La promesa de las cosas venideras

Miércoles 12 de enero de 2022

Un estudio bíblico por Jack Kelley

Ahora bien, tener fe es estar seguro de lo que se espera; es estar convencido de lo que no se ve. Gracias a ella, nuestros antepasados fueron reconocidos y aprobados (Hebreos 11:1-2 RVC).

En el artículo anterior “La Verdadera Identidad de Jesús de Nazaret”, se confirmó fuera de cualquier duda posible, la verdadera identidad de Jesús de Nazaret. Aun tomando las estimaciones más conservadoras, se llegó a la conclusión de que existe una posibilidad entre 9 X 1045 de que Jesús o cualquier otra persona pudiera haber cumplido todas las siete profecías mesiánicas que se escogieron en ese artículo. Y recuerden, Jesús cumplió además, más de otras 300 profecías que ni siquiera se contemplaron. Una posibilidad entre 9 X 1045 excede el límite de las probabilidades de la estadística por un gran margen, así que en realidad no existe ningún motivo para dudar que Jesús es Quien Él afirma ser, el Mesías de Israel y el Salvador y Redentor de la Iglesia. También debemos de recordar que a pesar de que solamente consideramos unas pocas profecías mesiánicas, hay muchas más cosas que Dios ha prometido y luego ha cumplido, y Él también tiene un record perfecto de todas estas otras cosas.

Entonces, puesto que Dios ha cumplido la profecía con un cien por ciento de exactitud, ¿no es lógico asumir que siempre lo hará? Después de todo, Hebreos 13:8 dice que Él es el mismo ayer, hoy y siempre. Así que repasemos unas pocas de las 500 profecías relacionadas a nuestro tiempo para ver eso. Tomaremos algunas que ya se han cumplido para demostrar que Él aun está haciendo eso y luego algunas que todavía no se han cumplido para poder sentir lo que se viene.

El re-nacimiento de Israel

Empezando con Moisés, varios de los profetas del Antiguo Testamento escribieron que Israel sería desarraigado de su tierra debido a su desobediencia. Eso ha sucedido dos veces. La primera ocasión fue en el año 586 a.C. que dio como resultado el cautiverio de 70 años en Babilonia. La segunda sucedió después de la crucifixión del Señor y es la que Isaías profetizó en el año 750 a.C. (El Señor hizo que Amós prometiera que después del segundo reencuentro nunca más volverían a ser dispersados, Amós 9:15).

Profecía: Asimismo sucederá en aquel tiempo, que el SEÑOR alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. Y levantará estandarte a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra (Isaías 11:11-12).

Cumplimiento: Luego de más de 50 años de un creciente deseo de reencontrarse en su antigua tierra, a los judíos finalmente se les otorgó la autorización formal para convertirse en nación otra vez en mayo de 1948. Desde el norte, el sur, el este y el oeste, han estado llegando en cantidades crecientes a través de todo el Siglo XX. Cuando los campos de concentración fueron liberados al final de la Segunda Guerra Mundial un influjo masivo de refugiados judíos de Europa aumentó ese número en millones. El cumplimiento de la profecía empezó entonces y continúa a este día. Muchas personas creen que el reloj de Dios se detuvo en el año 70 d.C. cuando Judea fue vencida por los romanos, el Templo fue destruido y el pueblo fue dispersado. Pero ahora pareciera que con Su pueblo de vuelta en la tierra, se ha montado el escenario para el cumplimiento progresivo de otras profecías de los últimos tiempos también.

Jerusalén vuelve a ser una ciudad judía

En el primer reencuentro después del cautiverio babilónico, los israelitas recibieron permiso para restablecerse en sus tierras y reconstruir su Templo, pero no se les había otorgado el permiso para reconstruir los muros alrededor de la Ciudad de Jerusalén. Esto demostró ser un gran inconveniente puesto que en aquellos días el muro de una ciudad era lo único que la protegía en contra de un ataque enemigo. El trabajo de la reconstrucción del Templo se paralizó debido a la interferencia continua de vecinos hostiles. Más tarde, cuando a Nehemías se le otorgó la autoridad para reconstruir los muros de la ciudad, la obra de restauración de la nación progresó con mayor rapidez y el Segundo Templo fue finalmente terminado.

