La mejor razón para estudiar la profecía

Miércoles, 18 de mayo de 2016

Un estudio Bíblico por Jack Kelley

“Que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero” (Isaías 46:10).

Hay una pregunta que generalmente me hacen y que es muy buena. Si nosotros creemos que el Rapto nos saca de aquí antes de que sucedan los eventos del final de los tiempos, entonces, ¿por qué necesitamos estudiar la profecía?

Existen varias buenas respuestas a esa pregunta. Una de las más claras la encontramos en el Discurso del Monte de los Olivos, específicamente en Mateo 24:15-16. “Por tanto, cuando ustedes vean en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes”. A pesar de que el Señor aquí le estaba hablando principalmente a Israel, Él estaba guiando a todas aquellas personas que leen el Evangelio según Mateo, a comprender Daniel 9:24-27, que es una profecía dada a Israel, y ciertamente es la clave para entender todas las profecías de los últimos tiempos.

Otra buena razón es que las cartas de Pablo a los Tesalonicenses están repletas de profecías de los últimos tiempos. En ambas cartas, cada capítulo contiene una referencia a la Segunda Venida, a razón de un promedio de una vez por cada 13 versículos. Y está bien claro que Pablo les enseñó a ellos, y a nosotros también, a esperar el Rapto antes de que sea revelado el anticristo. Si la Biblia es en realidad la Palabra inspirada de Dios, ¿por qué Él habría hecho que Pablo describiera eventos en la tierra después del Rapto si el Señor no creía que los íbamos a necesitar?

Y luego tenemos el Libro de Apocalipsis. Juan muestra que el Rapto sucede en el capítulo 4, pero luego prosigue con otros 15 capítulos, la mayoría de los cuales describen las condiciones que van a imperar en la tierra, antes de volver a presentar a la Iglesia en Apocalipsis 19. Es la misma pregunta. ¿Por qué describir eventos en la tierra después del Rapto si el Señor no creía que fuese necesario que los conociéramos?

Algunas personas dicen que eso es así para que los que se quedaron atrás después del Rapto puedan leer el Libro de Apocalipsis y las cartas a los Tesalonicenses para saber qué es lo que está sucediendo y así ayudarlos a perseverar durante los tiempos del fin. Esto puede ser así hasta la mitad de Apocalipsis, pero este libro escrito por Juan comienza y termina con la Iglesia a la vista, y las cartas a los Tesalonicenses fueron específicamente escritas para la Iglesia. Por algún motivo, debemos saber cómo es que los eventos del fin de los tiempos se desarrollan.

Y aquí está la mejor respuesta

Y eso me lleva a la que considero que es la mayor razón de todas. Para ello nos trasladamos a Isaías 44:6-8.

“Así dice el SEÑOR Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios. ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir. No teman, ni se amedrenten; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego ustedes son mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.”

Aquí tenemos una prueba doble para alguien que es Dios. Primero: Con toda exactitud recuerda todos los eventos del pasado. Segundo: Con toda exactitud predice cada evento del futuro. De todos los escritos llamados sagrados, solamente la Biblia contiene un reto como ese. Otros “dioses” requieren que usted los acepte así por así, sin ofrecer ninguna evidencia de su existencia, ni ninguna prueba de su confiabilidad. Pero nuestro Dios dice, “Yo les demostraré que soy real y que ustedes pueden confiar en Mí”. Él nos dice nuestro pasado (algunas veces de una manera tan personal como lo hizo Jesús con la mujer del pozo en Juan 4:17-18) y nos da un detalle sobre el futuro que solamente alguien que lo ha visto puede hacerlo. “Que anuncio lo por venir desde el principio”, proclama, “y desde la antigüedad lo que aún no era hecho” (Isaías 46:10). Esta es la forma como Él ha escogido autenticarse a Sí mismo a nosotros, porque Él es el Único que puede hacerlo y estar en lo cierto todo el tiempo.

Esto es así para que nunca nos encontremos en la posición de tener celo sin conocimiento (ciencia) (Proverbios 19:2), creyendo apasionadamente pero incapaces de defender nuestra posición. Cuando compartimos el Evangelio con alguna persona, y ellos responden con “eso es algo en lo que usted cree,” es bueno poder justificar nuestras creencias con un resumen del registro de 4000 años que tiene Dios de decir la verdad (el Antiguo Testamento) y explicar que alguien que ha sido tan exacto sobre el pasado ciertamente también lo será en el futuro (el Nuevo Testamento).

Una experiencia personal

Cuando yo era niño en el Estado de Nueva York, EE.UU., casi todas las familias asistían a la iglesia los domingos, y ciertamente la nuestra no era la excepción. Nosotros pertenecíamos a una de las denominaciones principales en nuestra ciudad. Con unas pocas fallas aquí y allá, este hábito me siguió en la vida adulta y, a pesar de que he vivido en diferentes lugares durante mi vida, la mayoría de los domingos en la mañana ustedes me podían encontrar en la iglesia local de esa denominación. Pero entonces me llegaron dos trozos de información, casi al mismo tiempo, sin estar relacionadas entre sí, las cuales captaron mi atención.

