contemporáneo de Isaías y de Oseas y sirvió como profeta entre los años 750 y 686 a.C. Además de profetizar la caída de Samaria (el Reino del Norte) y de Jerusalén (el Reino del Sur) en el capítulo 1, a Miqueas se le permitió predecir el nacimiento del Mesías en el capítulo 5.
Una lectura franca de Miqueas 5:2-5 indica que debido a Su promesa de enviar un gobernador a Israel, Dios dejaría solo al pueblo judío durante un período de tiempo el cual terminaría cuando Él nacería de la que esté por dar a luz. Su nacimiento volvería a unir al reino dividido y ellos vivirían seguros. Su grandeza se esparciría por todo el mundo, y Él sería su paz.
Este es otro ejemplo, como Daniel 9:24-27 y Malaquías 4:5-6, del cumplimiento de una profecía de composición abierta basada en la respuesta de Israel a la venida del Mesías. Ellos sí experimentaron un tiempo de 400 años de silencio entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. La que estaba por dar a luz dio a luz al gobernador que Dios había prometido y Su grandeza se ha esparcido por todo el mundo.
Pero puesto que aquellos a quienes les fue enviado lo rechazaron (Juan 1:11), el reino no fue reunido, Él no se convirtió en el pastor de Israel, ellos no han vivido seguros, y la paz ha eludido al mundo. En vez de eso, Israel fue total y verdaderamente abandonado, desapareciendo de entre las naciones de la Tierra durante 19 siglos, y mucho de la profecía permanece sin cumplirse. Además de eso, las promesas de esta y otras profecías permanecerían de ahí en adelante ocultas a sus ojos (Lucas 19:41-42).
Vuélvanse a Mí, y me volveré a ustedes
Ezequiel 38-39 nos dice de una batalla que los eruditos concuerdan que todavía no ha sucedido. Según Ezequiel 39:22 Dios usará esa batalla para abrirle los ojos a Israel y desde ese día en adelante, ellos sabrán que Él es el Señor. Esto los traerá de vuelta a su relación de Antiguo Pacto con Él. Pero una vez más serán engañados. Creyendo que es su Mesías muchos de ellos seguirán al anticristo y habrá tiempos terribles para Israel y para el resto del mundo. Jesús le llamó a este tiempo la Gran Tribulación, la cual no tendrá igual desde el principio del mundo ni lo habrá de nuevo (Mateo 24:21).
Pero según Lamentaciones 3:22-23 las misericordias del Señor son nuevas cada mañana, y Él le ha prometido a Israel que cuando lo busquen de todo corazón lo encontrarán (Jeremías 29:13). Hacia el final de la Gran Tribulación vendrá un momento cuando ellos lo buscarán, y como Él prometió, ellos lo encontrarán.
“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Zacarías 12:10).
El Espíritu de Dios, prometido en Ezequiel 39:29, será derramado sobre el pueblo, sus ojos serán abiertos y sus corazones serán ablandados, y finalmente reconocerán a Aquel que ha sido su Mesías todo el tiempo.
Todo es perdonado
En el día de la crucifixión del Señor, Pilato intentó, sin éxito, convencer a la muchedumbre de Su inocencia. Finalmente, frustrado, de manera simbólica se lavó las manos indicando que con eso había terminado su intento.
“Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá ustedes.
Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos” (Mateo 27:24-25).
Y así ha sido durante casi 2000 años. Pero el día en que sus ojos sean abiertos ellos se darán cuenta de la enormidad de su pecado. Entonces lamentarán con tristeza y buscarán Su perdón. ¿Y cuál será la respuesta del Señor?
“Y limpiaré la sangre de los que no había limpiado; y el Señor morará en Sion” (Joel 3:21).
Finalmente, el resto de Miqueas 5:2-5 se cumplirá.
“Y él estará, y apacentará con poder del Señor, con grandeza del nombre del Señor su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra. Y éste será nuestra paz.” Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 01/12/12.