En el segundo reencuentro, los vecinos árabes de Israel atacaron a la novata nación tan pronto como las NN.UU. la habían reconocido. Las tropas jordanas que atacaron del este capturaron la Ciudad Antigua y los precintos del Templo, y durante 19 años, la ciudad estuvo dividida.

(Algunos eruditos ven estos 19 años como un paralelo a los 19 años entre la fecha del primer ataque de Nabucodonosor a Israel en el año 605 a.C. y su tercero y final ataque en el año 586. El resultado del primer sitio generalmente se refiere como la Servidumbre de las Naciones puesto que la soberanía judía terminó en ese entonces, y al tercero se le llama las Desolaciones de Jerusalén puesto que en ese momento fue que la ciudad fue quemada hasta sus cimientos e Israel dejó de existir. Las profecías de Ezequiel 4:4-6, pueden usarse para unir el año 605 a.C. hasta 1948, con el año 586 a.C. hasta 1967. Se necesita un poco de matemáticas, pero funciona.)

Profecía: Pero cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, sepan que su destrucción ha llegado. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en la ciudad, salgan de allí. Los que estén en los campos, no entren en la ciudad. Porque esos días serán de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Pero ¡ay de las que en esos días estén embarazadas, o amamantando! Porque vendrá sobre la tierra una gran calamidad, y sobre este pueblo vendrá la ira. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumplan los tiempos que a ellos les esperan (Lucas 21:20-24).

Cumplimiento: Esta es una profecía que acompaña la de Lucas 19:41-44 que repasamos en el artículo mencionado al principio. Entonces Jesús había dicho que los romanos rodearían la ciudad y la destruirían. Aquí Él les advirtió que cuando eso sucediera, Jerusalén se transformaría en una ciudad gentil hasta que los tiempos de los gentiles terminaran. Ciertamente cuando el emperador Adriano sofocó la rebelión de Bar Kochba en el año 135 d.C. derrotando de una vez por todas a los judíos, declaró ilegal que un judío entrara en Jerusalén. Como se mencionó antes, en la Guerra de Independencia de 1948, Jordania capturó la Antigua Ciudad y el Monte del Templo, y Jerusalén se convirtió en una ciudad dividida. No fue sino hasta Junio de 1967, al final de la Guerra de los Seis Días, que las tropas israelitas irrumpieron en Jerusalén y recapturaron la Ciudad Antigua, incluyendo el Monte del Templo. La Estrella de David ondeó sobre la ciudad unificada por primera vez desde que la nación había sido dispersada por los romanos. Los tiempos de los gentiles habían terminado, lo cual es una indicación más que el Tempo del Fin había comenzado.

Todas las profecías del fin de los tiempos se cumplen dentro de una generación.

Todas las profecías de la Primera Venida de Jesús se cumplieron dentro de la generación de todas aquellas personas que nacieron cerca de la primera Navidad. Empezaron con el nacimiento de Juan el Bautista, quien solamente era seis meses mayor que Jesús, y terminó con la destrucción del Templo y de la Santa Ciudad. En el pasaje siguiente, el Señor explica que las profecías de Su Segunda Venida serán cumplidas de la misma manera.

Profecía: De la higuera deben aprender esta parábola: Cuando sus ramas se ponen tiernas, y le brotan las hojas, ustedes saben que el verano ya está cerca. De la misma manera, cuando ustedes vean todas estas cosas, sepan que la hora ya está cerca, y que está a la puerta. De cierto les digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Mateo 24:32-35).

