Probando la existencia de Jesús

Miércoles, 2 de marzo de 2016

Un estudio bíblico por Jack Kelley

Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas (años), y sesenta y dos semanas (años); se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas (años) se quitará la vida al Mesías, pero no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario (Daniel 9:25-26b).

Esta información le fue dada a Daniel en el año 538 a.C. en respuesta a una oración pidiéndole a Dios que liberara a Su pueblo de su cautividad de 70 años en Babilonia. El ángel Gabriel visitó a Daniel con un mensaje que después se llegó a conocer como las Setenta Semanas de Daniel (Daniel 9:24-27). Este título es algo confuso porque la palabra hebrea traducida “semanas”, en realidad describe un período de siete años. Entonces, “70 semanas” realmente son 490 años, y las siete “semanas” y las sesenta y dos “semanas” combinadas representan 483 años. Este pasaje es la pieza de profecía más importante en todas las Escrituras porque hace la crónica del Mesías venidero, de la destrucción de Jerusalén por los romanos, la llegada del anticristo y el momento y la duración de la gran tribulación. No es ni más ni menos que la llave que abre nuestro conocimiento para que podamos comprender los tiempos del fin, y el conocerlos es crítico para cualquier estudioso de la escatología.

Para nuestros propósitos de hoy, los dos versículos de Daniel que se han citado nos presentan una muy estrecha ventana en el tiempo, dentro de la cual debemos colocar el nacimiento y la muerte de alguien que afirma ser el Mesías. Esta ventana en el tiempo puede medirse en la historia secular, abriéndose 483 años después del decreto para restaurar y reconstruir Jerusalén (emitido en Marzo del año 445 a.C. por el emperador persa Artajerjes Longimano) y cerrándose con la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. Si hacemos la aritmética eso significa un lapso de 38 años. En 6000 años de historia registrada, con millones de vidas que han empezado y han terminado, ¿cuál sería la probabilidad de cualquier persona de nacer dentro de ese lapso de 38 años? Ahora introduzcamos algunos de los aspectos únicos en la vida del Mesías. Él tenía que cumplir con más de 300 profecías escritas sobre Él cientos de años antes de Su nacimiento, ser reconocido como el Mesías de Israel por miles de personas, incurrir en la ira de los líderes de Su país, ser falsamente acusado de un crimen capital, no presentar ninguna defensa a Su favor a pesar de Su inocencia, y ser ejecutado públicamente por medio de la crucifixión.

¿En dónde nació?

Para intentar evaluar las probabilidades en contra de que todo esto haya sucedido por casualidad, repasemos solamente tres de estas 300 profecías. ¿Qué tal el lugar de Su nacimiento? 750 años antes el profeta Miqueas supo por medio de Dios que el Mesías de Israel nacería en Belén (Miqueas 5:2), a pesar de que Su familia era originaria de Nazaret, que quedaba a varios días de distancia. Él también supo que este Mesías sería inusual en que Su origen sería “desde el principio, desde los días de la eternidad”. Traducido literalmente esto significa que Su descendencia familiar es desde antes del principio del tiempo y hasta la perpetuidad. En otras palabras, Él va a tener vida eterna. Más aún, el versículo 3, el que no se menciona en las tarjetas de Navidad, declara que debido a Él Israel será abandonado hasta que todos Sus hermanos regresen a unirse a todas aquellas personas que lo han aceptado a Él.

A propósito, si usted no cree en las fechas generalmente aceptadas de estas profecías, considere lo siguiente. El Antiguo Testamento, de donde provienen, había sido traducido del hebreo al griego cerca del año 275 a.C., y ya para el año 150 a.C. había quedado prácticamente completo. Por consiguiente, los eventos predichos relacionados con la vida de Jesús ya eran un asunto del conocimiento público por lo menos 150 años antes de que sucedieran. ¿Cuántos años antes de su cumplimiento debe de emitirse una profecía para que tenga validez? Recuerden, la profecía es la manera que Dios tiene para autenticarse a Sí mismo ante nosotros, porque solamente alguien que existe fuera de las restricciones del tiempo puede describir los eventos antes de que sucedan y con una exactitud del cien por ciento. El hecho que separa la vida de Jesús del resto de toda la humanidad no es que Él hizo milagros. Es el hecho que hay tantos detalles de Su vida que fueron predichos cientos y aun miles de años antes.

¿Qué acerca de ser traicionado?

