Esta claro que llegamos a recibir las bendiciones de las Escrituras cuando sometemos nuestras vidas al Senor. Por ejemplo, Mateo 6:33 dice que el Senor proveera a quienes busquen Su Reino y Su justicia y hagan de ello su primera prioridad. Yo interpreto eso como que debemos colocar toda nuestra vida en manos del Senor y hacer las cosas que El nos indica que hagamos. ?Cuantos de nosotros vivimos de esa manera?
Pablo dijo que al dar generosamente (2 Corintios 9:6) y con alegria (2 Corintios 9:7), seremos enriquecidos en todo para que podamos ser generosos en cada ocasion (2 Corintios 9:11).
Personas que conozco que estan siendo bendecidas de esa manera viven relativamente vidas simples y con gozo dan tanto como la mitad de sus ingresos. Esas personas entienden que el Senor nos bendice para que podamos llenar las necesidades de otros, y no para que podamos disfrutar de vidas lujosas mientras las personas que nos rodean estan sufriendo. Tambien saben que estan guardando tesoros en el Cielo en donde duraran para siempre (Mateo 6:20) en vez de malgastar esos tesoros en cosas de este mundo. ?Cuantos de nosotros damos de esa manera?
Y casi que cada vez que el Senor curaba a alguien, El dijo que fue la fe de esa persona la que lo hizo posible. ?Cuantos de nosotros realmente creemos que el Senor nos curara sobrenaturalmente? ?Cuantos de nosotros hemos visto alguna vez a alguien ser curado de esa manera?
En Romanos 8:28 Pablo dijo que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman. La palabra traducida amor aqui significa entregarse totalmente a El. ?Cuantos de nosotros amamos al Senor de esa manera?
En resumen, se necesita de un compromiso para poder desarrollar y mantener una relacion muy cercana y subordinada con el Senor para poder activar completamente esas promesas al cederle cada aspecto de nuestras vidas a El para que El haga como le plazca, como Jesus lo hizo con Su Padre. Esa clase de amor era mas prominente durante los anos despues de la resurreccion. Hoy dia ese amor es extremadamente raro, pero es claramente necesario, y por esa razon muchos predicadores del evangelio de la prosperidad que no explican estas condiciones, tendran que dar cuentas por haber dado instrucciones incorrectas (Santiago 3:1).