Referencias sobre el Rapto

Miércoles, 22 de junio de 2016

Un Estudio Bíblico por Jack Kelley

Recientemente fui desafiado a hacer una lista de todos los pasajes en la Biblia que sugieren un Rapto antes de la tribulación. Como ustedes saben, yo creo que Pablo fue la primera persona en la Tierra que presentó una clara enseñanza pre-tribulacional cerca de 20 años después de la cruz. Antes de ese momento ese evento era desconocido porque Jesús no lo enseñó a Sus otros discípulos durante el tiempo que estuvieron juntos. Y ya que el Discurso del Monte de los Olivos está dirigido a Israel, tampoco contiene ninguna mención del mismo, a pesar de que está claro que se refiere a los últimos días. Israel no participará en el Rapto.

Soy el primero en admitir que al hacer esto se requiere que ustedes tengan un conocimiento práctico de la posición pre-tribulacional, porque sin ello no podrán reconocer algunas de las referencias que son pertinentes a este tema. Pero desde que Pablo reveló el Rapto, los eruditos han visto pistas del mismo en distintos lugares, aun en el Antiguo Testamento.

Antes de empezar, en 1 Corintios 2:6-8 Pablo explicó por qué los planes de Dios para la Iglesia se habían mantenido en oculto hasta después de la crucifixión. Él dijo que si los príncipes de este siglo (Satanás & Co.) hubieran comprendido todo lo que Dios tenía en mente para nosotros, nunca habrían crucificado al Señor. Y no es que ellos lo hubieran podido evitar, claro. Pero si hubieran sabido que Dios utilizaría el asesinato de Su Hijo para salvarnos a todos nosotros, no lo habría ejecutado, y de hecho, hubieran intentado detenerlo.

No fue sino hasta que Él estaba en la cruz que descubrieron que la muerte del Señor sería el pago total y completo de todos nuestros pecados, así que en lugar de haber sido la causa de una gran celebración, fueron totalmente desarmados y convertidos en espectáculo público (Colosenses 2:13-15). Luego, 20 años después, ellos se enteraron del Rapto. Estas fueron dos de las cosas que Dios había planeado desde el principio; pero un buen general mantiene su estrategia en secreto para poder tomar por sorpresa a su enemigo, por eso es que Dios no permitió que Satanás (ni nadie más) conociera sobre ellas sino hasta que fuera demasiado tarde para reaccionar. Aún hoy día, Satanás no sabe cuándo ocurrirá el Rapto. Todo lo que él sabe es lo que nosotros sabemos, que cada nuevo creyente puede ser el último, el que ocasione que todos salgamos de aquí, más allá de su alcance, y para siempre.

Yo estoy convencido de que el plan de Dios requiere que la Iglesia desaparezca antes que se inicie la Semana Setenta de Daniel. Recuerden, el Señor apartó 70 semanas (490 años) para que Israel llevara a cabo seis cosas (Daniel 9:24). Al final de la semana 69 (483 años) Jesús fue crucificado, el reloj se detuvo de repente, e Israel desapareció junto con su Templo, así como la adoración del Antiguo Pacto. La profecía de Daniel quedó inconclusa y desde ese momento en adelante, la atención de Dios ha estado puesta en la Iglesia.

La reaparición de Israel en 1948, la promesa de la reconstrucción del Templo, la reanudación de los sacrificios levíticos durante la Semana Setenta, dejan en claro que la Iglesia no terminó con la dispensación de la Ley sino solamente la interrumpió siete años antes de que se completara el plazo establecido. Todos estamos de acuerdo en que si se introduce una represa en un río, el flujo de agua se interrumpe, por eso es razonable y lógico concluir que es necesario remover esa represa para que se reanude el flujo del agua. Por consiguiente, si la introducción de la Iglesia después de la semana sesenta y nueve de la profecía de Daniel, causó la interrupción de su cumplimiento, es razonable y lógico concluir que la Iglesia deberá ser removida antes de que los siete años finales de la dispensación de la Ley puedan seguir su curso para que la profecía de Daniel se cumpla totalmente.

