P: Todos los días espero poder leer sus mensajes. Sus explicaciones realmente le añaden profundidad a mi conocimiento de la Biblia. ¿Me podría explicar cómo es que uno puede reconciliar Mateo 7:13-14 [la puerta angosta y la puerta ancha] con Hechos 16:31 [Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y tu casa]? ¿No es que la fe en Jesucristo es el único criterio necesario para la salvación?
P: En Génesis 1:28 las Escrituras nos dicen que Dios les ordenó a Adán y Eva a “ser fructíferos y multiplicarse,” pero no leemos anda sobre sus hijos sino hasta el capítulo 4, después de la caída. ¿Es que Dios no consideró a los hijos de ellos tan importantes como para mencionarlos o fue Caín en efecto su primer hijo? Si ese es el caso ¿podemos especular que la caída ocurrió casi de inmediato después que Eva fue creada?
P: Yo conozco una persona que cree que Jesús es Dios, que murió por nuestra salvación y resucitó de nuevo ascendiendo al cielo. Esta persona cree que es pecadora y que necesita la salvación, ha confesado sus pecados y se ha arrepentido pero no cree que sea tan simple como nacer de nuevo. Él dijo que en toda su vida se le han dicho cosas solamente para darse cuenta de que al final él fue mal informado, que lo que él hizo no era suficiente para recibir su premio y cree que eso también se aplica a la salvación. Él cree que tiene que haber más que eso, y que solamente tener fe no es suficiente. Él también dice que ¿cómo es que las personas que han nacido de nuevo continúan pecando y aún son salvas? ¿Qué le dijo yo?
Ahora bien, tener fe es estar seguro de lo que se espera; es estar convencido de lo que no se ve. Gracias a ella, nuestros antepasados fueron reconocidos y aprobados (Hebreos 11:1-2 RVC).
En esa misma región había pastores que pasaban la noche en el campo cuidando a sus rebaños. Allí un ángel del Señor se les apareció, y el resplandor de la gloria del Señor los envolvió.
Cada año antes de la estación lluviosa, visitamos la comunidad para ver cuántas casas están en peligro de una inundación. Y empezamos a reemplazar la madera que esté torcida o podrida, aplicando brea y material para techo y reparando paredes. Con frecuencia es necesario remover todo el techo y colocar uno nuevo. (Uno puede ver dentro de una casa desde arriba luego de haber removido el viejo techo podrido en la primera imagen más abajo.
Debido a que nuestra comunidad aquí se encuentra situada en la costa, la madera no protegida de pudre más rápidamente y pronto empiezan las goteras. Y puesto que si una casa se encuentra en el costado de una colina, las paredes de rompen y a través de las hendiduras el agua se cuela.
Reparar techos aquí significa calentar la brea en un barril, y utilizar un trapeador para aplicarla en el techo. Otras cuadrillas aquí utilizan papel con brea el cual está supuesto a sellarse con el sol, pero nuestros muchachos dicen palabrotas por la brea caliente… a pesar de que es caliente, sucia y peligrosa si no se sabe lo que se está haciendo. Dicen que es la forma más barata y mejor para reparar los techos. Y luego de terminar el trabajo, nunca hemos vuelto a tener ni una sola gotera. Muchas gracias por la ayuda que ustedes nos dan con la cual les podemos dar a familias necesitadas una casa seca.
Ningún otro libro de la Biblia fue escrito tan específicamente para nuestra generación. De sus 22 capítulos 19 cubren un tiempo que todavía se encuentra en nuestro futuro.
Y ningún otro libro de la Biblia les promete bendiciones a las personas que lo leen, lo escuchan y aceptan lo que está escrito en él.
En resumen, el Libro de Apocalipsis es sin lugar a dudas, el libro más importante que usted podría leer en su vida.
La gente se ha asustado por este libro debido al uso que hace del simbolismo y de referencias crípticas. Al escribir este comentario, he tratado de explicar estas cosas en un lenguaje común y corriente para que sea más fácil entenderlo mientras permanecemos fieles al propósito del libro, el cual es el de informarnos de las cosas que sucederán pronto.
Entonces, seguidamente encontrarán mi comentario sobre el Libro de Apocalipsis.