Viernes, 27 de septiembre de 2013
Un Estudio Bíblico por Jack Kelly
Las cartas de Pablo a Timoteo son instrucciones de un mentor a un joven pastor, uno de los primeros, y contienen consejos sobre lo que se debe hacer y cómo hacerlo, lo mismo que lo que no se debe hacer. Es la clase de cosas que uno espera que se de en una relación personal.
Pero sin una razón aparente, Pablo incluyó varias advertencias sobre los tiempos finales en algunos lugares de sus instrucciones. Estas son cosas que Pablo sabía que Timoteo no tenía que tratar con ellas porque él las describió claramente como características de los Postreros Tiempos. Las tomaremos una a la vez.
1 Timoteo 4:1-2
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos abandonarán la fe escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que tienen cauterizada la conciencia”.
Cuando leo estos versículos siempre pienso en ciertos tele-evangelistas que se adhieren a la perversión del evangelio de la prosperidad. Ellos saben que están enseñando una recopilación de verdades a medias y de mentiras descaradas, por lo que en realidad están torciendo la palabra de Dios para robarle a sus seguidores. Y sin la menor vergüenza disfrutan del estilo de vida de los ricos y famosos a expensas de sus contribuyentes los cuales, según algunos informes, pertenecen principalmente al 25% de la escala económica inferior.
Aprovechándose de la falta de conocimiento de sus seguidores y del deseo equivocado por una vida más abundante, estos depredadores endorsan un esquema tras otro sobre sus desesperados rebaños, para que se hagan ricos rápidamente, estafándolos de los pocos dólares que tienen, y quedando peor en el negocio. Y lo hacen en el nombre de Dios. Eso lo hace a uno pensar qué les dirá Él al momento del juicio.
Pero los predicadores de la prosperidad no son los únicos dentro de esta categoría. Hay otros que enseñan cosas que saben que son contrarias a lo que la Biblia dice. Algunas de estas cosas están bajo el título de la salvación condicional, la gracia más las obras, el rapto parcial, y otras falsas enseñanzas que le pueden robar a usted el gozo de la salvación y también robarle su certeza. El objetivo de estas personas es la de encerrarle a usted dentro de un marco de reglas que ni ellos pueden cumplir. Lea Colosenses 2:8-23 para que usted se dé cuenta de la opinión de Pablo sobre esos legalistas en este tiempo moderno.
Luego están aquellas personas que tratan las profecías de nuestros tiempos como que ya se han cumplido en la historia, o como si estas nunca se van a cumplir porque todas son alegóricas. Estos predicadores también saben que lo que están diciendo no se puede conciliar con las Escrituras, pero le dicen a usted que lo crea de todas maneras, confiando en su intelecto superior o su educación avanzada, en lugar del sentido común que usted tiene. Toman pasajes que pueden ser claramente entendidos como los que son escritos por alguna persona con un intelecto promedio y los convierten en algo totalmente confuso al violar las reglas del contexto, redefiniendo términos, y haciendo lo que es real en algo simbólico.
2 Timoteo 3:1-5
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita”.
Así como usted se convence que Pablo está describiendo el mundo incrédulo de nuestros días y usted está vigorosamente asintiendo con su cabeza, él dice que estas personas tienen una forma de piedad pero que niegan el poder de ella. Entonces usted se da cuenta que él estaba escribiendo sobre esos creyentes que lo son de nombre nada más, que pasan 6 ½ días cada semana viviendo vidas que no los distinguen de los incrédulos, tomando todo lo que pueden de este mundo material por los medios que sean necesarios, mientras que contribuyen muy poco o nada a la obra del Reino. Estas personas son las que llevan dos vidas, la que toman en serio, y la que les sirva para exhibirse. Adivinen cuál es cuál.
Pablo no estaba ciego al comportamiento de estas personas, como tampoco este fue el único momento en el que nos advirtió de apartarnos de ellas. Escuchen lo que les dijo a los corintios.
“Les he escrito por carta, que no se junten con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso les sería necesario a ustedes salir del mundo. Más bien les escribí que no se junten con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun coman” (1 Corintios 5:9-11).