Por supuesto que existen otras razones sólidas del porqué la iglesia debe desaparecer antes de que los tiempos del fin comiencen en serio. Al no tener un destino en la Tierra, nuestra presencia aquí no tendría ningún propósito durante el tiempo en que la Tierra sea liberada de su atadura (Romanos 8:9-21). Al no ser objeto de juicio, la Iglesia no tiene nada pendiente con Dios que deba concluirse durante los tiempos del fin. A diferencia de Israel no tenemos que ser justificados porque ya hemos sido justificados como Dios lo es (2 Corintios 5:21).

Jeremías 30:11 dice que los juicios del tiempo del fin tienen un doble propósito, el de destruir completamente a todas las naciones entre las cuales Israel fue esparcido, y el de disciplinar a Israel. Puesto que Dios no considera que la Iglesia pertenezca a cualquiera de esos dos grupos, nuestra presencia en la Tierra durante ese momento sería irrelevante.

Pero el motivo más importante, como veremos, es que Dios dijo que no estaríamos aquí. Aquellas personas que enseñan que la Iglesia estará presente en la tierra durante algún momento de la Semana Setenta de Daniel, tendrían que redefinir la gracia, reinventar la iglesia y reinterpretar las Escrituras para poder sostener su posición.

Con este preámbulo, veamos algunas de las sugerencias más claras que Dios puso en las Escrituras para mostrar que Él siempre ha planeado un Rapto pre-tribulacional de la iglesia. Y por supuesto empezaremos con el Antiguo Testamento.

Enoc desapareció

Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque se lo llevó Dios (Génesis 5:24).

En Mateo 24:37, Jesús dijo que el momento de Su venida sería como en los días de Noé. Prosiguió explicando que así como todos los incrédulos perecieron en el diluvio, todos los incrédulos también perecerán al momento de Su Segunda Venida. Aquellos que sobrevivan a la devastación de la gran tribulación de inmediato se enfrentarán al juicio y serán quitados del planeta. Las parábolas del siervo, de las diez vírgenes y de los talentos, explican todo esto, como también lo hace la narración del juicio de las naciones (las ovejas y las cabras) (Mateo 24:45—25:46).

Pero si ustedes le otorgan a la declaración del Señor una aplicación más amplia, se podrán dar cuenta que cuando se aproximaba el momento del diluvio había tres clases de personas en la tierra. Estaban los incrédulos que perecieron en el diluvio, Noé y su familia que fueron preservados a través del mismo, y Enoc, que fue llevado por el Señor antes que eso sucediera.

Entonces, conforme se aproxima el fin de la era también habrá tres clases de personas en la tierra. Están los incrédulos de nuestros tiempos los cuales perecerán durante los juicios del fin de los tiempos, el moderno Israel que será preservado a través de los mismos, y la Iglesia que será llevada por Dios antes que todo esto comience.

Existen algunas similitudes interesantes entre Enoc y la Iglesia. Para los principiantes, el nombre Enoc proviene de una raíz que significa entrenar o enseñar. Jesús le dijo a la Iglesia, “Vayan, y hagan discípulos (estudiantes) a todas las naciones” (Mateo 28:19). Y según la tradición hebrea, Enoc nació el día que más adelante se conocería como Pentecostés. Ese es el mismo día en que nació la Iglesia. Yo creo que Enoc era una prefiguración de la Iglesia y que su desaparición antes del diluvio nos dio la primera pista de un Rapto pre-tribulacional.

Lot tuvo que salir de Sodoma

Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas llegado allí (Génesis 19:22).

Abraham había regateado con el Señor que si aún 10 justos se podían encontrar en Sodoma y Gomorra Él perdonaría esas ciudades. El hecho de que ambas ciudades fueron destruidas nos indica que no se encontraron esas 10 personas justas allí. Pero sí había una, y a pesar de que no estaba obligado a hacerlo, el Señor les giró instrucciones a los ángeles de sacar a Lot de la ciudad antes de que comenzara el juicio. Pedro se refirió al rescate de Lot de Sodoma como una evidencia de que el Señor no juzga al justo junto con el impío (2 Pedro 2:7-9). Por consiguiente, Lot se convierte en un modelo de la Iglesia, la cual con una justicia impuesta por la fe, tiene que ser removida del momento y lugar del juicio antes que el mismo comience.

¿Dónde se encontraba Daniel?

