Miércoles, 10 de junio de 2015
Un Comentario Bíblico por Jack Kelley
“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la transgresión, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.
“Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.” (Daniel 9:24-25)
Los dispensacionalistas creen, con muy buena razón, que queda una semana por cumplirse de la promesa que el Ángel Gabriel pronunció a Daniel cerca del final del cautiverio en Babilonia. Nosotros conocemos esta profecía como las Setenta Semanas de Daniel. Cada semana en la profecía representa un período de siete años. 69 de esas semanas (7 más 62) ya sucedieron cuando el Mesías se presentó a Sí mismo a Israel como su Rey en el único día de Su vida en que lo hizo. En nuestro calendario, ese día se conoce como el Domingo de Ramos.
En esta profecía 69 semanas corresponden a 483 años (69×7). Este es el tiempo exacto que transcurrió desde que Artajerjes Longimano emitió el decreto que le permitió a Nehemías empezar a reconstruir Jerusalén (Nehemías 2:1-10). (La ciudad había sido destruida cuando el ejército de Nabucodonosor conquistó Judá y se llevó cautivo al pueblo a Babilonia.) La profecía de Daniel se estaba cumpliendo al detalle, y el fracaso de Israel en darse cuenta de ello marcó el principio de su fin (Lucas 19:41-44).
“Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones” (Daniel 9:26).
La palabra hebrea para El Ungido es Mesías. Cuatro días después que Él se les presentó, ellos lo ejecutaron, le quitaron la vida. Nada de lo que el ángel Gabriel le prometió a María (Lucas 1:32-33) se había cumplido. Tres días después de eso Él resucitó de entre los muertos, cumpliéndose así una señal que Él mismo les había prometido a los líderes religiosos para demostrar Su autenticidad, la señal del profeta Jonás (Mateo 12:39-40). Él les dio 40 días adicionales para que reconocieran el cumplimiento más dramático de una señal profética en la historia de la humanidad, para que lo aceptaran como su Mesías, y cuando no lo hicieron Él ascendió al cielo, cumpliendo así otra profecía en el proceso.
“Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán” (Oseas 5:15).
Cerca de 38 años después los ejércitos romanos destruyeran la ciudad y el santuario, y para todo propósito práctico, la nación de Israel dejó de existir. Pero unos pocos años antes que eso sucediera, el liderazgo judío del movimiento cristiano llamado la Iglesia se había dividido acerca de otro asunto de si los gentiles que llegaban al cristianismo debían primero estar bajo la Ley. En otras palabras, ¿debía una persona gentil ser primero judía antes de ser cristiana? La pregunta no mencionada que los acechaba era aún más problemática para ellos, y era, “Si no, ¿qué será de Israel”? A ellos se les había enseñado que el único camino a Dios era por medio de Israel. ¿Es que eso se estaba cambiando?
El Concilio de Jerusalén
Todos se reunieron en Jerusalén, en donde Jacobo, el medio hermano del Señor y cabeza de la Iglesia en Jerusalén aclaró todo. Israel está siendo temporalmente puesta a un lado, les dijo, mientras el Señor toma de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre. Después de eso restaurará a Israel para permitirle al remanente de la humanidad una oportunidad más para buscarlo a Él (Hechos 15:13-18). Por consiguiente, los gentiles no están obligados a convertirse al judaísmo en el proceso de ser cristianos.
La palabra griega traducida “tomar” en Hechos 15:14 significa ser alejado del propósito de uno mismo y la frase “tomar de ellos” significa remover de un lugar y tiempo específicos. Antes de restaurar a Israel a la comunión con Él, el Señor tomará un pueblo para Sí fuera del tiempo y lugar de entre los gentiles. Jacobo estaba describiendo el Rapto de la Iglesia y diciendo que eso sería antes de la Semana Setenta de Daniel.
Pablo, quien se encontraba en esa reunión, confirmó eso al decir que Israel ha sido cegado en parte hasta que se completase el número de los gentiles. Después de eso Israel será salvo (Romanos 11:25). Este es otro testimonio de que el Rapto de la Iglesia va a preceder la restauración y redención de Israel. De estas dos profecías es que entendemos que el rechazo del Mesías por Israel no terminó con el Antiguo Pacto. Simplemente interrumpió los 490 años de duración de después del exilio, en siete años de su tiempo señalado. Después de que la Iglesia se haya ido esos siete años restantes deben de completarse.
“Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador” (Daniel 9:27).
Los últimos siete años empezarán con la firma de un pacto por el “príncipe que ha de venir” mencionado en Daniel 9:26. Gabriel dijo que este líder saldrá del pueblo que destruiría la ciudad y el santuario después de la ejecución del Mesías. A la mitad de esos siete años este príncipe le pondrá fin a los sacrificios y a las ofrendas al colocar la abominación desoladora la cual lanza los 3-1/2 años de la Gran Tribulación (Mateo 24:15-21).
Uniendo todo lo anterior ustedes empezarán a ver por qué yo creo que el Rapto de la Iglesia será antes del comienzo de la Semana Setenta de Daniel que hace falta que se cumpla. De acuerdo a estas profecías la Iglesia tiene que haberse ido antes de que Israel regrese a su relación de pacto con el Señor.
