La Ley es solo una sombra… El Antiguo y el Nuevo. Parte 2

Miércoles, 15 de enero de 2020

Un estudio bíblico por Jack Kelley

Lo que es externo y físico en el Antiguo Testamento se vuelve interno y espiritual en el Nuevo Testamento

Esta es la segunda parte de la serie Algo Viejo, Algo Nuevo. Lea la Parte 1 aquí.

La epístola a los Hebreos resalta la naturaleza de la Biblia. Los 66 “libros” escritos por 40 escribas durante cientos de años, realmente son componentes de un solo mensaje… un mensaje que describe dos acuerdos o pactos, pero consistente en su diseño e intención, desde Génesis hasta Apocalipsis. Ustedes pueden escuchar a los eruditos liberales (¿oxímoron?) que hablan sobre las diferencias entre el Dios del Antiguo Testamento y el Dios del Nuevo Testamento. Eso no tiene sentido. Simplemente es un asunto de cuál lado de la cruz se encuentra usted. Hemos usado la profecía tanto como un ejemplo como una autenticación de la singularidad de la Biblia en su propósito y en su origen sobrenatural.

Demuéstrelo, por favor

Ahora me gustaría demostrar que cada evento y requisito ordenado por el Señor en el Antiguo Pacto tiene su cumplimiento en el Nuevo Pacto. Todos empezaron como actos externos y físicos para volverse principios internos y espirituales. Además de ser requisitos reales dados para un sólido propósito, también eran simbólicos; eran modelos hechos para enseñarnos las lecciones sobre Dios y Su increíble plan para nosotros. Hebreos 10:1 dice, “Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas”.

Y de la misma manera que es con la profecía, entendiendo el contexto del Antiguo Pacto aumenta dramáticamente nuestro entendimiento del Nuevo Pacto. Veamos algunos ejemplos.

¿Qué me dice del Tabernáculo?

Diseñado por Dios para ser utilizado en el desierto, su construcción fue descrita hasta el último detalle. Dios de manera sobrenatural dotó a varios artífices para lograr la calidad que Él requería. Se han intentado hacer muchos estimados de su valor utilizando la moneda de uso corriente de hoy, pero no tocaré ese punto aquí, sino que solamente diré que estaba muy sobre diseñado. El último Templo en Jerusalén era una estructura permanente basada en el mismo diseño y era una de las siete maravillas del mundo antiguo. Se han escrito libros describiendo la manera en la cual el tabernáculo señalaba al Señor Jesús, pero en siete ocasiones el Nuevo Testamento declara que USTED es el templo de Dios. De la misma manera que Él no escatimó ningún gasto ni esfuerzo para construir el Tabernáculo y más tarde el Templo, ambos perfectamente adaptados para Su propósito, Él no ha escatimado ningún gasto ni esfuerzo para hacerlo a usted perfecto a sus ojos. Antes de la cruz, para visitar a Dios uno tenía que ir a Su trono en Jerusalén. Ahora usted ve dentro de usted mismo y usted misma para encontrarlo allí. Lo que era externo y físico se ha vuelto interno y espiritual. ¿Se da cuenta?

Veamos la circuncisión

Fue ordenada como una señal de identificación que significaba que existía un pacto entre el hombre judío y su Dios. La medicina moderna ha reconocido desde hace mucho tiempo sus beneficios en la salud, aun señalando la baja incidencia en el cáncer cervical entre las mujeres judías ortodoxas lo cual solamente puede ser atribuido a la circuncisión de sus esposos. Como una señal externa y física su significado es obvio. Pero qué me dice sobre los cristianos gentiles, ¿Dios cambió Su plan? Romanos 2:28-29 dice, “Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en el cuerpo; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios”. Y Efesios 1:13 dice, “En él también ustedes, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de su salvación, y habiendo creído en él, fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. De nuevo, ese sello, o marca, indica un pacto con Dios.

¿Es eso Kosher?

Por supuesto que hay demasiados ejemplos para que los podamos mencionar aquí, pero compartamos uno más. Mucho se ha dicho sobre la forma en que el Señor parece que de una manera sacada de la manga, está negando una ley que aún está en el centro de la vida judía. Se trata de las restricciones dietéticas. Dejemos a un lado por un momento el argumento de cuánto del sistema actual fue ordenado por el Señor. El hecho es que el Libro de Levítico detalla una lista de alimentos que se pueden y no se pueden comer. De nuevo, la medicina moderna ha confirmado los beneficios que son obvios para la salud si se sigue esa dieta hoy día, pero en tiempos antiguos las ventajas eran aún más asombrosas. En un momento cuando el promedio de vida entre la realeza egipcia estaba en un poco más de los 30 años, los esclavos judíos vivían entre 70 y 80 años. José murió a los 110 años.

¿Cuál es la diferencia?

¿La diferencia principal? La dieta. Ciertos animales y peces estaban llenos de parásitos debido a sus hábitos alimenticios. Otros no podían ser cocinados ni preservados seguramente. El Señor prometió que si los israelitas guardaban Su dieta y evitaban esos alimentos, Él alejaría todas las enfermedades que tenían los egipcios (Éxodo 15:26). En Marcos 7:19, Jesús declaró limpios todos los alimentos, y después el Señor le dio una visión a Pedro con la misma idea. ¿Por qué ese cambio repentino? Lo que era externo y físico se volvió interno y espiritual. Una y otra vez la Palabra de Dios se describe como una dieta espiritual del creyente del Nuevo Testamento. Se le llama nuestro pan de cada día, nuestra leche, y carne, etc. De la misma forma que la comida contaminada en ese tiempo producía la muerte física, la falsa doctrina produce la muerte espiritual hoy en día.

La lista de ejemplos es incontable. Esa es otra razón del porqué se nos advierte que guardemos “todo el consejo de Dios”. Al hacerlo estaremos así acumulando ricas venas de tesoros espirituales.