Observen que él dijo, “con ninguno que llamándose hermano” en lugar de “ninguno que es un hermano”. Yo creo que él dudaba que alguien que se comportaba de esa manera podría ser salvo en primer lugar.
2 Timoteo 4:3-4
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propios deseos, y apartarán el oído de la verdad y se volverán a las fábulas”.
Aquí en enfoque está sobre el movimiento de la iglesia emergente y todas sus variaciones. En las escuelas de negocios los estudiantes aprenden a desarrollar estrategias basadas en una fuerza impulsora. Una de esas fuerzas es el mercado. Una estrategia dirigida al mercado requiere que la iniciativa del negocio se enfoque en lo que ellos perciben que es el deseo y las necesidades de sus clientes meta para adaptarlos a que satisfagan esas necesidades de la manera más efectiva.
Al predecir correctamente la creciente necesidad para una organización religiosa, ellos pueden satisfacer las necesidades de una generación auto-centrada y auto suficiente, y así los líderes del movimiento de la iglesia emergente desarrollaron ese tipo de estrategia. Quitaron la atención en Dios y la pusieron en la congregación. El entretenimiento reemplazó la adoración, la filosofía reemplazó la teología y las buenas obras reemplazaron la vida victoriosa.
Prestándole una frase a la Teología del Dominio, empezaron a llamarle “traer el Cielo a la Tierra” para que sonara más atractivo a su mercado idealista meta. Sus seguidores no se dan cuenta que para los creyentes, estas obras serán quemadas en el fuego (1 Corintios 3:14-15), y para los incrédulos serán lamentablemente insuficientes para entrar en el reino (Juan 3:3). Dios tiene Su propia estrategia para traer el Cielo a la Tierra y no incluye la iglesia emergente. Comentando sobre sus obras en su carta a Laodicea, Jesús dijo, “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3:15-16). Se emocionan por la gran diversión, las charlas estimulantes, y las buenas obras, pero no acerca del Señor.
Sin tomar eso en cuenta, tanto las sillas como las arcas pronto se llenan, lo cual les demuestra que su estrategia de mercado funciona, y para muchas personas la iglesia emergente es el lugar para estar. Esto es especialmente cierto para las personas que se han aburrido de la iglesia tradicional y quieren un lugar en donde puedan sentirse a gusto y que no les den mensajes sobre el pecado y la salvación para condenarlas. El Evangelio no se extraña en su ausencia.
Además, “Todos nuestros intentos para definir la forma correcta del Evangelio no son más que interpretaciones humanas”, afirman los líderes de ese movimiento. “Debemos evitar la confianza ingenua o excesiva al contar cualquier historia del Evangelio, puesto que ninguna articulación del Evangelio hoy día puede presumir ser exactamente idéntica al significado original que Cristo y los apóstoles proclamaron”. En un sentido, lo que dicen estas personas es que puesto que es imposible saber lo que realmente es la narración del Evangelio, no debemos ponerle mucha fe.
Conociendo sobre los Tiempos Finales que rápidamente se acercan y la necesidad de estar listos para eso, es un tema que también ha sido omitido. En su lugar, el estudio “excesivo” de la profecía recibe el nombre de distracción del verdadero trabajo de la Iglesia. Estas cosas fueron hechas por diseño, puesto que la meta es que los incrédulos conformen por lo menos la mitad de la congregación. De esa manera el mercado es mucho más grande y los incrédulos ayudan a alejar a los creyentes de los absolutos teológicos, como la necesidad de nacer de nuevo y la importancia de la profecía.
En el siguiente versículo Jesús ofreció una crítica adicional. “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” (Apocalipsis 3:17). Su carta a la Iglesia de Laodicea no contiene ningún elogio por sus obras y no ofrece ningún escape de los juicios de los tiempos finales, sino solamente un ruego para que vuelvan a su medio (Apocalipsis 3:20).
Pero Esperen, Aun Hay Más
Más de catorce años antes en su segunda carta a los tesalonicenses, ya Pablo nos había advertido sobre la apostasía de los últimos días, llamándola una de las señales que marcarían el final de la era. En 2 Tesalonicenses 2:1 Pablo empezó a dirigir sus preguntas hacia dos eventos, la (segunda) venida de nuestro Señor, y nuestra reunión con Él (el Rapto). Él estaba dándole respuesta a una información que ellos habían recibido diciendo que el día del Señor ya había pasado. Pablo les dijo de no preocuparse porque varias cosas debían suceder antes.