En Zacarías 11:12-13 vemos que el Mesías sería traicionado por 30 piezas de plata en la casa del Señor, y que ese dinero sería utilizado para comprar el campo de un alfarero. A pesar de que Zacarías escribió estas cosas cerca del año 520 a.C., Mateo 27:3-8 indica que eso es exactamente lo que sucedió. Aquí vemos al que traicionó al Señor y a Sus enemigos jurados cumpliendo las profecías hasta el último detalle. Si usted nace en el momento correcto y estuviera intentando forzar su inclusión dentro de la profecía mesiánica, podríamos comprender que sus amigos le estuvieran ayudando, ¿pero cómo se las arreglarían sus enemigos para hacerlo? El hecho de que Él fue traicionado por un amigo cercano durante una cena fue predicho en el Salmo 41:9 y confirmado en Juan 13:18, 26-27.

¿Cómo murió?

Los judíos eran la gente de la Ley y sus líderes se enorgullecían sobre la aplicación misericordiosa de la justicia. Sin embargo, en el caso de Jesús ellos de manera consciente violaron repetida y viciosamente sus propias leyes. Nadie podía ser arrestado sin haber sido acusado formalmente, pero Jesús lo fue. Se requerían dos testigos independientes para condenar a alguien, pero como ellos no pudieron conseguirlos, condenaron a Jesús por Su propio testimonio, lo cual también era prohibido. Los juicios no podían efectuarse durante la noche, pero el Suyo sí lo fue. Las sentencias de muerte requerían el consenso unánime del Sanedrín (cuerpo legislador) y una regla de esperar hasta el siguiente día cuando ellos regresaban y votaban de nuevo. Pero en Su caso no les informaron del juicio a los defensores del Señor, que había entre ellos, eliminando así la posibilidad de una votación dividida, y luego eliminaron la votación del siguiente día. Mucho de eso fue predicho en Isaías 53:7-8, 750 años antes de que sucedieran.

La ley judía requería la muerte por lapidación, pero los judíos habían perdido el derecho de imponer la pena capital, por eso apelaron a los romanos, cuyo método de ejecución era la crucifixión. Este era un método particularmente grotesco y doloroso que fue utilizado primeramente por los asirios cerca del año 800 a.C. y adoptado por los romanos 700 años después. Pero en el Salmo 22, el Rey David describe con todo detalle lo que se siente ser crucificado y luego predijo las acciones de los verdugos del Señor, hasta dividirse Sus vestidos y echar suertes sobre Su túnica. David escribió este Salmo más de 1000 años antes de eso.

¿Entonces, cuál es el punto?

En Jesús tenemos a alguien que nació en Belén a pesar de que Su familia no era originaria de allí, y vivió y murió dentro de los 38 años prescritos de 6000 años. Él fue ampliamente aceptado como el Mesías de Israel pero fue traicionado por un amigo cercano, y a pesar de ser inocente de cualquier crimen, no presentó defensa alguna y fue condenado y sentenciado a morir en un juicio ilegal.Sus enemigos le pagaron el precio profetizado al traidor y después que ese pago fue devuelto al Templo, se utilizó para comprar el campo del alfarero. Fue ejecutado por un método predicho antes de que fuera inventado y sus verdugos se dividieron Sus pertenencias tal y como fue predicho.

Esas son solamente cuatro de más de 300 profecías que podemos explorar. Pero aun con solamente estas cuatro, las probabilidades en contra de que sucedan por casualidad son tan astronómicamente altas que ridiculizan todo lo demás. Es cierto, como se expresa en el artículo “Probando la Existencia de Dios”, publicado el domingo pasado 28 de febrero de 2016, que estas cosas ya no se enseñan en las escuelas, y tristemente tampoco en las iglesias. Pero si ustedes se toman el tiempo para estudiar solamente unos pocos libros que se encuentran fácilmente disponibles, podrán darse cuenta que ustedes pueden probar la existencia de Jesús, y que Él es Quien afirma ser, con mayor certeza de la que usted puede tener al afirmar quién es usted mismo. No importa qué estándar decida utilizar, ya sea las reglas de evidencia como las utilizan los abogados, las probabilidades de las estadísticas como las utilizan los matemáticos, o la lógica forense que se utiliza en los debates, la evidencia de la existencia de Dios se volverá cada vez más obvia frente a usted, sin lugar a dudas. Usted puede confiar en Su palabra que dice, “Y me buscarán y me hallarán, porque me buscarán de todo corazón” (Jeremías 29:13).