Daniel 3 contiene una de las historias para niños más populares en el Antiguo Testamento. Muchas personas no se dan cuenta de que es también uno de los modelos más claros de los últimos tiempos en toda la Biblia. El Rey Nabucodonosor representa el anticristo el cual decreta que cualquier persona que niegue postrarse y adorar la estatua que mandó levantar, fuera ejecutada en un horno ardiente el cual representa la gran tribulación. Los tres amigos de Daniel, que representan a Israel, rehúsan adorar la estatua y son echados dentro del horno ardiente para morir. Mientras estaban dentro del horno se encontraron con el Señor, fueron preservados del juicio, y elevados a una posición de honor en Babilonia.

¿Pero dónde se encontraba Daniel? Él era un personaje prominente tanto antes como después del capítulo 3. Pero en este episodio ni siquiera se menciona su nombre. ¿Es que adoró la estatua para escapar del juicio? Si ustedes piensan de esa manera, no conocen a Daniel. ¿Es que rehusó adorar la estatua y no fue acusado? Si ustedes piensan eso, no conocen a sus enemigos. Después de todo, sus tres íntimos amigos fueron capturados. Para el propósito de esta historia es como si él hubiera desaparecido del todo. En el capítulo 3, Daniel era un modelo de la Iglesia, la cual durante los juicios de los tiempos del fin, ha desaparecido del todo, mientras que Israel será preservado a través de ellos, se encontrará con el Señor en medio de ellos, y será elevado a una posición de honor durante la Era del Reino.

Isaías lo dijo mejor

Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despierten y canten, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.

Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.

Porque el SEÑOR sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos (Isaías 26:19-21).

Sin lugar a dudas esta es la declaración más clara de las intenciones del Señor para la Iglesia que se puede encontrar en el Antiguo Testamento. Ya que no se puede identificar con ningún evento en la historia, es que claramente espera un cumplimiento futuro. Y tampoco se refiere a Israel, cuya resurrección sucede después del tiempo de la ira de Dios, no antes (Daniel 12:1-2).

Un día pronto, un grupo de personas se levantará de repente de entre los muertos. Otro grupo, que aún vive, será llevado a unas moradas que han sido preparadas para ellos en donde se esconderán de la ira de Dios. Luego el Señor castigará a los moradores de la tierra por sus pecados. El hecho de que estos grupos hayan sido resucitados y escondidos es que no son objeto de Su ira como se ve en el cambio del uso de la segunda persona (resucitados y escondidos) a la tercera persona (castigados). Observen las palabras similares que Pablo utiliza en su enseñanza sobre el Rapto en 1 Tesalonicenses 4:16-17 y 5:9.

Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán (Los muertos en Cristo resucitarán primero).

Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas (Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire)

Aquí es apropiado que insertemos el pasaje en Juan 14:2-3 también, para ver de cuáles aposentos, o moradas, está hablando Isaías.

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo se lo hubiera dicho; voy, pues, a prepararles un lugar a ustedes. Y si me fuere y les preparare lugar, vendré otra vez, y los tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, ustedes también estén.

Esta promesa no señala a la Segunda Venida cuando el Señor llegará a la Tierra para estar con Israel en donde ellos están. Esta es una promesa para la Iglesia de que Él ha ido a la casa de Su Padre para preparar nuestras moradas. Luego él vendrá por nosotros para llevarnos donde Él está.

Escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación (Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo).

Yo estoy convencido de que este es el pasaje que Pablo tenía en mente cuando dijo, “Por lo cual les decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron” (1 Tesalonicenses 4:15). Y lo digo porque con excepción de 1 Tesalonicenses 4:16-17, no hay ningún otro pasaje en toda la Biblia que describa tan claramente el Rapto pre-tribulacional de la Iglesia.

Esta no es la totalidad de los versículos del Antiguo Testamento que señalan un Rapto pre-tribulacional. Pero sí son un buen ejemplo de los más claros para ayudarnos a ver que Dios siempre ha tenido la intención de tomarnos para que estemos con Él antes de derramar los juicios de los últimos días sobre una Tierra incrédula. La próxima vez veremos un resumen similar pero del Nuevo Testamento. Nos vemos. 30/01/10.