Pablo no tocó temas como el reencuentro de Israel, el inicio de la Semana Setenta de Daniel, o la reconstrucción del Templo. Israel aún no había sido dispersado y el Segundo Templo aún estaba en pie. Él se concentró en eventos que son de naturaleza más gentiles.
Una lectura cuidadosa de 2 Tesalonicenses 2:3-8 nos muestra el orden de las cosas de cómo sucederán. Pablo dijo que primero sucederá la apostasía (versículo 3), luego el Rapto de la Iglesia cuando el Espíritu Santo es removido de en medio (versículo 7), y finalmente la revelación del anticristo y la Segunda Venida (versículo 8). (Ustedes deben leer este pasaje con mucho cuidado para no confundirse por la mención que Pablo hace del anticristo en los versículos 3 y 4. Pero el versículo 8 claramente coloca la revelación oficial del anticristo después de que el Espíritu Santo es removido.) Aun una observación casual nos muestra que estamos bien adentrados en el tiempo de la primera señal.
¿Cuál debería ser nuestra reacción a esto? Lo primero es recordar que en la Palabra de Dios se nos dice que esto sucederá, así que no hay caso de lamentarnos del hecho de que eso esté sucediendo. En lugar de ello debemos animarnos al saber que el final de la era está muy cerca. Jesús dijo que la verdadera Iglesia será cada vez más débil y con menos influencia conforme el final se acerca (Apocalipsis 3:8). Mientras el mundo se aparta cada vez más de Dios, aquellos de nosotros que le seguimos lógicamente nos sentiremos menos cómodos y menos bienvenidos aquí.
Si usted vive en los Estados Unidos, deje de estar confundiendo su país con su iglesia. Ningún creyente fuera de los EE.UU. comete ese error, y el hecho es que la Iglesia no tiene ni hogar ni lugar en la Tierra. Nuestra ciudadanía está en el Cielo (Filipenses 3:20) y buscamos una ciudad cuyo arquitecto y constructor es Dios (Hebreos 11:10).
No importa en qué lugar del mundo vivimos, debemos recordar que somos extranjeros aquí y que nuestra visita está por terminar. Pronto nos iremos a casa que es donde pertenecemos.
Mientras tanto debemos dejar de depender de la religión organizada para satisfacer nuestras necesidades. En algunos lugares la Iglesia ha sido obligada a esconderse. En otros estamos a la vista. Pero de todas maneras el abismo entre religión y la Iglesia es cada vez más grande.
Si ustedes no pueden encontrar una iglesia que adore a Dios y que enseñe la Biblia, no se conforme con lo que encuentre. Reúna un pequeño grupo de creyentes similares a usted y adore en su casa. Pablo y Timoteo no tenían ninguna gran burocracia detrás de ellos. No tenían edificios que valían millones de dólares ni programas diseñados profesionalmente. Ni siquiera tenían el Nuevo Testamento consigo. Y sin embargo, pudieron encontrar la forma de adorar a Dios y de ayudar a otras personas a hacerlo.
Deje de estar apoyando grupos que están tratando de traer el Cielo a la Tierra y empiece a enviar sus tesoros al Cielo. Yo podría contarle anécdotas todo un día de cómo Dios puede utilizar a un puñado de gente en la que Él confía. Pídale al Señor que identifique una necesidad que usted pueda realizar en Su nombre y luego trabaje en Su poder para llevarla a cabo. Aparte de Él no hay nada que usted haga que tenga algún valor en el Reino (Juan 15:5).
Sumérjase en la profecía. Es el tópico individual más grande en la Biblia y además está escrito sobre nuestra vida y nuestros tiempos presentes más que de cualquier otro período en la historia. Sepa en lo que usted cree y porqué lo cree.
Haga estas cosas y así podrá hacer del tiempo que le queda, el más gratificante y agradable que jamás haya pensado tener. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 26-03-11.