Cumplimiento: La higuera es la última planta que brota después de haber invernado. No le brotan ni ramas ni hojas sino hasta que el clima cálido se establece, haciendo eso una señal confiable que el verano realmente está cerca. De la misma forma es con las profecías de los últimos días. Cuando su cumplimiento comience, significa que el fin llegará pronto. De hecho, en el siguiente párrafo, el Señor explicó que algunas personas de la generación que nacía cuando las primeras señales se cumplían, aun estaría viva al final.

Puesto que esta frase está llena de controversia, veámosla de nuevo, pero con más cuidado. Queremos estar absolutamente seguros que dice lo que creemos que dice. La controversia se centra en la palabra traducida “generación” en el versículo 34. La palabra griega es geneá, que puede significar generación o persona (raza). De esta palabra procede generación y genealogía.

Existen tres interpretaciones principales sobre este pasaje.

1.- Los tiempos del fin sucederán durante la vida de la generación a la que Jesús le estaba hablando. Algunas personas creen que la gran tribulación y la Segunda Venida sucedieron para el año 70 d.C., y que el milenio empezó en el cielo entonces. A estas personas se les llama preteristas las cuales creen que ya no hay más profecías de los tiempos finales que deban cumplirse.

2.- La palabra griega geneá debe de ser traducida raza y debe de ser aplicada al pueblo judío. Este es el punto de vista de los llamados idealistas y de hecho los judíos han prevalecido a pesar de todos los esfuerzos para erradicarlos. ¿Pero el punto de vista idealista acomoda todas las profecías de los últimos tiempos? Tristemente, no. Los idealistas no creen en el cumplimiento literal de la profecía.

3.- La generación que nace cuando la primera señal de los tiempos finales se está cumpliendo, vivirá para verlas cumplirse todas. Este es el punto de vista más lógico y es el que sostienen todas aquellas personas que toman la Biblia de manera literal. Es fácil demostrar que el Señor aún no ha regresado de la manera indicada por las Escrituras, y después de 6.000 años de un cumplimiento literal de la profecía, ¿por qué va el Señor de un momento a otro cambiar a un método alegórico de cumplimiento, especialmente cuando de lo que se trata es de cumplir con las promesas hechas a Su pueblo?

El gran error hecho aquí por muchas personas que siguen un método literal de interpretación, es el de asumir que la palabra generación describe un lapso de tiempo y también a un grupo de personas nacidas durante un período de tiempo en particular. Al cometer este error, han sido guiadas a predecir que todas las señales de los tiempos del fin serán cumplidas dentro de ese lapso de tiempo de una sola generación, nominalmente 40 años. Al conectar esta suposición al renacimiento de Israel, predijeron el retorno del Señor para el año 1988, y, por supuesto, se equivocaron.

Lo que el Señor dijo fue que la generación que estuviera viva cuando comenzara el cumplimiento de las señales de los últimos tiempos, es la que no pasaría hasta que todo eso se cumpliera. El lapso de vida bíblico es de 70 años, según el Salmo 90:10. También existe la duda si el renacimiento de Israel en 1948 dio inicio a la cuenta regresiva, o si debería haber comenzado en el año 1967 con la recuperación de Jerusalén. Después de todo, la profecía de Daniel 9:24-27 relacionada a la primera venida del Señor, fue programada a la reconstrucción de Jerusalén, y no al primer reencuentro de la nación.

Nuestra mejor estimación, por lo menos en este momento, es esperar que todas las profecías de los últimos tiempos se cumplan tan pronto como en el año 2018 (70 años desde 1948) y no más tarde del año 2037 (70 años desde 1967). Entonces, la pregunta es, ¿qué debe de suceder desde ahora hasta entonces?

Y bien, existen más de 500 profecías relacionadas con la Segunda Venida de Jesús que aún no se han cumplido. Tomaremos algunas de las principales de estas para colocarlas en la secuencia adecuada para que siempre podamos saber qué esperar en el futuro.

