El diezmo: Agradecimiento o avaricia

Q

Jueves 25 de noviembre de 2021

P: La peor lucha que tengo con el diezmo es que en el último momento, cuando voy a depositarlo, me inundan pensamientos de las bendiciones que puedo recibir. De inmediato sigue la culpa, porque mi corazón ya no se encuentra en el lugar correcto de dar en una actitud de agradecimiento—se vuelve una actitud de avaricia. Al final termino no pagando nada en un esfuerzo para no ser sorprendido dando con una actitud de avaricia. He arreglado un sistema automático de pagos que realmente creo que tiene como centro a Dios, pero pienso si está bien diezmar por medio de un sistema automático cada mes, o simplemente he reemplazado una actitud pecaminosa (avaricia) con otra (una separación del diezmo en la cual no siento nada). ¿Me puede ayudar?

A

R: Yo creo que usted está permitiendo que diablo le quite lo mejor que usted tiene. Usted empieza con la intención de dar en agradecimiento, pero luego termina no dando nada debido a un sentido de avaricia. Cuando usted arregló los pagos automáticos siente que no está involucrado. ¿Quién gana?

Es casi imposible no pensar acerca de nuestras bendiciones porque el Señor nos las ha prometido. “Den, y se les dará una medida buena,” dijo Él, “Porque con la misma medida con que ustedes midan, serán medidos” (Lucas 6:38). Y Pablo dijo, “para que sean ustedes enriquecidos en todo, para toda generosidad” (2 Corintios 9:11).

En 2 Corintios 10:3-5 Pablo dijo que “las armas con las que luchamos no son las de este mundo, sino las poderosas armas de Dios, capaces de destruir fortalezas y de desbaratar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”

No hay nada malo en arreglar un sistema de pagos automáticos para el diezmo. Eso está de acuerdo con la enseñanza del Señor de no dejar que la mano izquierda sepa lo que hace la mano derecha (Mateo 6:3-4). Pero usted también puede resistir al diablo cuando este trata de prevenir cuando usted da al conjurar visones de bendiciones. Lleve esos pensamientos de avaricia cautivos y hágalos obedientes al conocimiento que usted tiene de Dios.

Todo lo que usted tiene que hacer es decir, de manera convincente, “Yo sé que seré bendecido. Es una promesa de Dios. Pero yo estoy dando en agradecimiento por lo que Él ya ha hecho en el pasado, no por lo que Él pueda hacer en el futuro.” Cuando usted resiste al diablo de esa manera, este huirá de usted (Santiago 4:7).