Los 144.000 de Apocalipsis 7 y 14

Miércoles, 24 de junio de 2015

Un Estudio Bíblico por Jack Kelley

En Apocalipsis 7:3-8 se presenta a un grupo de 144.000 como los siervos de nuestro Dios. Se les pone el Sello del Dios Viviente en sus frentes para protegerlos de los juicios venideros sobre el planeta Tierra en contra de la tierra, el mar, y los árboles.

Les dijo: No dañen a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que a los siervos de nuestro Dios les hayamos puesto un sello en la frente. Pude oír que el número de los que fueron sellados era de ciento cuarenta y cuatro mil, tomados de entre todas las tribus de los hijos de Israel.

De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados. De la tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil sellados. De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados. De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil sellados.”

Este grupo está claramente identificado como que es de entre la población judía, con 12.000 de cada una de las 12 tribus mencionadas. No hay otra forma de poder leer este pasaje sino de manera literal. Hay mucho contenido de naturaleza específica aquí como para sugerir que es una representación simbólica (Apocalipsis 7:3-8).

¿Cuántas tribus son, de todos modos?

Originalmente eran 12 pero después de la reunión en Egipto Jacob adoptó a los dos hijos de José y dividió esa tribu entre los dos. Así que contando a Efraín y a Manasés, los hijos de José, realmente hay 14 nombres de dónde escoger. Si usted prefiere el número original de 12, elija a José. Si usted quiere dejar por fuera a Levi porque usted va a la guerra y Leví estaba exento, divida a José en dos y llámele a uno Efraín y al otro Manasés. En Apocalipsis 7 el Señor quiso evitar la mención de Dan y de Efraín para poder incluir a Leví y dividir a José con Manasés.

¿Por qué Dan y Efraín?

En 1 Reyes 12:12-33 la ciudad de Dan se identifica como el lugar en donde estaba uno de los dos becerros de oro que fueron levantados para ser adorados. El otro estaba en Betel en la región de Efraín. Betel realmente se convirtió en el centro de la adoración religiosa para el Reino del Norte antes de que el templo fuera construido en Samaria. Bet-El significa casa de Dios. Eso sí, todo esto se llevó a cabo cerca de 300 años después que escaparon de Egipto. En la ceremonia de dedicación, los sacerdotes paganos actualmente citaron las palabras que Aarón pronunció durante la introducción original del becerro de oro en el monte Sinaí, diciendo “Estos son tus dioses, Israel, que te sacaron de Egipto.” Increíble. Una o dos veces el Señor usó el nombre de Efraín para referirse a todo el Reino del Norte.

La colocación de los becerros de oro en estas dos ciudades marcó el comienzo de la adoración a los ídolos en Israel. Esa fue la razón por la que todos los fieles de todas las tribus se trasladaron al sur (2 Crónicas 11:16) y la subsecuente destrucción del Reino del Norte por los asirios.

2 Reyes 10:29 explica que esos becerros aún estaban siendo adorados en Dan 100 años más tarde. Quizás por eso es que la tribu de Dan no se menciona del todo y Efraín solamente se incluye por inferencia. (José y Manasés están incluidos en la lista, y por supuesto que si usted le resta Manasés a José, lo que queda es Efraín.)

Cuando el sentido llano tiene sentido, no le busque otro sentido

Por eso es que tiene sentido ver a los 144.000 de Apocalipsis 7 tal y como se les describe… judíos mesiánicos llamados por el Señor para atestiguarle al mundo después que la Iglesia se ha ido. Ellos son el cumplimiento de los tiempos finales de la profecía en Isaías 43:10, siendo testigos del Señor a las naciones paganas de la Tierra.

¿Quiénes son estas personas?

Miré, y vi que el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él había ciento cuarenta y cuatro mil personas, las cuales tenían inscritos en la frente el nombre de él y el de su Padre. Entonces oí una voz que venía del cielo, semejante al estruendo de un poderoso caudal de agua, y al sonido de un fuerte trueno. La voz que oí parecía ser la de arpistas que tocaban sus arpas. Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie más podía aprender el cántico sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido redimidos de la tierra. Estos son los que jamás tuvieron contacto con mujeres, pues son vírgenes y son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Fueron redimidos de entre toda la gente como los primeros frutos para Dios y para el Cordero. No se halló en sus labios mentira alguna, pues son irreprochables” (Apocalipsis 14:1-5).

El grupo identificado en Apocalipsis 14:1-5 es substancialmente diferente. Este grupo está sobre el Monte de Sion en el Cielo (Hebreos 12:22-24) y tienen el nombre del Padre y del Hijo escritos en sus frentes. Se les describe como que han sido redimidos de la tierra y están ante el Trono de Dios cantando un cántico nuevo, un cántico que solamente ellos pueden cantar. (Observe que los 24 ancianos y los 4 seres vivientes se encuentran allí también. Ellos solamente aparecen rodeando el Trono en el Cielo.) Son puros y sin mancha, que es una frase usada únicamente en referencia de la Iglesia (Efesios 5:25-27). Han sido comprados de entre los hombres (Apocalipsis 5:9), y son ofrecidos como primicias a Dios y al Cordero. La frase “no se contaminaron con mujeres” significa que son vírgenes, lo cual es otra referencia a la Iglesia (2 Corintios 11:2). Estos 144.000 se encontró que son totalmente sin mancha, lo cual es más evidencia de que son los redimidos en el Cielo. Ningún ser humano en la Tierra es sin mancha.

Una bella descripción

Hebreos 12:22-24 provee una bella descripción de este grupo. “Sino que ustedes se han acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”

La similitud es inconfundible. Por su localización (el cielo) y su estado espiritual (puros y sin mancha), son un recordatorio de un grupo que se vio primeramente en Apocalipsis 5 y es descrito como Reyes y Sacerdotes. Solamente un grupo se ajusta a esa descripción… la Iglesia. En este caso el número 144.000 es simbólico, un múltiplo de 12, el número de la perfección de gobierno. Ellos son una muestra de los redimidos, llevados al Cielo en el Rapto de Apocalipsis 4, y presentados como las primicias de la cosecha.

Como ustedes pueden ver, los dos grupos no son el mismo. En uno el número es específico, en el otro es simbólico. Un grupo es exclusivo de las tribus de Israel, el otro es simplemente “de la Tierra”. Un grupo todavía está en su estado natural en la tierra, el otro ha sido redimido de la tierra y se encuentra en el cielo. En resumen, los dos grupos tienen una similitud, pero numerosas diferencias, lo cual hace imposible que ambos sean el mismo grupo. 02/03/2003.