Podemos decir que la próxima señal a cumplirse será la desaparición de la Iglesia como lo predice 1 Tesalonicenses 4:15-18. Esto puede suceder en cualquier momento ya que no hay nada que deba de suceder antes.

Pisándole los talones está la batalla predicha en Ezequiel 38-39, la cual dará como resultado que se produzcan dos eventos críticos. Uno, el Señor va a utilizar esa batalla para restablecer Su pacto con Israel, y dos, el anticristo va a subir con un plan para restablecer la paz en el Medio Oriente. Una provisión central de su plan permitirá la reconstrucción del Templo Judío, como lo requiere el renovado pacto con el Señor. Daniel 9:24-27 indica que la duración del plan del anticristo será de siete años, y que a la mitad del mismo, se meterá en el nuevo templo para cometer la abominación que causa que el Templo sea desolado. (En 2 Tesalonicenses 2:4, Pablo escribió que esa abominación es que el anticristo se proclama a sí mismo como Dios.)

En Mateo 24:21, Jesús dijo que la proclamación del anticristo es la que lanza la gran tribulación, un período de juicio de tres años y medio de duración (Daniel 9:27). Durante ese tiempo, la tierra será conmovida y bombardeada a tal punto que hará que el tsunami de diciembre de 2004 parezca un juego de niños y la mitad de la población mundial que ha quedado perecerá.

Pero algunas personas van a sobrevivir para ver al Señor retornar en toda Su gloria, y todas aquellas que son creyentes en ese momento, serán introducidas en el Reino (Mateo 25:34). Todas ellas habrán vivido el tiempo más horrible y peligroso que cualquier otra generación anterior, al haber visto las profecías de los tiempos finales cumplirse ente sus propios ojos.

Después de juzgar a los sobrevivientes de las naciones, el Señor, ahora Rey de toda la Tierra, dará comienzo a un reinado de mil años de paz (Apocalipsis 20:4). La tierra habrá sido restaurada a la manera que fue creada, un jardín paradisíaco con un clima sub tropical, y Su pueblo Israel una vez más será su nación preeminente (Isaías 2:3).

Mientras tanto, los creyentes de la era de la Iglesia morarán con Él en la cercana Nueva Jerusalén, un lugar al cual solamente podrán entrar aquellas personas que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero (Apocalipsis 21).

Durante esos mil años Satanás habrá sido atado y encarcelado, y no estará ya más en libertad para engañar y afligir al pueblo de Dios (Apocalipsis 20:1-2). Pero el final de estos mil años, será soltado y de inmediato reclutará un gran ejército con el cual va a atacar a Dios. Por supuesto, Dios lo derrota y lo lanzará al lago de fuego, el lugar del tormento eterno, junto con todas aquellas personas que se le unieron (Apocalipsis 20:10). En ese momento, los condenados que han muerto serán resucitados para ser juzgados antes de ser lanzados al lago de fuego para unirse el diablo, al anticristo y al falso profeta (Apocalipsis 20:11-15).

Después de eso, todas aquellas personas que han creído en el Señor serán llamados por Su nombre para entrar a una eternidad rebosante de bendiciones en la presencia del Señor.

Este es solamente un resumen de eventos, enumerados en la secuencia que podemos sacar de la Biblia, para darnos un vistazo de cómo es que el fin va a desenvolverse. Si usted es una persona creyente hoy día, podrá observar todo esto desde su propio lugar en la Nueva Jerusalén, segura y a salva. Si no, entonces usted podrá predecir lo cercano que estará el retorno del Señor al estar observando estas señales cuando están sucediendo en la tierra. Mejor manténgase con la cabeza baja, porque solamente tendrá un 50% de probabilidades de sobrevivir hasta el final. Le recomendamos con toda vehemencia que haga las paces con el Señor ahora, mientras usted todavía tiene una oportunidad de ser protegido con el resto de nosotros. Porque si escucha con cuidado, ya casi se oyen los pasos del Mesías. 04 de febrero de 2005.