Última llamada

Jueves, 26 de junio de 2014

Un comentario por Jack Kelley

Que nadie los engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” (2 Tesalonicenses 2:3)

“Para mañana, habrá 175.000 cristianos más que hoy.” Así dice Jim Rutz, autor de Megashift (Mega cambio), un libro sobre el crecimiento del cristianismo en el mundo. Él establece el punto que el cristianismo, no el islam, es la creencia que tiene el más rápido crecimiento en el mundo, un hecho que se ha pasado por alto porque la mayoría de las encuestas sólo toma en cuenta a las denominaciones protestantes tradicionales y a la iglesia católica romana mientras que ignoran a las personas cristianas creyentes que no forman parte de ninguna de las mismas. Hoy día, cientos de millones de esas personas cristianas simplemente no están asociadas del todo con las iglesias institucionales. Muchas de ellas se reúnen clandestinamente en casas y en graneros y en cuevas, a menudo secretamente.

“El creciente núcleo del cristianismo cruza las líneas teológicas e incluye a 707 millones de personas nacidas de nuevo cuyo número está aumentando en un 8 por ciento por año” dice Rutz. Los occidentales no se han dado cuenta de esta tendencia debido a que el crecimiento explosivo se encuentra en otra parte. Está sucediendo en los lugares como China e India, África, y aún en Irán.

Es popular en algunos círculos cristianos entusiasmarse y con mucha elocuencia expresarse acerca del próximo avivamiento el cual producirá la conversión del mundo, cumpliendo así con la doctrina de la Teología de Dominio. Según esta doctrina, el Señor no puede regresar hasta que el cristianismo conquiste el mundo. Y de hecho, si la tendencia documentada por el Sr. Rutz continúa su paso, toda la población mundial profesaría el cristianismo dentro de los próximos 25 años.

¿En dónde se encuentra eso escrito?

Pero la Biblia no habla de ningún tal avivamiento. De hecho predice lo contrario. Según 2 Tesalonicenses 2:3, el evento que precederá la venida del anticristo es una gran rebelión, del griego apostasía, que significa “un alejamiento, defección, o apostasía.” Pablo estaba prediciendo una desviación de la verdad al final de la era en una forma de creencia que es incompatible con el cristianismo ortodoxo. Él se lo explicó a Timoteo de esta manera.

Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos” (2 Timoteo 4:3-4). Él ya nos lo había advertido a través de Timoteo que esta nueva creencia tendría una forma de piedad pero negaría su poder (2 Timoteo 3:5).

Después que los verdaderos creyentes son raptados y sacados de la iglesia de los últimos días, el Señor calificará a los que quedaron, de esta manera; “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” (Apocalipsis 3:15-17)

A decir verdad, el único avivamiento predicho para el cristianismo sucederá durante el periodo posterior a la Iglesia conocido como la Semana 70 de Daniel. Debido al rapto, un gran número de personas que se quedaron atrás recordarán las advertencias que recibieron por parte de amigos que han desaparecido, y un número aún más grande se convencerá por el cumplimiento literal de la profecía ante sus propios ojos. El resultado probablemente será el crecimiento más grande de creyentes en toda la historia.

¿De qué se trata todo eso?

Así que si la Gran Tribulación no ha empezado todavía, ¿a qué se debe este increíble crecimiento del cristianismo en los países en vías de desarrollo? ¿Y qué es lo que está alimentando? Tomaremos la segunda pregunta primero. El combustible es el Espíritu Santo en una efusión de milagros nunca vista en la Tierra durante muchas generaciones. Las personas están siendo visitadas en sueños, sanadas en los servicios de oración, e incluso levantadas de los muertos como evidencia del poder de Dios en áreas en dónde el cristianismo no se ha vuelto tan “maduro” como en otras partes.

Y eso nos devuelve a la primera pregunta. Lo que está pasando es que esta efusión es una señal de que los Últimos Días están sobre nosotros. Piense en eso como que Dios está emitiendo una gran “Última Llamada” antes de que Él reúna a Su Iglesia para el viaje a casa. Recuerde, Él no quiere que nadie se pierda sino que todos lleguen al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). Millones de personas en los países en vías de desarrollo están teniendo una última oportunidad de subirse a ese tren que va a la gloria.

Mientras que la mayoría de la iglesia occidental está sirviéndole a una versión de un cristianismo que se ha diluido tanto para poder satisfacer a un público que desea oír lo que les dicen, es que ya eso casi encaja con la advertencia de Pablo a Timoteo de que el Espíritu Santo ha encontrado a una audiencia menos sofisticada en los países en vías de desarrollo. Esta audiencia no sabe sobre los programas y las denominaciones, los campus universitarios de millones de dólares ni de los 40 Días de Propósito. Simplemente conoce el poder milagroso de Dios en acción.

Por extraño que parezca, ése siempre ha sido el poder que ha atraído a las personas a una experiencia para un cambio de vida. Nosotros haríamos bien en hacerle caso al propio testimonio de Pablo a la Iglesia en Corinto.

Así que, hermanos, cuando fui a ustedes para anunciarles el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre ustedes cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre ustedes con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que la fe de ustedes no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1 Corintios 2:1-5)

La palabra griega traducida demostración significa evidencia, o prueba, como la que se presentaría en una corte de justicia.

¿A dónde van todos?

Compare eso con lo que algunas personas defienden ahora en la iglesia occidental, lo cual es un enfoque muy diferente para atraer a nuevas personas y llenar así las bancas el domingo. Ellos sugieren que se le debe restar importancia a la Biblia, a la profecía, a la oración, y ciertamente a la manifestación de los dones espirituales. Y parece que está funcionando muy bien en nuestra cultura “más sofisticada.” En una reciente encuesta para identificar a las cincuenta iglesias más influyentes en los Estados Unidos, el total de la mitad de los votos fue para Saddleback (1°) y Willowcreek (2°), dos de nuestras congregaciones más grandes de buscadores-amigables.

¿Tiene el Señor algo que decir sobre este asunto? “Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan (Mateo 7:13-14). Corríjanme si estoy equivocado, pero parece como que si las recomendaciones del enfoque buscador-amigable hacen la puerta más ancha y el camino todavía mucho más ancho.

¿Pero es eso lo que se necesita hoy en día? ¿O puede tal efusión del Espíritu como está siendo experimentado en los países en vías de desarrollo también suceder en la iglesia occidental? Quizá ya ha sucedido. Recuerde, de la mitad de los años de 1800 a los últimos de los de 1900, recibimos muchas invitaciones similares de Dios. El Gran Despertar (a mediados de los años de 1800), el nacimiento del Pentecostalismo (1906), y el Movimiento de Jesús de los años de 1970 nos vienen inmediatamente a la mente. Cada uno de ellos trajo a muchos miles al rebaño, y cada uno de ellos continúa en una forma u otro hoy día. ¿Cuántas veces vamos nosotros a esperar que el Espíritu nos llame antes del fin?

Durante casi 2000 años, el trabajo que empezaron Mateo y Tomás en el Lejano Oriente parecía haber producido muy poco fruto, pero de repente todo eso cambió, verificando así la promesa del Señor de que Su palabra nunca volvería vacía, sino que lograría el propósito para la que Él la envió. (Isaías 55:11). Como un evangelista famoso proclamó, “Si el rapto sucediera hoy día habría más personas desaparecidas en China que en los EE.UU.” Algo en que pensar. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías.