Nadie sabe el día y la hora

Miércoles, 5 de noviembre de 2014

Un estudio bíblico por Jack Kelley

Hay dos frases que son populares y que la gente usa en relación a los tiempos del fin para desalentar la especulación de cuándo puede suceder el Rapto. Una es “como ladrón en la noche”, y la otra es “nadie sabe el día y la hora.” Pero, ¿es eso lo que realmente esas frases significan?

Permítanme decir desde el principio que yo no creo que haya alguna persona sobre la Tierra que pueda, por adelantado, conocer el día o la hora del Rapto, porque no creo que suceda en un día específico y a una hora específica. Yo creo que sucederá cuando un número específico de cristianos vueltos a nacer sea alcanzado, y yo baso esa conclusión en mi conocimiento de Romanos 11:25.

Hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan presuntuosos. Parte de Israel se ha endurecido, y así permanecerá hasta que haya entrado la totalidad de los gentiles” (NVI).

Este versículo contiene dos palabras griegas que son críticas para su correcto entendimiento. La primera se traduce “la totalidad” (el número completo). Este es un término náutico que describe una cantidad determinada de tripulantes que son necesarios para poder operar un barco. Hasta que el capitán del barco completa la cantidad de tripulantes, es que puede zarpar. Algunas veces solamente les faltaba una o dos personas al momento de zarpar, por eso es que algunos capitanes de navíos secuestraban en la noche en los bares a borrachos desprevenidos para poder zarpar. Cuando tenían el número necesario zarpaban de inmediato.

Y la segunda frase “haya entrado” también es un término náutico que describía la llegada del barco a su destino. Hemos escuchado a algunas personas decir cuán mejor sería la vida “cuando mi barco llegue a puerto.”

Al utilizar estos términos, Pablo estaba diciendo que el endurecimiento del corazón de Israel no sería totalmente removido hasta que la Iglesia lograra un número predeterminado y haya llegado a su destino final, el cual el Señor llamo “la casa de Mi Padre” (Juan 14:2-3). Esa era una referencia al Rapto. No hay nada arbitrario de parte de Dios en esto. Él ya ha determinado el número y se llevará a la Iglesia a su destino tan pronto ese número se alcance. Pero todo lo que puedo decir es que nadie en la Tierra conoce cuál es ese número total, ni tampoco el número actual. Todo lo que sabemos es que seremos raptados cuando el número total de gentiles se haya alcanzado y eso literalmente puede suceder en cualquier momento. Entonces desapareceremos, la ceguera de Israel será removida y la Semana Setenta dará inicio.

Y ahora vayamos al tema central. ¿Qué es lo que estas dos frases significan y porqué están dirigidas a desalentar la especulación sobre el momento del Rapto?

Como ladrón en la noche

Esta frase aparece cuatro veces en el Nuevo Testamento. Veamos cada una de ellas para ver qué es lo que nos dicen.

Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones ustedes, no tienen necesidad, hermanos, de que yo les escriba. Porque ustedes saben perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Pero ustedes, hermanos, no están en tinieblas, para que aquel día los sorprenda como ladrón” (1 Tesalonicenses 5:1-4).

Esta es la única vez que Pablo utiliza esa frase. Es claro que él estaba hablando sobre los juicios de los tiempos del fin los cuales traerán completa destrucción sobre un mundo confiado. Así como ese momento llegará sorpresivamente sobre las personas incrédulas, los eventos que llevan a ese momento no deben de sorprendernos a nosotros. Pablo no hace mención del Rapto aquí.

Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pedro 3:10).

Esta es la única vez que Pedro utiliza esa frase, y de nuevo, la referencia es a los juicios del tiempo del fin, no al Rapto.

Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apocalipsis 3:3)

Juan utilizó esa frase dos veces, ambas citando al Señor. En Apocalipsis 3:3 Él estaba criticando a la Iglesia en Sardis, la cual en mi opinión representa a las denominaciones protestantes principales hoy día. El Señor les estaba recordando que se habían apartado de Su Palabra y que mejor despertaran y regresaran a la misma. De otra manera ellos no sabrán cuándo Él vendría a ellos. Observen la frase “vendré sobre ti” en Apocalipsis 3:3. En el Rapto Él viene por nosotros, no sobre nosotros, y nos encontraremos con Él en el aire. Las personas de las que Él está hablando en Apocalipsis 3:3 no se irán en el Rapto, y si no despiertan, aun la Segunda Venida las va a tomar por sorpresa. (En el versículo 4 vemos que no todos en Sardis estaban dormidos. Hay unos pocos entre ellos que estarán listos para el Rapto y caminarán con Él en vestiduras blancas.)

