Pablo Fue Pretribulacionista

Miércoles, 21 de enero de 2015

Un Comentario Bíblico por Jack Kelley

Este artículo no tiene la intención de ser un estudio completo sobre 2 Tesalonicenses 2. En vez de ello, yo quiero demostrar que Pablo tuvo que haberles enseñado a los tesalonicenses que el rapto de la Iglesia sería antes de los juicios de los tiempos del fin. Piense en esto como un complemento a su estudio de 1 y 2 Tesalonicenses, así como también una refutación bíblica a la afirmación de que el rapto antes de la tribulación es relativamente una idea nueva.

En la mayoría de los registros Pablo permaneció el Tesalónica durante casi tres semanas, tiempo que aprovechó para fundar una Iglesia y enseñarles las doctrinas de la salvación y la santificación, la Trinidad, la naturaleza del hombre, la seguridad del perdón, y el Día del Señor. Después que partió, él continuó enseñándoles por medio de su primera carta, escrita en Corinto en el año 51 d.C., en la que introdujo la doctrina del Rapto (1 Tesalonicenses 4:16-17). Un corto tiempo después de haber recibido esa carta, ellos recibieron otra carta que parecía provenir de él, que anunciaba que el Día del Señor ya había llegado. Los tesalonicenses reaccionaron con temor y confusión e inmediatamente buscaron una aclaración.

Ahora bien, hermanos, en cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, les pedimos que no pierdan la cabeza ni se alarmen por ciertas profecías, ni por mensajes orales o escritos supuestamente nuestros, que digan: «¡Ya llegó el día del Señor!» No se dejen engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza (2 Tesalonicenses 2:1-3).

De la respuesta de Pablo queda claro que esa carta había sido una falsificación, enviada por alguien que pretendía ser él y diseñada para atemorizarlos. Y funcionó. Las palabras griegas para perder la cabeza y alarmar literalmente significan agitar, incitar, y atemorizar. Algo en esa carta había contradicho lo que Pablo les había enseñado en su primera carta, y estaban disgustados. Al leer 2 Tesalonicenses 2:1-3 podemos ver que esa falsificación debió haber puesto en tela de duda las enseñanzas de Pablo sobre los eventos que llevan al Día del Señor. Esa es la única explicación lógica para escribir su segunda carta a los tesalonicenses.

Observen que desde el inicio Pablo separa la venida del Señor de nuestra reunión con Él. Eso es porque son dos eventos diferentes. No podemos decir el tiempo relativo de esto, pero sí podemos decir que no son el mismo evento. La Segunda Venida es cuando Él desciende a la Tierra para permanecer con Su pueblo aquí, mientras que por 1 Tesalonicenses 4:16-17 sabemos que el rapto nos tiene subiendo para encontrarnos con Él en el aire y de allí continuar al cielo para estar con Él allí (Juan 14:2-3). La Segunda Venida será presenciada por todos (Mateo 24:30), pero el rapto es una desaparición instantánea de las personas creyentes (1 Corintios 15:51-52) que sucede sin previo aviso.

Todo Lo Que Se Escribió En El Pasado Se Escribió Para Enseñarnos

Esta cita de Romanos 15:4 nos dice que Pablo no solamente les estaba escribiendo a los creyentes de Tesalónica, sino que Él también nos estaba escribiendo a nosotros. Piense en ello. El Día del Señor es un término que siempre se refiere a los tiempos finales y con más frecuencia a la Gran Tribulación. Si Pablo les hubiese enseñado a esperar un Rapto para después de la tribulación, ¿se habrían ellos agitado y atemorizado después de haber recibido una carta falsa? ¡No! Lo más seguro es que les hubiera hecho pensar que la Segunda Venida estaba a unos años por suceder y muchos de ellos estarían vivos para verla.

La única justificación para su temor y confusión habría sido si Pablo les hubiese enseñado un Rapto pretribulacional, o sea, antes de la tribulación. En este último caso una carta diciéndoles que el Día del Señor había llegado habría significado que habían perdido el Rapto, y eso quería decir que no eran salvos. Ahora podemos ver porqué estaban agitados, furiosos y temerosos. Imagínese cómo se sentiría usted en una situación como esa.

De 2 Tesalonicenses 2:1-3 podemos empezar a construir la enseñanza de Pablo sobre la cronología de los eventos que llevan al Día del Señor. Recuerden, existe una abundante prueba por sus otras cartas que muestra que Pablo enseñó la doctrina de la seguridad eterna, conocida como una vez salvos siempre salvos. Algunas de las referencias más obvias son Romanos 8:38-39, 2 Corintios 1:21-22, 2 Corintios 5:5, Efesios 1:13-14, y Efesios 4:30. En todas ellas Pablo enseñó que los verdaderos creyentes no pueden caer de su fe por ningún motivo. Él dijo que el Señor ha garantizado nuestra herencia y ha sellado el Espíritu Santo en nosotros como un depósito de garantía.