Y eso no es todo
Pero el propósito principal que tengo para repasar todo esto con ustedes es poder encontrar la respuesta a una pregunta muy importante, que es la siguiente. ¿Qué evento va a hacer que Israel de un momento a otro, siendo un país predominantemente secular, restablezca oficialmente su relación de Antiguo Pacto con Dios? El estudio de la naturaleza humana nos dice que mientras que las personas típicamente se apartan gradualmente de sus creencias, no vuelven a ellas de la misma manera. Usualmente, algún evento o cambio externo, generalmente de tipo catastrófico en su naturaleza, tiene que suceder para que las personas se vuelvan rápidamente. Y así será para Israel.
Y recuerden, debe de ser un retorno al Antiguo Pacto porque se encuentran a siete años de completar el tiempo que Dios les ha prometido, Y los siete años finales incluyen los sacrificios y las ofrendas, un requisito de la adoración del Antiguo Pacto. Si es el Rapto de la Iglesia lo que llama su atención entonces estarán motivados para entrar en una relación de Nuevo Pacto en vez de retornar al Antiguo Pacto. Algo más debe de suceder para traerlos de vuelta. Y sucederá.
Un evento inesperado que amenazará la misma existencia de Israel está por llevarse a cabo pronto y Dios lo usará para traerlos corriendo como nación a Él terminando así un distanciamiento de 2000 años. Este evento no será uno prolongado que cause que lentamente lleguen a la conclusión de que están condenados y los lleve a ponerse de rodillas en un ruego desesperado pidiendo ayuda. En vez de eso, será un evento orquestado y ejecutado por el mismo Dios con el propósito específico de abrirles los ojos espirituales que han estado cegados desde ese primer Domingo de Ramos. Sucederá tan rápido que nos se darán cuenta de lo que ha sucedido hasta que todo haya terminado.
Dios hará que una coalición de las fuerzas enemigas ataque sin previo aviso. Vendrán en tal cantidad que parecerá como si una nube cubriese toda la tierra, y cuando lo hagan, Él los va a diezmar con lluvias torrenciales, piedras de granizo y azufre ardiente. Luego Él va a sembrar tal confusión en los rangos militares que estos se van a volver unos contra otros. Cuando eso termine habrá tantos cuerpos muertos que le tomará a Israel siete meses poder enterrarlos.
Por supuesto al evento que me estoy refiriendo es la Batalla de Ezequiel 38-39. En cuatro ocasiones durante la profecía de Ezequiel de esta batalla, el objetivo del Señor queda claro. Ezequiel 38:23, 39:7, 39:22, 39:28 nos dicen que Su propósito es mostrarles Su grandeza y santidad a Israel y a las naciones para que Israel sepa que Él es el Señor su Dios. Este es el evento que hará que Israel llegue a la reconciliación nacional con Dios y lanzará los restantes siete años del Antiguo Pacto.
Hoy en día parece que hay un deseo creciente entre algunas personas en Israel de tener un Templo. Pero si ustedes leen entre líneas se darán cuenta de que ese es un movimiento nacionalista, no espiritual. Sus seguidores tienen la esperanza de que un Templo resalte su derecho a la tierra al demostrar su presencia histórica allí. Pero este movimiento ciertamente no es un reflejo del pensamiento nacional. La mayoría de las personas se dan cuenta del peligro que eso significa.
Pero después de la Batalla de Ezequiel 38, la exigencia para un Templo será un movimiento espiritual que representará a la gran mayoría del pueblo de Israel. Ellos querrán adorar al Dios que han redescubierto y la adoración de un Antiguo Pacto requiere de un Templo. Este no será simplemente un monumento a su pasado sino una necesidad para su futuro. Y con la gran victoria que Dios les habrá dado, ¿quién se atreverá a negárselos? Aún el líder mundial venidero aparecerá como el gran defensor de su causa, fortaleciendo un pacto que les permitirá construir su Templo. Para Israel parecerá como si la paz finalmente habrá llegado.
Una vez más
Es triste decirlo pero la Batalla de Ezequiel 38 no dará como resultado la paz permanente para Israel. Ellos descubrirán que han sido engañados por el mismo que creyeron era su gran defensor, acarreando el peor período de persecución que el pueblo judío jamás haya conocido. Y esta vez cuando las naciones extranjeras se movilizan en contra de Israel, no será una simple coalición regional. Zacarías 12:3 dice que todas las naciones de la tierra se van a alinear en contra de Israel. Esta vez Israel va a conocer anticipadamente cuál va a ser su suerte y así se arrastrarán a Dios por ayuda (Oseas 6:1-2).
Esta vez Dios no va solamente a colocar Su firma en Sus armas de lluvia, granizo, terremotos y fuego que Él puede enviar desde lejos. Tampoco va a sembrar confusión en las mentes del enemigo para que se derroten entre ellos mismos. Esta vez Él va a llenar el cielo con los ejércitos celestiales, con Su Hijo a la cabeza. El Hijo va a matarlos a todos con la Palabra de Su boca. Esta vez ellos no van a pasar varios meses enterrando a los muertos. Esta vez las aves van a devorar los cadáveres (Apocalipsis 19:11-21).
Esta vez será diferente porque esta vez no será solamente el Padre al que ellos reconocerán. Esta vez será también al Hijo (Zacarías 12:10). La reconciliación finalmente se habrá completado y la Era del Reino dará inicio. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 08/09/12.