He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza” (Apocalipsis 16:15).

En Apocalipsis 16:15 el mundo está bien adentrado en la gran tribulación, así que la advertencia del Señor es para los creyentes de la tribulación los cuales serán los responsables por mantenerse salvos durante el tiempo más terrible y peligroso que el mundo jamás haya conocido. Cuando se utiliza de manera simbólica, como lo es aquí, las vestiduras siempre representan la justificación, y los creyentes de la tribulación son los que serán responsables por mantener sus vestiduras.

Nadie sabe el día y la hora

Ahora veamos esa otra frase popular, “Nadie sabe el día y la hora”.

Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Pero como era en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:36-37).

Retrocedamos un par de versículos para asegurarnos de tener el contexto correcto aquí. Después que termina la gran tribulación (Mateo 24:29) habrá varias señales en los cielos. El sol y la luna se oscurecerán y las estrellas caerán del cielo. Entonces la señal del Hijo del Hombre aparecerá y se lamentarán todas las naciones. Después de eso lo verán a Él viniendo en las nubes con poder y gran gloria (Mateo 24:30). Tanto del contexto como del mismo pasaje queda claro que el día y la hora a los que el Señor se estaba refiriendo en (Mateo 24:36-37) son los de Su Segunda Venida.

Unos versículos después, el Señor repitió el mismo pensamiento, de nuevo dentro del contexto de la 2da Venida.

Por tanto, estén atentos, porque no saben a qué hora va a venir su Señor. Pero sepan esto, que si el dueño de la casa supiera a qué hora va a venir el ladrón, se quedaría despierto y no dejaría que robaran su casa. Por tanto, también ustedes estén preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que menos lo esperen.” (Mateo 24:42-44 RVC).

El Señor no viene a romper el dominio de Satanás en el rapto. Él nos saca del mismo. Y en otros versículos más adelante,

Vendrá el señor de aquel siervo en el día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 24:50-51).

No hay manera de que esto se refiera al Rapto porque las cosas que Él describió no les sucederán a los incrédulos en el Rapto. Él está hablando de los juicios que siguen a la Segunda Venida.

Luego, por cuarta vez en 28 versículos, el Señor dijo que las personas incrédulas en la Tierra al momento de la 2da Venida no sabrán el día ni la hora de Su retorno.

Velen, pues, porque ustedes no saben el día ni la hora” (Mateo 25:13).

Este versículo está dentro del contexto de la parábola de las diez vírgenes.

En otros estudios anteriores he demostrado que esta parábola no puede referirse a la Iglesia. La Iglesia es la Esposa, no la dama de honor, solamente hay una esposa, no 10, y el banquete sigue a la boda, no es antes que esta. No hay forma para que una novia recién casada pueda ser excluida del banquete de su propia boda por un esposo que afirma no conocerla. La parábola es sobre las personas sobrevivientes de la tribulación, cinco de las cuales son salvas y entran al Reino y cinco no lo son y no entran al Reino.

¿Cuál Es El Punto?

Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2 Timoteo 4:8).

Yo he escudriñado todas las Escrituras en vano tratando de encontrar si alguna de estas dos frases se utiliza en relación al Rapto. Pero en ningún lugar he podido encontrar ningún versículo que lo haga. Como lo he demostrado, todos señalan a la Segunda Venida y todos están dirigidos hacia los sobrevivientes de la tribulación, no a la Iglesia.

Por el contrario, sí encontré que el Señor recriminó a los líderes religiosos de Su tiempo por no estarlo esperando. Él criticó a los fariseos por no saber leer las señales de los tiempos (Mateo 16:2-4). A nosotros también se nos advierte estar alertas. Por ejemplo, el Señor nos ordenó que entendamos la profecía de las Setenta Semanas de Daniel (Mateo 24:15). Pablo nos advirtió de no permitir que los eventos que llevan al Día del Señor nos tomen por sorpresa (1 Tesalonicenses 5:4), y como lo vimos anteriormente él prometió que el Señor recompensará con una corona a todas las personas que aman Su venida. Y ¿por qué debemos amar Su venida? Después de todo, el Rapto de la Iglesia es una de las cosas más emocionantes que nuestro Creador jamás haya hecho para Sus seguidores. No es por nada que le llamemos nuestra esperanza bienaventurada. Por consiguiente, animémonos unos a otros con estas palabras. Selah 05/09/09.