Pero Pablo habló de una rebelión (caída, apostasía) en 2 Tesalonicenses 2:3 que precedería el Día del Señor. La palabra griega traducida rebelión es apostasía. Significa que las personas van a abandonar algo de lo que ellas mismas antes se consideraban ser parte y el contexto implica que eso es la Iglesia. Usted no puede caer de algo a menos que primeramente piense que es parte de ello. Pero los verdaderos creyentes no pueden caer del todo. Por lo tanto, esta rebelión o apostasía tiene que abarcar a las personas que se creían a sí mismas como parte de la iglesia, pero que no eran realmente salvas.

No se confundan ustedes sobre eso. Nosotros vemos creyentes de nombre-nada-más que se apartan de las iglesias tradicionales para unirse a la Iglesia Emergente que nos está rodeando por todas partes; pero la rebelión es tanto una actitud como una acción y estas personas creen que no están siendo rebeldes a Dios. Se ven ellas mismas como que pertenecen a la Iglesia. De hecho, piensan que son la mejor parte de la misma. Lejos de ser rebeldes, se llaman a sí mismas seguidoras de Cristo, no solamente creyentes en Él, y hacedoras de la palabra, no solamente oidoras. No asisten a las iglesias el domingo para escuchar los mismos y aburridos mensajes sobre el pecado y la salvación ni encaminándose hacia el frente para nacer de nuevo. No. Ellas están allá fuera, en el mundo, creyendo que lo están cambiando para Cristo.

Estos seguidores del llamado evangelio social no se dan cuenta que no es lo que uno hace para el Señor lo que cuenta, sino creer en que Él ya lo hizo por nosotros. La única obra que el Señor requiere de nosotros es que creamos en Aquel que Él envió (Juan 6:19). Esto significa creer que Dios escogió enviar a Su Hijo a la Tierra para morir por nuestros pecados para que así podamos escoger vivir con Él en la eternidad (Juan 3:16). Las obras justas de miles de vidas nunca serán suficientes para reemplazar esa creencia.

Cuando todas estas personas creyentes de nombre-nada-más descubran que hemos desaparecido y que fueron dejadas atrás, entonces es cuando se rebelarán en contra de Dios para unirse al lado contrario. Ya para cuando el anticristo hace su declaración de divinidad, todo el mundo le seguirá (Apocalipsis 13:8) y ellas estarán situadas exactamente en primera fila.

Los Tiempos Del Fin Según Pablo

El cual se opone y se enfrenta a todo lo que se llama Dios o es objeto de culto. Llega al grado de sentarse en el templo de Dios y de ocupar su lugar, haciéndose pasar por Dios.” (2 Tesalonicenses 2:4)

Después del Rapto y la caída (apostasía) de los creyentes de nombre-nada-más en su falsa religión mundial, el anticristo será revelado por lo que realmente es al proclamarse ser Dios. Recuerden, la secuencia que Pablo dio fue primero la apostasía, y luego la aparición del hombre de pecado.

Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, sólo que en este momento hay quien lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Entonces se manifestará ese malvado, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida” (2 Tesalonicenses 2:7-8)

Pablo confirmó esta secuencia, al decir que al presente hay quien lo detiene. Después que esa influencia sea quitada del camino el anticristo será revelado. Quien lo detiene es el Espíritu Santo, sellado en la Iglesia. Después del Rapto, el Espíritu Santo será quitado de en medio, la rebelión se llevará a cabo, y el anticristo será revelado. Todas estas cosas no pueden suceder sino hasta que la Iglesia se haya ido.

La llegada de este malvado, que es obra de Satanás, vendrá acompañada de gran poder y de señales y prodigios engañosos, y con toda falsedad e iniquidad para los que se pierden, por no haber querido recibir el amor de la verdad para ser salvados. Por eso Dios les envía un poder engañoso, para que crean a la mentira, a fin de que sean condenados todos los que, lejos de creer a la verdad, se deleitaron en la injusticia” (2 Tesalonicenses 2:9-12)

Lo más probable es que para ese entonces el anticristo ya se haya dado a conocer como un gran estadista y líder, pero al declararse a sí mismo ser Dios, él estará reclamando el Planeta Tierra. Esta declaración disparará la Gran Tribulación (Mateo 14:15-21) la cual estará acompañada por toda clase de milagros, señales y prodigios falsos que engañarán a todas aquellas personas que han caído al creer que finalmente han encontrado la verdad. Pero en la realidad estas personas habrán rechazado la verdad y abrazado una mentira. Al final de la Gran Tribulación el Señor retornará para derrocar al anticristo y destruirlo con el resplandor de Su venida y todas aquellas personas que han creído la mentira perecerán también.

En sus cartas a los Tesalonicenses Pablo no reveló el momento exacto del Rapto excepto en cuanto a que se relaciona con otros eventos. Puede ser una de las cosas que a él se le prohibió hablar (2 Corintios 12:4). Todo lo que sabemos es que, por motivos propios el Señor nunca nos ha dado una fecha específica para el Rapto. Pero al estudiar cuidadosamente los pasajes que lo describen y manteniendo el concepto de que la Biblia no se contradice a sí misma, el creyente astuto puede obedecer el mandamiento de “conocer los tiempos y las ocasiones” y armar con alguna seguridad la secuencia correcta de los eventos. Pablo criticó a los Tesalonicenses por no poder darse cuenta de esto en ese entonces (2 Tesalonicenses 2:5) y aún criticará más fuertemente a la iglesia hoy en día por la misma razón. Selah. 05/11/11