Jueves, 24 de octubre de 2013
Esta pregunta frecuentemente se la hacían al Señor. ¿Por qué Él persistía en hacer cosas que aseguraban la ira de Sus detractores? Pareciera que cada vez que Él sanaba a alguna persona lo hacía en un Sabbat.
En varias ocasiones en el pasado he mostrado cómo las ordenanzas que eran externas y físicas en el Antiguo Testamento se vuelven internas y espirituales en el Nuevo Testamento. La circuncisión es un buen ejemplo de eso. Empezó como una señal externa y física del pacto entre Dios y los descendientes Abraham (Génesis 17:10).
Pero en Romanos 2:28-29 Pablo escribió, “Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.”
En Mateo 5-6 Jesús dio varios ejemplos para explicar cómo aún los 10 mandamientos estaban supuestos a ser entendidos de esa manera. En este estudio nos centraremos en el mandamiento para guardar el Sabbat.
En el principio
Empecemos en Génesis 2:2-3, “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”. Y en Éxodo 20:1-17, que es un pasaje en el que se dan los Diez Mandamientos, leemos “Acuérdate del día de reposo [Sabbat] para santificarlo… Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó” (Éxodo 20:8, 11).
Recogiendo leña
El hecho de que eso es un asunto serio se resalta en un incidente en Números 15:32-36 en donde un hombre es descubierto recogiendo leña en un Sabbat. Al no saber qué hacer, Moisés le preguntó al Señor. “Irremisiblemente muera aquel hombre”, respondió el Señor. Entonces lo apedrearon hasta morir.
Los fariseos se acercan con esta perspectiva en mente cuando condenan al Señor. Su respuesta de “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo” (Marcos 2:27) ha ido interpretada como que significa que está bien que descansemos durante un día de cada siete, pero no debemos ser fanáticos al respecto. Pero hay más que solamente eso. De otra manera, ¿cómo se podría reconciliar el punto de vista del Antiguo Testamento con el del Nuevo Testamento? En uno vemos al Señor condenando a una persona a morir, y en el otro Su actitud casi sin reparos en no observarlo.
Contenido en el Antiguo, explicado en el Nuevo
Esto únicamente tiene sentido si el Señor estaba tratando de enseñarles que su obediencia obsesiva a una ordenanza externa y física les estaba haciendo perder el punto. La frase, “El día de reposo fue hecho por causa del hombre” claramente significa que el hombre está supuesto a aprender algo de la enseñanza del Antiguo Testamento. Recuerden, Pablo dijo que todo lo que fue escrito en el pasado se escribió para nuestra enseñanza (Romanos 15:4), entonces encontremos lo que el Señor estaba tratando de enseñarnos acerca del Sabbat.
El Señor hizo el Sabbat como un día de descanso porque Él había finalizado “la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo”. Ya no quedaba más por hacer. Habiendo pronunciado que todo estaba “muy bueno” Él declaró que el trabajo estaba hecho y reposó. ¿Ven el punto? Cuando el trabajo está terminado, deténgase y tome un descanso.
Otra obra de la creación terminada
En 2 Corintios 5:17 somos descritos como una “nueva creación” y se nos dice que desde el punto de vista del Señor, lo viejo se ha ido y lo nuevo ha llegado. Esta nueva creación ocurrió en el momento en que invitamos al Señor a nuestros corazones. La obra de la salvación fue terminada. Ya no había más que hacer. Habiéndonos hecho santos y sin culpa, y sin mancha alguna (Efesios 5:25-27), ya podemos descansar. ¿Ven el paralelo?
Esto lo confirma Hebreos 4:9-10. “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas”. El escritor estaba explicando a sus lectores judíos creyentes que así como Dios descansó de Su obra de la creación cuando la terminó, así nosotros debemos descansar de la obra de la salvación cuando está terminada. (La única obra que tenemos que hacer es creer en lo que Él ha hecho; Juan 6:28-29.) A eso se le llama nuestro reposo sabático y permanece el resto de nuestras vidas. Lo que era externo y físico se ha convertido en interno y espiritual.
Lo que para el ser humano es imposible, para Dios no lo es
Para los fariseos, esa obra nunca fue terminada. Cada mañana, cuando empezaban el nuevo día, 613 leyes estaban frente a ellos, obligándolos a cumplirlas. No importa lo bien que lo hicieron el día anterior, el puntaje volvía cero cada mañana. Por más que lo intentaron nunca pudieron producir una nueva creación, porque “la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no [es] la imagen misma de las cosas” (Hebreos 10:1).
Desde la cruz Jesús clamó “consumado es” (totalmente pagado), y murió (Juan 19:30). Él se estaba refiriendo a la obra de la salvación. Cuando aceptamos Su muerte como el pago total por nuestros pecados, la obra de nuestra salvación está terminada. Nos hemos convertido en una nueva creación y entramos en Su descanso sabático.
¿Por qué hacemos lo que es prohibido en el Sabbat?
Entonces, el Sabbat fue hecho para el hombre, para enseñarnos que cuando la obra está terminada podemos descansar. No es necesario agregar nada; no tenemos que preocuparnos. Si usted continúa trabajando para su salvación durante nuestro descanso sabático, eso aún es castigado con la muerte, porque demuestra que usted no ha aceptado la obra completa del Señor en lugar suyo, y está tratando de terminar la obra de la salvación por usted mismo, algo que solamente puede llevar a la muerte espiritual.
Por eso es que Pablo nos dijo que permitiéramos que nadie nos juzgue en lo que comemos o bebemos, o con respecto a las festividades religiosas, la celebración de la Nueva Luna o el Sabbat. Él dijo que estas cosas solamente eran una sombra de las cosas que vendrían, y que la realidad solamente se encuentra en Cristo (Colosenses 2:16-17). Y en Romanos 14:5 él dijo, “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.”
Uniendo todo esto podemos ver que el punto de la observancia del Sabbat en el Antiguo Testamento era enseñarnos que cuando la obra está hecha, descansamos. La obra de nuestra salvación fue hecha en la cruz y cuando aceptamos eso, entramos en una larga vida de descanso. De ahí en adelante no importa en qué día adoramos,. Mientras estamos totalmente convencidos en nuestras mentes sobre ello. Así que aquellas personas que se unen al debate de si adorar en un sábado o en un domingo es lo apropiado, están perdiendo el punto. El punto es, ¿ha entrado usted en el descanso sabático o no?
“Porque así dijo el Señor Soberano, el Santo de Israel: En descanso y en reposo serás salvo; en quietud y en confianza será tu fortaleza. Y no quisiste” (Isaías 30:15). Selah 02/07/03