Con la mujer que fue sorprendida en adulterio, a pesar de que El le dijo que dejara de pecar, El rehuso condenarla (Juan 8:11). Lo mismo fue cierto con el hombre paralitico que El sano en Juan 5:14.
Cuando lo clavaron en la cruz para matarlo, El oro, «Padre perdonalos porque no saben lo que hacen (Lucas 23:34).
El nunca tolero el pecado, pero El nunca condeno a la persona pecadora. El dijo, «No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores al arrepentimiento (Lucas 5:32). Su meta para tratar con las personas pecadoras siempre fue reconciliarlas con Dios, y finalmente El logro eso con Su muerte.
«Porque al Padre le agrado que en el habitara toda plenitud, y por medio de el reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que estan en la tierra como las que estan en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz» (Colosenses 1:19-20). «Por tanto, no hay ninguna condenacion para los que estan unidos a Cristo Jesus» (Romanos 8:1).