La primera fue de un hombre que era uno de los oradores públicos que ejercían una gran influencia en ese momento y durante mucho tiempo un estudioso del comportamiento humano. Nos reunimos una noche pare cenar y me preguntó, ¿Sabías tú que si solamente le dedicaras una hora al día al estudio de un tema de tu interés, en un lapso de cinco años te convertirías en un experto mundial sobre el mismo? Quedé asombrado ante la posibilidad de que uno pudiera convertirse en un experto mundial en solamente cinco años sin importar cuántas horas al día eran necesarias.

El otro trozo de información me llegó por medio de tres casetes grabados por un amigo que me los envió. Era una serie sobre la profecía bíblica, una compilación de estudios hechos durante varios años por varios eruditos. Su propósito era mostrar que a través de los 4.000 años del Antiguo Testamento, Dios ha mantenido un record perfecto al predecir el futuro de Israel. No importa las normas que usted aplique, los análisis estadísticos, las reglas de la evidencia, la ciencia forense, o alguna otra cosa, el hecho es que todo eso no pudo haber sucedido por casualidad. Solamente pudo haber sido hecho por alguien que puede ver el final desde el principio, lo cual es una habilidad única de Dios.

Decidí aplicar esa acción paso por paso desde el primer trozo de información hasta el tema del segundo trozo. Durante los siguientes años me pasé varias horas todos los días aprendiendo todo lo que podía sobre la profecía bíblica. Además de estudiar la Biblia, leí todos los puntos de vista de cada uno de los eruditos más respetables antes de formar mi propia opinión de que el punto de vista pre-tribulacional, pre-milenial y dispensacional es el más consistente con la estricta interpretación literal, histórica y gramatical de las Escrituras.

Y si lo que usted cree no resulta en una acción…

A pesar de que pasé más de una hora al día y me llevó mucho más de cinco años hacerlo, no quiero decir con eso que soy un experto en la profecía. Pero conforme más estudiaba, la lógica de la afirmación de Dios en Isaías 44:6-8 se volvió indiscutible. La historia de Israel está repleta de eventos que primero fueron predichos y luego ejecutados con una exactitud libre de errores. Y cuando se trata del Mesías, más de 300 profecías específicas, expresadas en el lapso de varios miles de años, se cumplieron con todos sus detalles en una sola generación, en la que Él vivió.

Así que después de sentarme durante 40 años en la iglesia los domingos, finalmente abrí mi Biblia y así fue como nací de nuevo. También me convencí de que a través del estudio de la profecía Dios puede demostrarse a Sí mismo ante cualquier persona que sea razonable, sin la menor duda. Entonces fue que empecé a enseñar lo que había aprendido.

No hubo ningún acto emotivo para mí, ninguna lágrima brotó cuando me dirigí ciegamente al altar mientras el coro entonaba la canción “Tal Como Soy,” sino fue una firme certeza de que Dios es Quien dice ser, y la Biblia tiene que ser Su Palabra inequívoca. Yo le llamé a eso un apuro de lógica, pero la certeza que yo sentí me llevó humildemente a los pies de la cruz, igual a como lo hubiera logrado una confesión con lágrimas y, sin embargo, eso me dio una fortaleza duradera la cual con frecuencia está ausente en la mayoría de las conversiones emocionales. Yo ya sabía qué es lo que creía y se lo podía explicar con toda claridad a cualquier persona que quisiera escuchar.

Como generalmente les sucede a las personas que toman en serio el estudio de la profecía, llegué a la conclusión de que si el 25-30% de la Biblia es profecía y puede ser confiable, entonces el resto también puede ser confiable, así que empecé a estudiar esa parte también. Al mismo tiempo descubrí que Dios nos hizo un montón de promesas, como Sus promesas de velar por nosotros a través de los tiempos difíciles que vemos aproximarse, y llevarnos para estar con Él antes de que juzgue al mundo. Estas promesas tienen ahora un mayor significado porque están respaldadas por Su registro ya demostrado en la profecía.

Si usted no está del todo seguro como yo lo estoy, de Quién es Dios, entonces intente estudiar la profecía. Le apuesto que eso lo va a impulsar a actuar como lo hizo conmigo, especialmente si usted se da cuenta del poco tiempo que nos queda.

Y a pesar de que usted está seguro y segura de que conoce quien es Dios, usted aún tiene una gran razón para estudiar la profecía. Pero eso no es solo para que usted quede mejor informado o informada de lo que se avecina. Es para que usted sienta la urgencia de contarles a sus amigos sobre la profecía mientras todavía hay tiempo. Porque si ustedes escuchan con cuidado, ya casi se oyen los pasos del Mesías. 01/08/09