Jueves, 3 de mayo de 2018
P: ¿Alguna vez ha escrito algún artículo sobre lo que significa tomar y llevar la cruz diariamente como el Señor nos ordena que hagamos? Realmente no he entendido lo que esto significa.
R: La expresión más completa de esta idea está en Marcos 8:33-38, donde el versículo en cuestión está contenido.
“Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. (Marcos 8: 34-35).
Cuando Jesús tomó Su cruz, estaba eligiendo literalmente la voluntad de Su Padre para Su vida por encima de Sus propios deseos. En la noche de Su traición, le pidió tres veces a Su padre que lo liberara de Su promesa de morir por nosotros si hubiera alguna otra forma de salvarnos. Cada vez terminó Su oración aceptando la voluntad del Padre sobre la Suya. Algunos llaman a esto la oración sin respuesta, pero la simple verdad es que no había otra manera.
A la mayoría de nosotros nunca se nos pedirá que hagamos una elección tan agónica con nuestra propia vida. Pero a todos se nos pide dejar de lado nuestros propios deseos para nuestra vida en favor de la voluntad del Señor para nosotros (Romanos 12:1-2). Eso es lo que significa tomar nuestra cruz y seguirlo. Esto a menudo se llama vivir una vida de sacrificio, pero hay mayores bendiciones involucradas al hacerlo de lo que podríamos esperar lograr por nuestra cuenta.
Debido a que Jesús estuvo dispuesto a humillarse hasta el punto de morir en una cruz, Dios puso Su nombre por encima de todos los nombres, ante el cual todos se inclinarán y lo reconocerán como Señor (Filipenses 2: 9-11).
Debido a que estamos dispuestos a dejar de lado nuestros planes para nuestra vida a favor de la vida que Dios ha planeado para nosotros, Él nos concederá los deseos de nuestro corazón (Salmo 37:4), incluyendo una vida abundante (Juan 10:10) y victoriosa (1 Corintios 9:24-25).