“De cierto les digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:34-35).
Como ustedes probablemente saben, Tim LaHaye y Jerry Jenkins escribieron un libro de no ficción titulado “¿Estamos Viviendo en los Tiempos Finales?” en respuesta a muchas preguntas que recibieron de personas que leyeron su serie “Dejados Atrás.” Su meta era la de dar una percepción dentro de la profecía bíblica que ayudara a los lectores a poder concluir que la respuesta correcta a la pregunta planteada en el título de su libro es un rotundo ¡Sí! Estamos viviendo en los tiempos finales.
Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
Cuando leí ese libro me encontré con un punto que creo merece un vistazo más profundo. Este punto toca el tema del largo de una generación bíblica y es importante debido a la (mala) interpretación popular de Mateo 24:34 citado al inicio. Muchas personas creen que este versículo significa que a la generación que el Señor se está refiriendo es la que nacería cerca del tiempo en que las señales descritas empiezan a aparecer. No hay nada malo en eso, pero luego asumen que todas las señales van a aparecer y que el Señor retornará dentro del lapso de tiempo de una generación
La idea de esta “una generación” tiene un precedente bíblico puesto que todas las profecías importantes que señalan a la primera venida de Cristo se cumplieron dentro de la generación en la que el Señor nació. Entonces, de inmediato todas las personas empiezan a especular sobre el largo de una generación bíblica y es allí en donde empieza el problema. Primero que todo, los términos ‘generación’ y ‘lapso de vida’ no son equivalentes, y Jesús nunca dijo que todas las señales se cumplirían dentro de una generación, sino que dentro del lapso de vida de la generación que naciera cuando esas señales empezaban a mostrarse.
¿Qué es una Generación?
En Génesis 15 el Señor le dijo a Abraham que sus descendientes pasarían 400 años en Egipto como esclavos antes de salir con gran riqueza. Y luego “en la cuarta generación volverán acá (Canaán); porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí” (Génesis 15:13-16).
Este pasaje parece igualar 400 años con 4 generaciones, haciendo que una generación sea de 100 años, pero un estudio cuidadoso revela que ese no es el caso. Los números 400 y 4 se refieren a dos cosas diferentes. Cierto, los israelitas estuvieron en Egipto cerca de 400 años, pero después que salieron, la generación que finalmente cruzó el Jordán con Josué era la cuarta generación que había nacido desde el nacimiento de Moisés.
Esto es lo que sucedió. Como dije, los israelitas sí estuvieron 400 años en Egipto. Cerca del final de ese tiempo el Señor envió a Moisés para que fuera su libertador. El nacimiento de Moisés marcó el comienzo de la primera generación de la liberación. Pero cuando él tenía 40 años de edad mató a un soldado egipcio que estaba maltratando a un esclavo israelita (Hechos 7:23). Cuando eso sucedió, la segunda generación estaba naciendo. Moisés huyó al desierto de Madián donde se escondió por otros 40 años (Hechos 7:30) hasta que todas las personas que sabían del asesinato que había cometido habían muerto (Éxodo 4:19). Cuando el Señor lo envió de vuelta a Egipto él ya tenía 80 años de edad (Éxodo 7:6) y la tercera generación de personas estaba naciendo entonces.
Moisés guio a los israelitas hacia la Tierra Prometida. Pero ellos se rebelaron en contra de Dios y por eso tuvieron que pasar 40 años en el desierto, un año por cada día que los espías habían pasado en la Tierra Prometida cuando fueron a explorarla (Números 14:33-34). Dios dijo que todas las personas mayores de 20 años morirían allí (Números 14:29). Durante su tiempo en el desierto la cuarta generación nació. Y tal y como el Señor había dicho, en la cuarta generación los israelitas entraron en la Tierra Prometida bajo el comando de Josué, quien había sucedido a Moisés como su líder.
Este misterio se desenmaraña más con una simple consulta al diccionario, en donde el lapso de una generación se defina como “el intervalo promedio de tiempo entre el nacimiento de los padres y el nacimiento de su descendencia.” Hoy en día nadie va a esperar llegar a los 40 años para empezar a tener hijos, pero en los tiempos bíblicos ese era generalmente el caso. A los hombres les tomaba más tiempo aprender a comercializar, a construir una casa, y estar financieramente seguros para poder empezar una familia. Y por supuesto, la clave a la definición está en el promedio mundial, por eso es que sabemos que estamos tratando con generalidades aquí.
Entonces, ¿Cuál es el Punto?
Pero todo esto, a pesar de ser interesante es irrelevante porque Mateo 24:34 simplemente dice que la generación que nace cuando el cumplimiento de las señales de los últimos tiempos empiezan aún estará viva cuando el Señor retorne. Acabamos de asumir que eso quería decir que todas las señales se cumplirían dentro de un lapso de unos 40 años. El diccionario también define una generación como un grupo de personas que nacen y mueren cerca del mismo tiempo y esto puede ser la definición más apropiada para usar en esta interpretación de Mateo 24:34.
El versículo no dice que no habrá ninguna generación posterior que nacería, como tampoco dice que todas las señales se cumplirían antes del nacimiento de la siguiente generación, sino que dentro del lapso de tiempo de las personas que nacen cerca de ese tiempo el cumplimiento empieza. Entonces tenemos que buscar la revelación bíblica para tener una idea del tiempo que está comprendido. Y como sucede, hay una referencia al lapso de vida de una persona. El Salmo 90:10 dice que el lapso de nuestros días es de 70 años, y para los más fuertes 80 años. Así que aquí lo tienen ustedes.
¿Cuándo es que Viene Él?
En cualquier cuenta regresiva hacia la Segunda Venida, el año 1948 es visto como el punto de inicio más obvio. (Usted puede leer nuestro estudio del por qué ese es el caso, titulado “Por Qué el Renacimiento de Israel es una Señal del Fin,” 19 de junio de 2010). Pero no cometa el error que tantas personas han cometido de añadirle 40 años a 1948 cuando de hecho un número mejor, basado en la evidencia bíblica, es 70 a 80 años. Eso situaría la Segunda Venida en algún momento entre el año 2018 y el 2028, y el Rapto en no menos de 7 años antes, dentro de nuestros lapsos de vida. Tenga en mente que el rapto y la segunda venida solamente están relacionados en cuanto a que uno precede al otro. El Rapto de la Iglesia es un evento secreto que literalmente puede suceder en cualquier momento, mientras que aún hay varios eventos importantes que deben ocurrir antes de la Segunda Venida.
Es una noción provocativa ver que ya sea desde el punto de vista bíblico o el secular, la estimación más popular para el fin de la era es en algún momento dentro del primer cuatrienio del nuevo siglo. Pero lo impactante en el pasaje de Mateo del inicio es el versículo 35: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). Este es un fuerte compromiso que no se encuentra en ningún otro lugar de las Escrituras. El Señor va a retornar como lo prometió, y pronto. Aún el Cielo y la Tierra, dos cosas que pensamos que son absolutamente permanentes, no lo son tanto como lo es Su promesa. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías.
Título Original: The Terminal Generation
Traducido por Walter Reiche B.
Publicado el viernes 23 de agosto de 2013 a las 5:00 pm en “Publicaciones Populares del Pasado”.